Enlace Judío México.- Emmanuel Macron (EM) de 39 años, líder de un partido que tiene apenas un año de existencia, se abrió paso en un país, Francia, en el que dos grandes partidos tradicionales se alternaban el poder desde hace 50 años. Resultó electo Presidente en la segunda vuelta de los comicios que se celebraron el 7 de mayo pasado; su triunfo fue contundente, con dos tercios del total de los votos frente al tercio restante de Marine Le Pen (MLP), hija de Jean Marie Le Pen, fundador del ultraderechista partido Frente Nacional, quien obtuvo más votos que nunca, 11 millones, casi el doble de los que su partido sumó en la segunda vuelta presidencial del 2002. Hay que destacar que se registró un abstencionismo del 25.0%, el porcentaje más elevado desde 1969.

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Francia y Europa respiran por el triunfo de EM, lo ven como una victoria para la apertura, la tolerancia y el internacionalismo frente al populismo xenófobo de MLP. Una Francia cosmopolita y abierta vis a vis a los partidarios de cerrar todas las puertas a la inmigración y al libre comercio. EM captó el voto del descontento existente en Francia y en general en Europa, por el statu quo; una parte importante de la sociedad francesa está desesperada por el elevado desempleo estructural de alrededor del 10.0%; el estancamiento de su nivel de vida, el deterioro de los suburbios y las tensiones raciales y religiosas; “nacionalistas, proteccionistas e islamofóbicos culpan a la Unión Europea (UE), y al orden económico mundial del que forma parte, por exacerbar los males de Francia”. Asimismo, muchos de los que eligieron a EM, tienen la sensación de que las decisiones que les afectan se toman a sus espaldas, en comités opacos de Francia y/o de la UE, integrados por personas que no conocen y a los que no han elegido; los votantes de EM esperan que él, sin que Francia salga de la UE, resuelva esta situación.

EM rompió con el statu quo, tuvo la visión de emanciparse a los partidos tradicionales cuando estaban a punto de “tronar”; fue hábil para captar el sentir de una parte de la sociedad francesa, harta de la vieja política y de las viejas estructuras políticas y, al mismo tiempo, esperanzadas; se estima que el 60.0% de los votos que recibió para su mandato de 5 años, provino de gente de derechas e izquierdas que querían frenar el ascenso al poder de MLP, que con sus propuestas pretende sacar a Francia, la quinta potencia mundial y la segunda de Europa, de la UE y del Euro.

EM ha expresado que Francia debe adaptarse a la realidad de la inmigración masiva en vez de resistirse a ella; en este sentido, la ONU prevé que Francia y la UE deberán recurrir a mano de obra extranjera para mantener su actual fuerza de trabajo; para Francia estima un flujo de 12 millones hasta el año 2050. Contra la posición islamofóbica y racista de MLP que constituye una amenaza a la cohesión nacional y de la UE, EM ha consignado que no derogará la Ley 1905 que promueve la laicidad.

EM un centrista “que tiene una cultura inmensa” propugnará por una mayor libertad económica, sin renunciar a la justicia social; buscará impulsar la inversión disminuyendo las tasas impositivas y flexibilizando la contratación de las empresas. Para financiar esta estrategia se tendrá que hacer una serie de ahorros en el gasto público para no recurrir al endeudamiento o un mayor déficit.

EM, ex banquero (empleado y asociado del banco francés Rothschinld & Cie) y ex ministro de Economía en la Administración del Presidente Francois Hollande, enfrentará un complejo entorno, quizá el más difícil desde que Charfles De Gaulle estableció la Quinta República en 1958, en virtud del fracturado sistema político existente en el país, vinculado en buena parte con la Reforma Laboral que estableció Hollande en el 2016, que entre otros contenidos, da mayor flexibilidad a las empresas para mejorar su productividad y que fija diversas medidas restrictivas para los trabajadores; las elevadas tasas de desocupación, un crecimiento económico débil; la lucha antiterrorista y la crisis de la UE, que en el caso de Gran Bretaña, concluyó a su salida de la misma.

El primer desafío que tendrá EM como presidente es obtener una mayoría en las elecciones legislativas que se realizarán el 11 y el 18 de junio próximo, con la cual será factible instrumentar su proyecto político, económico y social. Las primeras encuestas de opinión dan a los candidatos del partido de EM, La República en Marcha, entre 249 y 286 asientos en la Asamblea Nacional de un total de 577 que la integran, no logrará la mayoría absoluta por lo que tendrá que buscar alianzas con la izquierda y derecha, proceso que no será fácil “ante la Asamblea más atomizada de la historia reciente de Francia”; podría tener el respaldo de los socialistas por sus antecedentes como ministro de Hollande. Por lo demás, EM podría ayudar a fortalecer la integración de la UE, siempre y cuando Alemania, país líder de la misma, le brinde apoyo en sus políticas. Si EM fracasa en su política de defender a Francia y la UE, MLP “con una cara menos estridente y radical que su padre”, podría levantarse en el 2022, como evidencia su avance electoral y la indiferencia que denota la abstención.

Los franceses, al no encontrar respuestas a su enfado con la mundialización y la migración masiva, podrían “animarse a MLP al igual de lo que sucede en otros países europeos, donde los partidos populistas están ganando más adeptos con argumentos similares a los de MLP; Trump en EUA ganó las elecciones acusando a los migrantes y al comercial mundial de la pérdida de la grandeza de EUA.

En este marco, el analista político Jaime Sánchez Susarrey, en su columna en El Financiero del 9 de mayo, señala que lo que está ocurriendo en Francia tiene importancia vital para México: el ascenso del populismo se puede contener, siempre y cuando exista un candidato con un proyecto, que sea capaz de desmontar la demagogia y convocar al voto por el cambio a fondo y responsable, la mala noticia es que aún no lo hemos encontrado.