No actuarás con la consigna de complacer a los demás. Hablarás con honestidad, sin importar las consecuencias. Te enfrentarás al mundo con alegría y buen humor. Son las mitzvot que habría puesto Rand si hubiera tenido la oportunidad. 

ROBERT NAGLER MILLER

Si el artista nacido y residente en Brooklyn Archie Rand hubiera participado en la composición de los Diez Mandamientos, seguramente estos mandamientos habrían estado entre los cinco primeros.

Pero Rand, nacido poco después de la Segunda Guerra Mundial en una familia judía con fuerte inclinación intelectual, perdió esta particular oportunidad por un par de milenios. Tal vez por eso decidió ponerse manos de pintor a la obra hace casi 15 años y embarcarse en “Las 613”, un inventario visual de los 613 mandamientos, o mitzvot, que los estudiosos judíos medievales -Maimónides, sobre todo- compilaron de los libros de la Biblia hebrea.

Terminadas en 2008, las 613 pinturas en lienzo de 20 por 16 pulgadas nunca han sido exhibidas en un museo o galería – hasta ahora. A partir del jueves 20 de julio, los trabajos estarán en exposición en el Museo Judío Contemporáneo de San Francisco, donde los visitantes tendrán la oportunidad de expresar placer, confusión, malestar, consternación, repugnancia, excitación y otra miríada de emociones que evocan las atrevidas, coloridas, humorísticas, anti-literales y completamente irreverentes imágenes del pintor.

Esa sería la esperanza de Rand, en cualquier caso.

Hablando recientemente de su carrera y del proyecto 613, Rand habló de la necesidad de desarrollar un “lenguaje visual” dentro del judaísmo, donde tradiciones, prácticas y cultura han subsistido sobre todo basadas en “un sistema textual” de códigos e interpretaciones escritas.

Hay razones para estas omisiones visuales, explicó Rand. Años de antisemitismo y opresión, junto con la necesidad de los judíos de tragar sus propios instintos artísticos para encajar con la cultura dominante, los han dejado desprovistos de un sistema que les permita “digerir” su religión visualmente.

Escribiendo en su introducción a “Las 613”, el libro epónimo de 2015 que describe cada uno de sus paneles, pensó, “Yo había estado pensando en cómo se vería si no hubiese ningún estigma vinculado a dedicarse a trabajos judíos, si los judíos fueran vistos sin prejuicios y fueran presentados con un enfoque limitado de la persecución. ¿Cómo se vería eso?”

Para responder a su propia pregunta, Rand recurrió a los valientes judíos que admiraba, incluyendo al último comediante Lenny Bruce. Quienes vean “Las 613” en el CJM se confrontarán con pinturas de mujeres, vaqueros, donjuanes, hechiceros, animales antropomorfizados, superhéroes y un surtido de otros coloridos personajes, interpretados en estilo de cómic, figurativamente sustituyendo a los mandamientos.

Tomemos el número 506, por ejemplo. El mandamiento “No harás trabajar al esclavo opresivamente” se ilustra con la figura de un hombre mayor desatascando un inodoro. No. 488, “No apiadarse del acosador”, muestra un gigantesco gato verde persiguiendo a un ratón azul.

“Él no ridiculizó su propia judeidad y fue asertivo”, escribió Rand sobre Bruce en la introducción del libro. “Sus trabajos contra el estereotipo, enfrentando el tabú contra los judíos son “atractivos”.

La opción de trabajar en un estilo que recuerda a la obra que se encuentra en Mad Magazine o EC Comics parecía completamente natural para él, dijo Rand. Era el arte con el que había crecido en los años cincuenta y sesenta, arte que él describe como “iconografía judía”. La mayoría de los primeros creadores de cómics, señaló, eran judíos, incluyendo a Will Elder (nacido Wolf William Eisenberg) y Will Eisner.

Otra influencia fuerte de la niñez, dijo Rand, fue un no judío, el artista N. C. Wyeth, quien sobrevivió ilustrando muchos clásicos amados que Rand devoró cuando era joven. Wyeth, el padre del pintor Andrew Wyeth, ilustró ediciones de “Treasure Island”, “Robin Hood”, “Robinson Crusoe”, “Secuestrado” y “El último de los Mohicanos”, entre otros.

“Quería ser como N. C. Wyeth”, dijo Rand. “Me sentía atraído por libros con grandes ilustraciones.

“Cuando molestaba a mi madre mientras preparaba la cena”, continuó, “ella decía: ‘Ve a leer un libro’. “Leía de una imagen a la siguiente. Me enganché a la coexistencia de imagen y narrativa”.

Un niño de la escuela secundaria Lafayette de Brooklyn, fue editor de artes de la galardonada revista literaria de la escuela cuando tenía 14 años. Se graduó de la escuela secundaria antes de cumplir los 17 años y mientras estudiaba en el City College de Nueva York, empezó a relacionarse con una multitud de artistas, entre ellos el crítico de arte Clement Greenberg y los pintores Barnett Newman, Helen Frankenthaler y Larry Poons. Se retiró de la universidad, fue el asistente del estudio de Poons, estudió pintura en la Art Students League de Nueva York y formó parte de tres grupo antes de los 19 años.

“Yo era la mascota de los niños”, dijo Rand. “Instalé mi estudio en una antigua tienda de cerdo. Pintar era lo único que quería hacer”.

Mientras que Rand, que eventualmente completó su educación en el Pratt Institute y daba clases a nivel universitario – primero en Columbia, donde fue presidente del Departamento de Artes Visuales, y ahora en Brooklyn College, donde es profesor de Arte Presidencial – ha trabajado en una serie de estilos, siempre ha expresado su interés en establecer una narrativa visual judía. Ocasionalmente, esto le ha causado algún conflicto, como la época en que se vio envuelto en una controversia en la Congregación B’nai Yosef, una sinagoga tradicional ortodoxa en Brooklyn, donde le encargaron pintar un mural del Muro Occidental.

El proyecto creció mucho y en el shul (la sinagoga) había muchos indignados por gran parte de la imaginación de Rand, que creyeron equivalente a la idolatría. Según numerosos informes de la época, los congregantes se opusieron a su descripción de animales y otras figuras de la Biblia hebrea, considerando que eran ídolos, junto con diseños que creían que eran de origen cristiano. Finalmente, un erudito halájico preeminente, el rabino Moshe Feinstein, encontró que el trabajo de Rand era kosher.

En el CJM, “Las 613” se presentará en una cuadrícula que cubre 1.700 pies cuadrados que ocupará todo el espacio de la Galería Swig and Dinner Families del piso principal del museo. El trabajo de Rand, dijo el curador jefe de CJM, Renny Pritikin, resaltará cómo “la arquitectura, la religión y el arte se unen”.

“No cambiar a los animales consagrados (de un tipo de ofrenda a otro)”, de la serie “Las 613” de Archie Rand.

Dado que “Las 613” cubre todas las superficies de las paredes de la galería, los que se acerquen sentirán como si estuvieran entrando en una capilla o santuario, dijo Pritikin.

Rachel Gross, profesora de estudios judíos en la Universidad Estatal de San Francisco, comparó el trabajo de Rand con un midrash visual, o un comentario sobre la Torá. “Realmente es una interpretación creativa del texto”, dijo.

Rand hará una gira por la exposición y hablará de sus influencias y aspiraciones.

“El 613” tendrá lugar del 20 de julio al 22 de octubre. En el Museo Judío Contemporáneo, 736 Mission St., S.F. Thecjm.org.

Fuente: The Jewish News of Northern California – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico