Enlace Judío México.- La integración musulmana es central para la agenda contraterrorista de Europa.

THE WALL STREET JOURNAL

El martes la policía británica identificó al atacante terrorista que se voló fuera del Manchester Arena como Salman Abedi, un hombre de 22 años de edad nacido en esta ciudad. Esto significa que Inglaterra ha sido aterrorizada nuevamente por un musulmán nativo que se radicalizó mientras gozaba las libertades de la sociedad occidental.

El Estado Islámico se adjudicó el crédito por el ataque, y nos enteraremos más en los días por venir sobre cómo Abedi se volvió a la yihad. Pero el bombardeo en Mánchester sigue al ataque vehicular cerca del Parlamento en marzo que fue perpetrado también por un musulmán inglés nativo.

Este es el reto diabólico que enfrentan los funcionarios occidentales cuando intentan detener ataques como el del lunes contra niñas adolescentes y preadolescentes que asistían a un espectáculo de la estrella popular Ariana Grande. Al menos 22 resultaron muertas y 58 heridas en el ataque más letal en Inglaterra desde los bombardeos al subterráneo de Londres del 7 de julio del 2005.

Las fuerzas de seguridad británicas tienen un buen historial, mejor que muchos gobiernos europeos, en desbaratar el terror. Los fiscales condenaron a 264 personas en delitos terroristas relacionados con el islamismo entre 1998 y 2015, según un estudio de fuente abierta por parte de la Sociedad Henry Jackson con sede en Londres. Las cifras no incluyen casos que no terminan en condenas y a menudo permanecen clasificados.

Pero el radical de cosecha propia, que es reclutado cada vez más por grupos como el Estado Islámico, es difícil de identificar y detener. Este es el motivo por el cual los gobiernos deben hacer frente al problema en sus raíces en las comunidades musulmanas que están aisladas de la sociedad convencional en ciudades importantes tales como Mánchester, París y Bruselas.

Las encuestas de opinión británicas encuentran constantemente brechas entre las actitudes de los musulmanes y el ethos liberal de la cultura general en todo, desde la homosexualidad, los derechos femeninos y el antisemitismo. Una encuesta del año pasado encontró que el 7% de los musulmanes británicos apoyan un califato islámico mientras el 4% cree que el terrorismo es una forma de protesta aceptable—una gran mancomunidad de potenciales yihadistas. Promover la integración involucra preguntas más profundas acerca de pertenencia e identidad que no tienen respuestas fáciles. Pero una forma de comenzar es aplicar constantemente las leyes británicas en todas las comunidades.

La Primer Ministra Theresa May detuvo el martes su campaña de reelección y prometió “encargarse de derrotar a la ideología que a menudo alimenta esta violencia.” Hablando en la Margen Occidental, el Presidente Trump condenó a los “malos perdedores en la vida” que llevan a cabo tal violencia. Esa nota sobre los “perdedores” es bienvenida incluso cuando es chocantemente coloquial, ya que los islámicos se ven a la vanguardia de una ideología milenaria triunfante. Los líderes deben buscar oportunidades para debilitar esa narrativa.

Los musulmanes tendrán que asumir la responsabilidad final por erradicar a los radicales en su medio. Grupos musulmanes ingleses tales como la Fundacion Quilliam contraterrorista han hecho progresos, pero a menudo están en la minoría entre los imanes y líderes comunitarios. En tanto eso continúe, el fracaso de la integración presentará una amenaza mortal para Europa.

 

 

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México