El conservador Fillon exhibe su experiencia ejecutiva y el centrista Macron asegura que será implacable.

MARC BASSETS

Enlace Judío México.-Marine Le Pen, la candidata del Frente Nacional, se enzarzó este viernes en una batalla dialéctica con el Gobierno de François Hollande a propósito del atentado del jueves en los Campos Elíseos de París. El primer ministro, Bernard Cazeneuve, acusó a Le Pen de “instrumentalizar” el atentado y de “agitar el miedo de los franceses”. Antes, Le Pen sostuvo que los grandes partidos de izquierda y la derecha han contribuido con sus acciones a la derrota francesa en la guerra contra los terroristas, una acusación grave que envenena la campaña electoral en sus últimas horas.

Acaba una campaña en la que el terrorismo no ha ocupado la plaza central. Algunos candidatos como Le Pen, el conservador François Fillon y el centrista Emmanuel Macron suspendieron sus actos públicos. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon anunció que mantendría su programa.

La tregua, en todo caso, es ficticia. En ningún momento la campaña ha sido tan intensa como ahora, ni ha tocado como ahora el trauma que en los últimos años ha sacudido Francia.

No ha faltado ni la intervención de última hora del presidente de EE UU, Donald Trump. No apoya a ningún candidato de forma explícita, pero está en plena sintonía con Le Pen. “Otro ataque terrorista en París. El pueblo de Francia no está dispuesto a aceptar más de lo mismo. ¡Tendrá un gran efecto en la elección presidencial!”, escribió en la red social Twitter.

El atentado, en el que murió un policía, fuerza a los aspirantes a definir su posición ante el terrorismo islamista, e ilumina su estatura presidencial. Es la última ocasión para dirigirse a los franceses antes de que estos acudan a votar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el domingo 23 de abril. La segunda vuelta, que disputarán los candidatos con más votos, se celebrará el 7 de mayo.

Cualquier previsión sobre una reacción contenida, una voluntad de evitar usar el tiroteo como arma arrojadiza electoral, se desvaneció al comparecer Le Pen en la sede electoral del FN, el viejo partido de la extrema derecha. Ella es la candidata que más ha mencionado la lucha contra el terrorismo en sus mítines y la que más ha insistido sobre sus vínculos con el islamismo radical implantando en Francia. Este es su tema.

En la declaración, Le Pen reiteró propuestas incluidas en el programa, como la recuperación del control de las fronteras o la expulsión de extranjeros y binacionales incluidos en listas de sospechosos. Pero fue más allá.

“No podemos permitirnos perder esta guerra”, dijo. Y fue entonces cuando lanzó su artillería contra los propios dirigentes franceses. “En los últimos diez años, los gobiernos de izquierdas y de derechas han hecho todo lo posible para que la perdamos. Necesitamos una presidencia que actué y nos proteja”.

Le Pen cree que el atentado confirma sus advertencias sobre el peligro del terrorismo y lo que ella llama el “laxitud y la ingenuidad” de las autoridades. Y plantea un cambio de rumbo que contempla recuperar la soberanía ante la UE, cerrar las fronteras a inmigrantes legales e ilegales, clausurar mezquitas y prohibir grupos islamistas.

“Marine Le Pen se atreve a pedir nuevas regulaciones restrictivas en materia de inmigración, de asilo y de acceso a la ciudadanía”, comentó después el primer ministro, el socialista Cazeneuve. “La candidata del Frente Nacional intenta, como después de cada drama, aprovechar a instrumentalizar para dividir, intenta explotar, sin vergüenza, el miedo y la emoción con fines exclusivamente políticos. Nada, ningún elemento de la investigación, ninguna información permite vincular de ninguna manera la inmigración, el asilo, con lo que ocurrió [el jueves] en París”.

Los otros candidatos fueron cuidadosos a la hora de evitar parecer que usaban el atentado con fines electoralistas, pero no desaprovecharon el momento. Era una prueba, en tiempo real, para evaluar su capacidad de reacción, su talento para inspirar confianza, que al final es una de las cualidades, más allá de los detalles programáticos, que definen a un presidente.

El conservador François Fillon, debilitado por la investigación judicial sobre los supuestos empleos ficticios de su familia, se postuló como el candidato de la lucidez y el sosiego. Fillon, que fue primer ministro durante cinco años, se esforzó por exhibir una imagen de político experimentado, conocedor de los engranajes del Estado.

El riesgo del centrista Emmanuel Macron, en una situación como esta, es aparecer como el político novato, joven a los 39 años para el cargo y con escasa experiencia ejecutiva, la imagen, alimentada por sus rivales, de que aunque esté bien preparado para gestionar la economía —fue ministro del ramo durante dos años y antes banquero— no lo está para las cuestiones de seguridad y defensa. En su declaración repitiese las frases seré implacable y estoy preparado.

Hoy Macron lidera los sondeos, y es difícil que el tiroteo cambie el sentido de muchos votos, pero ningún candidato quiere cometer un desliz a 48 horas del voto que eche por tierra sus aspiraciones. Y menos con el terrorismo, perversamente entrelazado con las cuestiones de la identidad y la inmigración, que ha marcado el mandato del presidente François Hollande y puede marcar la de su sucesor.

 

 

Fuente:elpais.com