Enlace Judío México.- Después de ser expulsados de dos hoteles en Qatar por el temor de violar las leyes estadounidenses de sanciones financieras al terror, los líderes de Hamás mantuvieron una conferencia de prensa la semana pasada en el Sheraton Grand Doha hotel para anunciar la publicación de un nuevo documento político.

JONATHAN SCHANZER- KATE HAVARD

El documento, promocionado como una versión más moderada del estatuto fundador del grupo, ni es un nuevo estatuto ni es moderado. Hamás sigue comprometido con la violencia como una estrategia. Pero el episodio entero sirve para destacar un problema actual: Qatar, nominalmente un aliado estadounidense, ayuda normalmente en el encubrimiento de organizaciones terroristas.

Doha es la base para muchas figuras de Hamás. El país dio la bienvenida al líder político de Hamás, Khaled Meshaal, en el año 2012, después que Hamás ya no pudo soportar más la matanza de suníes y palestinos por parte del régimen de Assad, provocando el cierre de las oficinas de Hamás en Damasco. El nuevo líder político, Ismail Haniyeh, está ahora en su camino a Doha desde Gaza, junto con un grupo de ayudantes. Cuando el líder militar de Hamás, Salah al-Arouri, fue forzado a abandonar Turquía después de planificar el secuestro de los tres adolescentes israelíes que provocó la guerra del 2014 entre Israel y Hamás, él hizo su nuevo hogar en Doha en el 2015. Ezzat al-Rishq, el portavoz de Hamás, llama hogar a Qatar.

Qatar es también cajero automático de Hamás. En el 2012, el ex Emir de Qatar, Hamad bin Khalifa Al Thani, viajó a Gaza y prometió u$s400 millones al gobierno de Hamás. Después de la guerra del 2014, Qatar prometió u$s1000 millones a lo largo de muchos años para un fondo de reconstrucción para Gaza (más que a cualquier otra nación). Hamás, según se informa, ha usado esos fondos para reconstruir su red de túneles terroristas.

Ha sido pagada menos de la mitad de la promesa de mil millones de dólares de Qatar. Pero anteriormente este año, Haniyeh anunció que el nuevo emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, pagaría u$s100 millones a la Gaza controlada por Hamás en el 2017.

Y cuando una pelea reciente entre Hamás y la Autoridad Palestina creó una masiva crisis energética, y provocó protestas contra Hamás en la Franja de Gaza, Qatar intervino y proporcionó a Hamás u$s12 millones para combustible.

En resumen, Qatar no tolera  solamente a Hamás, se desempeña como el patrón financiero y político del grupo. Y ahora es también el consultor de marketing de Hamás. Las huellas digitales de Doha están por todo el cambio político tentativo transmitido en el documento político que Hamás dio a conocer la semana pasada en el Sheraton en Doha. Podemos esperar más reposicionamiento de Hamás por parte de Qatar en los días y semanas por venir.

Y Hamás no es el primer grupo terrorista al que Qatar ha ayudado a encubrir. Cuando el Frente Nusra anunció su “división” de Al-Qaeda en el 2016, ellos lo hicieron, según se informa, a instancias de Qatar, con promesas de incrementar la financiación. Sucedió con la bendición del liderazgo de Al-Qaeda e involucró poco más que un cambio de nombre, y una afirmación hecha por los líderes de Nusra que ellos ya no tenían más una “relación con ninguna parte extranjera.”

Qatar tomó la delantera en promover la llamada división, poniendo al aire dos extensas entrevistas en su red estatal Al-Jazeera con Abu Mohamed al-Jolani, líder de Nusra. Revelando su cara a los medios por primera vez, Jolani habló extensamente sobre la independencia y moderación recientes de Nusra, bajo el disfraz del nuevo grupo, conocido como Jabhat Fateh al-Sham.

Por supuesto, él no renunció a su juramento de lealtad hacia Al-Qaeda o rechazó su ideología. Y, como el liderazgo de Al-Qaeda se relocaliza cada vez más en Siria, el nuevo grupo de Jolani puede trabajar con ellos mientras afirma rechazar la influencia “extranjera”—ofreciendo una medida de cobertura a Qatar, mientras éste financia al grupo en Siria.

Los talibanes también se benefician de las operaciones de encubrimiento de Qatar. En el 2013, cuando los talibanes decidieron abrir su primera “embajada,” lo hicieron en Doha. Fue un lugar conveniente porque muchos de los líderes talibanes vivían ya allí. Después que el gobierno de Afganistán protestó, fue cerrada la “embajada.

En el 2015, altos funcionarios talibanes viajaron a Doha a negociar el intercambio de prisioneros entre el sargento estadounidense Bowe Bergdahl y los famosos cinco talibanes, prisioneros de alto nivel en Bahía Guantánamo. Hoy, los cinco talibanes viven lujosamente (pero bajo una prohibición de viaje) en Doha. Según se informa, los qataríes pagaron por las casas pródigas de los líderes talibanes y los funcionarios norteamericanos incluso se han reunido calladamente con los líderes talibanes allí tan recientemente como en octubre del 2016.

Más ampliamente, en un informe reciente por parte de nuestro colega David Weinberg, Qatar no pudo encontrar “un sólo ejemplo específico de Qatar acusando, condenando y encarcelando a un individuo designado por Estados Unidos o la ONU.” En otras palabras, los terroristas vagan libres en este pequeño rincón del Medio Oriente. En algunos casos, el gobierno trata activamente de ayudarlos a rebautizarse. En otros, el gobierno simplemente hace la vista gorda ante sus actividades.

Todo esto es bastante asombroso en vista del hecho que continuamos viendo a Qatar como un aliado. Aunque debe destacarse que pocos del otro lado llamarían a esta una alianza forjada en los valores en común. Esta es una relación transaccional, basada en Qatar concediendo al ejército estadounidense operar desde una base aérea masiva, Al Udeid, la cual se ha vuelto crucial para nuestras operaciones de avanzada en el Medio Oriente contra el ISIS, Al-Qaeda y otros grupos terroristas.

La locura de este arreglo es destacada por el hecho que la base está esencialmente en la calle del mismo hotel adonde Hamás ha desplegado su nuevo documento político, y a la distancia de una pedrada de la “no embajada” de los talibanes.

Algunos en el ejército insisten en que este no es un problema. Algunos analistas de Washington dicen que el gobierno en Doha está cambiando. Pero esto equivale a poco más que una campaña de renombramiento. Qatar está patrocinando terrorismo. Es hora de exigir que este país meso-oriental cambiante elija de qué lado está.

 

 

Fuente: Newsweek
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México