Enlace Judío México.- El Reino Unido está despertando a la naturaleza ideológica de la amenaza islámica.

THE WALL STREET JOURNAL

El ataque terrorista del sábado en el corazón de Londres, el tercer ataque asesino en Inglaterra en 72 días, presenta una opción difícil para las sociedades libres: hacer más para contener a esta insurgencia islámica interna ahora, o correr el riesgo de un contragolpe político que resultará en límites aún más draconianos sobre las libertades civiles.

El Estado Islámico se adjudicó la responsabilidad la tarde del domingo, y la operación que mató a siete e hirió a 48 tuvo las marcas de identidad de recientes atrocidades yihadistas. El área del London Bridge y el cercano Borough Market están llenas de bares y restoranes populares entre los turistas y gente joven. Los tres presuntos perpetradores arrojaron una camioneta sobre los transeúntes, luego comenzaron a acuchillar a la gente antes que la policía les disparara.

La Primer Ministra Theresa May dijo que el ataque del sábado no estaba vinculado en forma directa con el bombardeo suicida cometido por Salman Abedi en un concierto popular en Mánchester el mes pasado. Pero los tres ataques en sucesión muestran por qué los gobiernos deben atacar la amenaza desde su raíz, en las comunidades musulmanas que se auto-aíslan y rechazan los valores principales y crean a radicales como Abedi, de cosecha propia o inspirados por el Estado Islámico.

En este frente, la Sra. May está muy adelante de muchos de sus homólogos europeos. La Primer Ministra en un discurso el domingo por la mañana esbozó una nueva estrategia contraterrorista que pone a la ideología e integración musulmanas en la primera fila. Los ataques recientes en Inglaterra, dijo ella, estaban “vinculados por la única ideología malvada del extremismo islámico.”

Theresa May pidió una batalla de ideas contra el islamismo y amor duro para los musulmanes ingleses que han fallado en enfrentar a los radicales en sus mezquitas y centros comunitarios. La Primer Ministra dijo: “Tenemos que vivir nuestras vidas no en una serie de comunidades separadas y segregadas, sino como un verdadero Reino Unido.”

May sugirió que esto involucraría “conversaciones difíciles y a menudo bochornosas” con la comunidad musulmana, y tiene razón. Esto tiene que incluir un fin al consentimiento político de los llamados grupos e imanes islámicos suaves que tratan como antimusulmana a la franqueza sobre la amenaza islámica o se niegan a identificar a los radicales en medio de ellos.

El paso equivocado en un discurso claro es la sugerencia de May de tercerizar en las plataformas de redes sociales la vigilancia del discurso yihadista online. Esta línea es popular entre los líderes occidentales debido a que proporciona una excusa para su falla en defender la necesidad de vigilancia de grandes datos y análisis de amenazas luego de los robos a la Agencia de Seguridad Nacional por parte de Edward Snowden.

Empresas de Silicon Valley tales como Facebook y Google cargan algo de la culpa porque se unieron a la campaña de moda contra la recolección de mega datos por parte de la ASN. Facebook, Twitter y otras redes sociales tienen que vigilar sus sitios contra la promoción de la violencia y la yihad. Si se rehúsan, los políticos finalmente lo harán por ellos, porque los públicos occidentales no permitirán que el asesinato en masa se convierta en la nueva normalidad.

Pero esa es todavía una razón más para que los gobiernos revivan el uso de grandes datos y vigilancia para prevenir ataques y evitar intrusiones aún peores sobre las libertades civiles. A medida que continúen los ataques, así lo hará la presión política por medidas tales como cuarentenas y arrestos preventivos masivos de gente en listas de vigilancia terrorista.

En ese punto Estados Unidos no es ninguna excepción. El Presidente Trump respondió al ataque en Londres en una forma típicamente fuerte con un tuit instando a “los tribunales” a restablecer su prohibición de viaje. Pero la izquierda antiantiterrorista tiene que darse cuenta que la hostilidad a la vigilancia y el debate honesto sobre la yihad harán inevitables tales prohibiciones si continúan los ataques—y Trump no será el único político impulsándolas.

 

 

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México