Ineficiencia en el Seguro Social

En una Crónica del 2015 mencioné el favorable impacto que me causó una plática que dio el entonces Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), José Antonio González Anaya (JAGA); en uno de los desayunos mensuales del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), en virtud de su exitosa gestión en el IMSS, en el que estuvo aproximadamente 4 años; cuando él tomó el mando el IMSS “estaba al borde del abismo”.

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Jaga tuvo su formación profesional en dos de las mejores universidades de EUA: el Instituto Tecnológico de Massachusetts (ITM por sus siglas en inglés) y la Universidad de Harvard. Jaga le dio viabilidad financiera al IMSS, al menos en el corto plazo, e instrumentó importantes medidas para mejorar la calidad del servicio médico y un trato más humano a los usuarios del mismo.

Jaga fue nombrado Director General de Pemex en febrero del 2016 a fin de que corrigiera las marcadas deficiencias en su operación productiva, en su administración, y en sus finanzas, que por muchos años han mostrado un creciente saldo negativo en su capital. Pemex desde hace décadas ha sido expoliado por sus altos directos y el poderoso Sindicato Petrolero. El predecesor de Jaga, Emilio Losoya Austin, fue “retirado” de Pemex por su ineficiencia y por corrupto; recientemente el Tribunal Supremo de Brasil lo acusó de recibir sobornos de la mayor constructora de ese país.

El actual Director General del IMSS, Mikel Arriola Peñalosa (MAP) también tiene un amplio curriculum vitae con maestrías en la Universidad de Chicago y la London School of Economics. Al igual que Jaga tiene la encomienda de continuar con el fortalecimiento financiero del IMSS y mejorar la calidad del servicio que prestan 430 mil trabajadores de esa institución a 70 millones de derechohabientes. Analistas señalan que al igual que Pemex, la crisis financiera que experimenta ese Instituto lleva por lo menos dos décadas, que se expresa en un patrimonio negativo, producto de un enorme pasivo laboral; hoy día tiene que dedicar casi la mitad de su presupuesto a pagar pensiones y jubilaciones de sus propios trabajadores y de los jubilados y pensionados afiliados al IMSS; en cada ejercicio el IMSS tiene que dedicar una proporción mayor de sus reservas por esos conceptos, con ello se ha afectado el gasto dirigido a la prestación de servicios para los derechohabientes, reduciendo al mínimo la inversión física y la adquisición de medicamentos; las pensiones son una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento haciendo inviable cubrir las pensiones y jubilaciones.

En este marco traigo a colación dos hechos recientes que muestran la ineficiencia de esa institución y el trato inhumano que da a muchos pacientes. Ciertamente, en noviembre pasado el chofer de mi amigo Rodolfo me comentó que le iban a extraer una “bola” del hombro en las instalaciones del IMSS, donde permaneció varias horas después de la cirugía. Un mes después me dijo que le extrajeron un tumor el cual lo enviaron a patología para su análisis. Ya transcurrieron más de cuatro meses y no le han dado los resultados; se ha quejado con la Dirección de Servicios al Derechohabiente y no ha prosperado la entrega de resultados. Me imagino que esto sucede porque el IMSS está saturado en el área de patología. Si el estudio finalmente indica que es un tumor maligno, el chofer “está frito”. El IMSS tiene la obligación de prestar un servicio eficiente y a tiempo, para eso el patrón y el derechohabiente pagan sus cuotas respectivas al Instituto.

Por otra parte, la persona que me despacha la gasolina, de aproximadamente 35 años, con una profunda tristeza me dijo que a principio de abril pasado su pequeño hijo de dos años y medio fue programado para una delicada operación en la cabeza que se llevaría a cabo en las instalaciones del Centro Médico, que goza de reputado prestigio. Se presentó a la hora indicada y entubaron y medicaron a su hijo para la cirugía. Al cabo de cierto tiempo le señalaron que la cirugía no se realizaría porque no tenían el aparato que se necesitaba. Le dieron una nueva fecha para la operación, se presentó al Centro Médico y una nueva sorpresa, su hijo quedaría inscrito en una lista de espera sin fecha definida para la cirugía. El joven empleado de la gasolinera está angustiado, ha recurrido a varias instancias del IMSS y nadie le hace caso.

Lo cierto es que México no podrá salir adelante cuando se gobierna con tanta indolencia, “demagogia y corrupción”.

Giovanni Sartori

El pasado 4 de abril murió a los 92 años el gran teórico de la democracia, Giovanni Sartori, (GS); el maestro florentino “que enseñó a pensar en la democracia”. GS dejó “un legado de lucidez y mordacidad en el análisis del sistema político, los partidos y los medios de comunicación”. Con su muerte de GS el mundo pierde a una de las mentes más brillantes de la ciencia política. Su formación fue de politólogo y sociólogo; escribió importantes libros sobre el funcionamiento de la democracia liberal y del sistema de partidos.

GS fue profesor emérito en la Universidad de Florencia y desde 1976 comenzó a dar clases en universidades de EUA, primero en Stanford y luego en la de Columbia en Nueva York. GS fue crítico de las leyes electorales de su país y advirtió de los peligros a los que la democracia se enfrenta, como la degeneración populista; lo advirtió para Italia definiendo al régimen del primer ministro Silvio Berlusconi como un Sultanato.

Asimismo, mencionó que entre otros riesgos que enfrenta la democracia están la corrupción y las oligarquías. Advirtió del peso que con el dinero pueden tener los partidos políticos y producir populismo GS a mediados de los noventa planteó en su libro Ingeniería Constitucional, que el presidencialismo en México, país que visitó numerosas veces, es eficaz, empero, autoritario, y sugirió fortalecer la diversidad de los partidos y dar mayor relevancia al Congreso. Su influencia fue importante para que el sistema electoral de México avanzara, asimismo para el abandono del sistema presidencial autoritario por uno democrático.

GS fue crítico con la Iglesia, especialmente por su falta de control en la explosión de la población en los países pobres. Analizó el conflicto generado por los crecientes fenómenos migratorios y el Islam. En una entrevista que le hizo el diario el País en el 2001, afirmó que la civilización occidental y el islam actual “son funcionalmente incompatibles”, fue un férreo crítico del multiculturalismo y de la integración de los musulmanes a Europa. Expresó que la Unión Europea es un edificio mal construido y se está derrumbando; la situación se hace más desastrosa porque algunos han creído que se podrían integrar los inmigrantes musulmanes, y eso es imposible; igualmente consignó que la izquierda ha perdido su ideología y utilizan el término multiculturalismo como una nueva ideología, porque la vieja ha muerto.

GS fue visionario del Brexit y de la llegada de Donald Trump a la presidencia de EUA. Se pronunció contra el “chavismo”; de lo que pasaba en Bolivia y Ecuador; lo que consignó como teórico en cuanto al populismo, se concretó en esos países “que ha producido masas fanatizadas”.
La crítica de GS contra la televisión fue demoledora, dijo; “si el niño aprendiera a leer y escribir antes de ser educado a través de la televisión, funcionaría de una forma distinta que el niño que empieza por la televisión, y va al colegio cuando ya está condicionado por este tipo de impronta (huella), no cabe duda GS fue “un gran provocador”.