El pasaje del Becerro de Oro trae consigo muchas enseñanzas, entre ellas la del perdón divino. Constantemente nos preguntamos ¿por qué D-os permite que el malvado exista? ¿por qué no lo castiga prontamente? Creemos en el castigo divino que vendrá al final de los tiempos. Sin embargo, también creemos en el perdón divino para aquel que se arrepiente sinceramente y enmienda su error.

Cuando pedimos por justicia debemos tener cuidado de cómo la pedimos, porque puede llegar el tiempo en que necesitemos misericordia y nos contesten con justicia. Debemos procurar juzgar para bien, para evitar traer un juicio nefasto para nosotros. Finalmente, nunca sabemos cuándo las personas y nosotros mismos vamos a cambiar. Alguien paciente, honesto y honrado, puede cambiar cuando enfrenta situaciones adversas. Lo mismo un ladrón, o un delincuente puede enmendar sus caminos.

El midrash nos enseña que el evento del Becerro de Oro es una muestra clara de estos cambios Israel la nación más elevada, aquella que fue honrada con la Torá, la joya más preciada de D-os. Se convirtió en una nación idolatra y asesina al faltar Moisés. Al mismo tiempo esos mismos individuos que pecaron enmendaron sus errores y volvieron a aceptar la Torá con las segundas Tablas de la Ley y obtuvieron el perdón divino. Perdidos se encontraron y volvieron a escoger a D-os.

Se acerca el 17 de Tamuz, en este día ayunamos en recuerdo de varias tragedias, el pecado del Becerro de Oro es una de ellas. Por eso tradujimos para ustedes el siguiente midrash que nos habla de la importancia que tiene la paciencia y el perdón divino.

Atributos divinos. Sefer Ha – Agadá.

Está dicho: Cuando Moisés ascendió a lo alto, encontró al Santo, Bendito Sea, sentado escribiendo uno de sus atributos divinos “lento a la ira” Moisés pregunto: “¿Dueño del Universo, debo asumir que el enunciado quiere decir lento al airarse contra los justos?” Él contestó “en misma magnitud que contra los malvados”. A lo cual Moisés se apresuró a decir “Que el malvado perezca con rapidez” D-os contestó, “Pronto encontrarás el día en que necesitarás Mi disposición a sufrir por los malvados.”

Cuando Israel pecó con el Becerro de Oro, D-os dijo a Moisés “¿No pediste que mi tolerancia se dirigiera hacia los justos únicamente?” A lo cual Moisés contestó: “¿Dueño del Universo, no me aseguraste en ese día que también te compadecerías de los malvados?” y entonces Moisés hizo un rezo “Grande sea el Señor cuyo poder es lento a la ira, como Tú has dicho”

Fuente: Sefer Ha – Agadá