Enlace Judío México.- La Visita Pastoral del Papa Francisco a Chile

La visita pastoral del Papa Francisco a Chile, del 15 al 18 de enero pasado, incluyó las ciudades de Santiago, Temuco e Iquique, fue la segunda visita papal a ese país, luego de la que realizó Juan Pablo II en 1987. Francisco llegó a un país donde la Iglesia atraviesa momentos de tensión interna y de marcado desinterés de un creciente número de ciudadanos, particularmente los jóvenes. El Papa enfrentó manifestaciones anticlericales violentas con ataques con bombas caseras en varias parroquias acompañados por amenazas por escrito en tono fuerte contra Francisco. En las comunidades indígenas de los mapuches se registraron manifestaciones durante su visita.

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Para muchos chilenos Francisco ya no tiene la jerarquía ejemplar en la defensa de los derechos humanos como durante la dictadura de Augusto Pinochet, cuando destacó la figura del Arzobispo Raúl Silva, que influyó en el acontecimiento vinculado con el muy poderoso sacerdote Fernando Karadima, suspendido de por vida por sus escándalos, que han marcado de manera significativa la credibilidad del clero. Los abusos cometidos fueron a adolescentes y jóvenes de clase media acomodada y familias muy conocidas y tradicionales de Santiago en los años ochenta y noventa.

Las víctimas escribieron en su momento al Arzobispo de Santiago denunciando los hechos; empero, la carta fue destruida por su secretario personal, Juan Barros, quien además viajó a Roma para desacreditar a las víctimas. Cuando las noticias llegaron al Vaticano, se investigaron los hechos y se declaró culpable a Karadima ordenándose su retiro.

El asunto de los abusos fue uno de los más sensibles de la visita, que tocó otras cuestiones delicadas, en especial el encuentro con los mapuches y el probable apoyo del Papa a la causa de los pueblos originarios de América. En los últimos años se han producido más de 80 denuncias de abusos, y una de ellas es especialmente delicada porque Francisco nombró obispo de Osorno a Juan Barros, quien enfrentó manifestaciones cuando fue nombrado obispo, no obstante, sigue en su puesto; incluso participó en la visita del Papa en una misa masiva en el Parque O´Higgins. Francisco en lugar de confortar a las víctimas puso en duda de que las numerosas pruebas sobre el caso fueran válidas. Peor aún, se colocó del lado de quienes consideran que las víctimas deben probar su inocencia. Lógicamente las críticas no tardaron en llegar, incluso desde la propia jerarquía. Sean O´Malley, actual arzobispo de Boston –diócesis devastada por los casos de pederastia- declaró en público que las palabras de Francisco son “una fuente de gran dolor para los supervivientes de abusos sexuales”.

En una inusual disculpa, el Pontífice pidió perdón por las palabras elegidas por Francisco, se considera que debería ser más cuidadoso en algunos asuntos. Y, como siguen reclamando las víctimas, no solo disculparse, sino actuar.

Desde hace tiempo la Iglesia Católica en Chile ha perdido fieles; se ha convertido en el país con menos personas que se declaran católicos de toda Latinoamérica, sólo el 44%. El 38% de los chilenos dice que no tiene ninguna religión, un récord regional que dobla la media. Este fue uno de los objetivos centrales del viaje del Papa pensado para revitalizar a la Iglesia con la figura del Papa argentino, que genera pasiones en todo el mundo.

Formalización del Empleo

El Presidente Peña Nieto ha destacado la creación histórica de empleos durante su gobierno que para este fin de año sumarán 4 millones. El aumento es más del doble de la anterior administración e incluso mayor que en cualquiera de las administraciones pasadas. En este ámbito, el Director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Tuffic Miguel Ortega, ha señalado que el desempeño positivo de los mercados laborales es resultado de la combinación entre la generación de nuevas plazas en el sector formal de la economía y el registro de personas que ya trabajan, pero no están incorporadas a la seguridad social. En el 2017 el avance del empleo fue de 4.5%, comparado con 2.3% de la economía, lo que indica que existe un significativo proceso de formalización del empleo que ha conducido a que el ritmo de creación de plazas formales supere en más del doble al del empleo total.

De acuerdo a diferentes analistas la formalización del empleo se debe a la reforma laboral, que ha favorecido figuras de contratación que antes no existían, que han bajado los costos de contratación y que han incentivado a las empresas a ampliar sus plantillas de personal asegurado, en muchos casos, bajo la figura del outsourcing (subcontratación).

Por otro lado, la fiscalización del IMSS a las empresas llevó a un gran número de ellas a dar de alta a sus empleados y trabajadores al IMSS. Los nuevos empleos generados tienden a ser puestos con salarios bajos, particularmente entre uno y tres salarios mínimos, mientras que las plazas con mayor remuneración han disminuido.

De acuerdo a los registros de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) el número de trabajadores en el país cerró el 2017 con 52 millones 866 mil, 742 mil más que el año previo. Los empleos generados se concentraron en los de menor ingreso. Con remuneraciones de hasta un salario mínimo, dos mil 400 pesos al mes, el número de ocupados se ubicó en 7 millones 926 mil, 479 mil más que en el cuarto trimestre de 2016. En el rango de más de uno hasta dos salarios mínimos, cuatro mil 800 pesos como máximo, laboraron 14 millones 216 mil personas, casi 640 mil más.

Con niveles superiores a los dos salarios se observó una reducción de puestos de trabajo. En el rango de dos a tres salarios mínimos la disminución fue de 707 mil; entre los tres y cinco salarios la contracción fue de 186 mil y en el caso de los mejores pagados, con salarios a partir de los cinco salarios mínimos, desde 12 mil pesos, el descenso fue de 734 mil.

Los registros indican que casi uno de dos trabajadores en México, 42 por ciento del total, perciben como máximo dos salarios mínimos al mes y ésta es su mayor proporción para un cierre de año desde que hay registros disponibles, a partir de 2005.

Además, el INEGI informó que, al cierre de 2017, se registraron 30.2 millones de personas con una ocupación informal, cifra que reflejó un aumento de 1.1 por ciento, unas 322 mil personas más, en relación al mismo periodo de 2016. Sin embargo, la tasa de informalidad laboral, que es el número de personas bajo esta condición respecto a la Población Económicamente Activa cayó 0.2 puntos porcentuales, a 56.8 por ciento.

Por otro lado, el elevado ritmo de inflación registrado en el 2017 de 77.0% afectó sensiblemente el ingreso de 1.8 millones de mexicanos que cayeron en la franja en la que no se puede comprar una canasta alimentaria básica con el ingreso laboral de su hogar.

Ciertamente, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que el ingreso laboral per cápita real mostró una disminución anual de 2.5% entre el cuarto trimestre de 2016 y el mismo periodo de 2017. Como resultado, la población con un ingreso laboral inferior a la línea de bienestar mínimo –determinada por el valor de la canasta alimentaria- aumentó de 40 a 41 por ciento en igual lapso comparable.

Por definición, se trata del porcentaje de la población que, aún si hiciera uso de todo el ingreso laboral disponible en el hogar, no podría adquirir los bienes de la canasta alimentaria. En cifras absolutas, el número de mexicanos que cayeron en la zona en que no se puede comprar una canasta alimentaria con el ingreso laboral pasó de 49.1 a 50.9 millones de personas en el último año. Este aumento revirtió la disminución observada durante 2016 que había sido resultado de una baja inflación. El porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior a la línea de bienestar mínimo no constituye una medición de pobreza, pero sí refleja el deterioro que sufrió el poder adquisitivo de las familias.

El Coneval agregó que “la explicación de este aumento radica principalmente en un incremento del valor de la canasta alimentaria de 9.0 por ciento en zonas urbanas y 8.7 por ciento en zonas rurales en este periodo”. En 20 de las 32 entidades creció el porcentaje de la población cuyo ingreso laboral no fue suficiente para adquirir una canasta alimentaria. “Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, San Luis Potosí, Zacatecas, Puebla y Morelos son estados en los cuales la situación del ingreso laboral es más precaria que en el resto del país”. En todos, el ingreso laboral de las familias es mucho menor al valor de la canasta alimentaria. Destaca el caso de Chiapas, donde 71 de cada 100 personas tienen ingresos laborales que son menores al costo de la canasta alimentaria.

Se prevé que el ingreso de los mexicanos seguirá deteriorándose en el 2018, ya que se espera que la inflación se eleve entre 4.5% y 5.0%.