Desde el surgimiento del ISIS en 2014 una larga lista de iglesias, mezquitas y monumentos históricos de valor incalculable para la humanidad fueron destruidos por el grupo terrorista en su campaña militar y cultural.

En la mayoría de los casos se trató de actos deliberados contra los símbolos de civilizaciones antiguas o religiones diferentes al islam sunita salafista que profesan, o bien contra objetos y decoraciones que consideran heréticos dentro del sunismo.

Pero el miércoles la mezquita de al Nuri, allí donde su líder Abu Bakr al Baghdadi proclamó el nacimiento del “califato” hace tres años, también fue pasada por los explosivos sólo para evitar que cayera en manos de las tropas iraquíes.

Esta es una lista de los principales sitios históricos destruidos por el ISIS en Siria, Libia e Irak, según datos de National Geographic y la BBC.

Al comienzo de su ofensiva en 2014 hubo numerosos reportes de la destrucción de mezquitas chiitas en Irak, como la de Al Qubba Husseiniya en Mosul o Jawad Husseiniya en Tal Afar.

También sufrieron ese destino la mezquita de Al Arbaeen, junto a 40 tumbas de importancia histórica en Tikrit, así como la tumba del profeta bíblico Daniel en Mosul.

En mezquitas sunitas aceptadas por el ISIS se ordenó a su vez la destrucción de elementos decorativos y frescos que irían “en contra de la sharia [ley islámica]”.

En tanto Libia los yihadistas destruyeron numerosos santuarios dedicados al culto sufista.

Iglesias y monasterios cristianos

Una vez más Mosul, ocupada desde 2014, fue el escenario de una campaña de destrucción del patrimonio cultural, en este caso de las iglesias cristianas de la Vigen María, al Tahera, San Markourkas (San Jorge) y Saa Qadima.

En tanto en Deir ez-Zor, actual capital de facto del ISIS en Siria, fue demolida la iglesia del Memorial del Genocidio Armenio.

Un gran número de iglesias asirias fueron también arrasadas en diferentes puntos de Siria, así como también monasterios como el dedicado a San Elian en al Qaryatain.

En mayo de 2014 el ISIS arrasó estatuas asirias de 3000 años de antigüedad en Tel Ajaja, Siria, y saqueó artefactos que luego vendió en el mercado negro para financiarse.

También en Raqqa se destruyeron públicamente y ante las cámaras –que capturaron a los yihadistas usando martillos, picos y palas– diferentes estatuas, puertas y esculturas asirias.

El museo y la biblioteca de Mosul perdieron gran parte de sus colecciones en la campaña destructiva yihadista.

Mientras que diferentes grados de destrucción sufrieron las ciudades antiguas de Hatra, Khorsabad, Níneve y Nimrod, todas en Irak.

En Níneve los yihadistas destruyeron la imponente Puerta de Mashqi,
Se trata de una de las quince entradas que permiten el acceso a la antigua ciudad asiria cercana a Mosul.

Según la BBC, el 20% de los 10.000 sitios arqueológicos en Irak pasaron por el control y la censura explosiva del ISIS.

En tanto la ciudad de Palmira, dos veces capturada y perdida por los yihadistas, se volvió tristemente famosa en 2015 por la destrucción de sus ruinas romanas, protegidas por la Unesco. Un video con el detalle de estas pérdidas fue divulgado tiempo después por el gobierno ruso.

Los templos de Baal y Baalshamin, consagrados a dioses mesopotámicos y cananitas, también fueron demolidos en Palmira.