DOV ALFON

El presidente sirio, Bashar Assad, ordenó personalmente el desarrollo y la producción del gas sarín para utilizarlo contra su propio pueblo a principios de 2009, dos años antes de que estallara la guerra civil del país, reveló el sitio de investigación francés Mediapart.

La serie de investigación de Mediapart se basa en entrevistas con ex altos funcionarios del programa de armas químicas de Siria que desertaron a Francia, así como en documentos extraídos de CERS, una organización de investigación científica siria bajo el control directo de Assad. Estos documentos fueron examinados y verificados por la inteligencia francesa y los servicios de inteligencia aliados, siendo la base de la declaración de Francia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, pese a las negaciones de Rusia, de que el gobierno sirio había utilizado gas nervioso en su bombardeo de la ciudad de Khan Sheikhoun en abril.

Entre otras cosas, la serie afirma que en julio de 2011, inmediatamente después de que los primeros soldados desertaran del ejército sirio para unirse a los rebeldes, Assad ordenó al Departamento 3000, la unidad responsable de armas químicas en CERS, adaptar granadas y morteros para contener el gas nervioso a fin de utilizarlo contra los rebeldes, los manifestantes y la población civil.

Pero los preparativos para bombardear a civiles se iniciaron a finales de 2009, cuando siete bases de la fuerza aérea de Siria recibieron grandes cantidades de gas nervioso que posteriormente fueron adaptadas para su uso en bombas y granadas que podrían ser lanzadas desde helicópteros.

Una de las personas entrevistadas por Mediapart sirvió como director de la sección de investigación del Departamento 3000 hasta que comenzó la guerra civil. El individuo fue reclutado fuera de la preparatoria debido a sus altas calificaciones en ciencias y química en particular. Luego fue enviado a la universidad y a la escuela de posgrado, primero en Siria y luego en Occidente. También asistió a cursos del ejército para aumentar su motivación y producir grandes cantidades de armas químicas. Los cursos enfatizaron la ventaja de tales armas para intentar recuperar los Altos del Golán.

“No soy alauita; no estoy relacionado con el régimen de Assad,” dijo. Sin embargo, añadió, fue muy leal al programa químico, porque le indicaron una y otra vez que era la única forma de presionar a Israel para devolver el Golán a Siria en negociaciones futuras.

“Sabía que una guerra no nos permitiría alcanzar este objetivo”, explicó, era importante crear un equilibrio de disuasión contra Israel mediante el desarrollo y la producción del gas nervioso. Esa idea le parecía muy lógica. La táctica del régimen parecía tener mucho sentido.

Sólo muchos años más tarde comprendió que el objetivo principal era prepararse para responder a un posible golpe de Estado mediante ataques químicos contra la propia población siria. Eso lo comprendió cuando le ordenaron que preparara armas químicas miniaturizadas y las trasladara a bases aéreas específicas.

“Las pistas de las bases aéreas no eran lo suficientemente largas como para permitir el despegue de los Sukhoi-22 o MiG-23,” explicó. “En una base, sólo había helicópteros. Otra base, en Suwayda , situada en el sur del país, estaba tan cerca de la frontera que los israelíes podrían haberla destruido con proyectiles de mortero si hubiesen pensado que los ponía en peligro “.

En consecuencia, dijo, estaba claro que estas armas no estaban destinadas a bombardear Israel.

El ex funcionario dijo que había dicho a su supervisor directo que no tenía sentido almacenar armas químicas en esas bases y de esa manera. También dijo al jefe de inteligencia, Ali Mamluk, responsable de CERS que “había recibido una orden absurda”. En ese momento, dijo, todavía no entendía “que la idea de usar sarín contra la oposición venía de Assad”.

Cuando los ingenieros del Departamento 3000 hicieron demasiadas preguntas, el régimen tomó medidas inmediatas. En septiembre de 2012, un mes antes de que Assad utilizara armas químicas en Siria, Bashar Hamwi, director del programa de desarrollo de armas químicas, que había trabajado para fabricar armas químicas miniaturizadas fue secuestrado de su oficina.

Otro jefe de la unidad en el Departamento 3000, dijo que de pronto descubrió que su nombre estaba publicado en foros y sitios web rebeldes como blanco de asesinato.

Cuando empezó a negarse a obedecer órdenes, el gobierno encontró la solución: “El régimen filtró mi nombre al público, con la esperanza de que sería eliminado por la oposición. En ese momento, comprendí que debía abandonar el país con mi familia,” dijo a Mediapart. Huyó mediante familiares al Golfo y pidió asilo en Europa.

El Departamento 3000 desarrolló un gas nervioso cuya composición era única, y por lo tanto puede ser fácilmente identificado. El gas contiene sarin, un líquido mortal inodoro e incoloro. Pero también contiene diisopropil metilfosfonato (DIMP), un subproducto creado de la síntesis de gas sarín, y metenamina, que se utiliza para catalizar el proceso de síntesis. Los dos últimos componentes dejan huellas que perduran mucho tiempo en el suelo, así como en la sangre y la orina de las víctimas.

En abril de 2013, durante el ataque de gas del régimen contra la ciudad de Saraqib, tres granadas fueron arrojadas de un helicóptero sirio. Una explotó pero no causó víctimas; la segunda mató e hirió a decenas de personas; y la tercera no explotó.

Esa tercera granada está ahora en posesión de la inteligencia francesa, la cual, según Mediapart, contenía 100 mililitros de sarín con una pureza estimada del 60 por ciento. Los otros ingredientes del compuesto fueron metenamina y dos subproductos de la síntesis de sarín, incluyendo DIMP. Es decir, contenía la fórmula especial de gas nervioso desarrollada por el régimen de Assad.

El Departamento 3000 ha sufrido varios cambios desde que comenzó la guerra civil. Actualmente está encabezado por uno de los partidarios más leales del régimen, Zuhair Fadhloun, que decidió cambiar el nombre de la unidad al Departamento 5000 y lo separó de las antiguas bases de la unidad en la región de Jamraya, encargadas de instalar misiles con ojivas químicas. Esas bases han sido dos veces bombardeadas por Israel, en enero y mayo de 2013.

Además, las unidades de inteligencia de la fuerza aérea siria responsables de almacenar y proteger el gas nervioso fueron transferidas al nuevo Departamento 5000. Estas unidades, antes conocidas como unidades 417 y 418, son ahora parte de CERS, bajo los nombres de código 451 y 452. Este cambio se hizo por una serie de razones, incluyendo el supuesto de que CERS sufre de mucha menos corrupción que el ejército y la fuerza aérea.

Los documentos obtenidos por Mediapart muestran que CERS emplea actualmente a 9.000 personas. De éstas, 5.500 se dedican a desarrollar misiles, bombas y proyectiles. La nueva unidad de armas químicas emplea a 350 ingenieros.

La división de producción está dispersa en varias bases en el desierto al este de Damasco.

Algunas de esas bases fueron destruidas como parte de un acuerdo de 2013 negociado por Rusia para deshacerse de las armas químicas de Siria. Otras, sin embargo, permanecieron intactas.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico