Cuando uno tiene hijos quiere que estén seguros a donde quiera que vayan, sabe que no pueden estar ahí en todos los momentos de su vida para protegerlos. Sin embargo, desea envolverlos en un ambiente que sea seguro para ellos, que los cuide en nuestra ausencia. Este tema es especialmente complejo con padres que tienen hijos pequeños con alergias severas. Para ellos, el hecho de que una nuez, un cacahuate o un pistache pueda mandar al hospital a su hijo o incluso matarlo es un miedo que los persigue constantemente.

Para Chaine Apfelbaum éste era un problema mayor: “No puedes confiar en que un niño de tres años recuerde que debe preguntar antes de comer lo que se le ofrece y decir ‘soy alérgico’”. Su hijo de tres años y medio es alérgico a nueces, cacahuates, pistaches, semillas de lino, de mostaza, al coco, a los chícharos, al huevo y a la carne. Básicamente se encuentra en peligro en donde sea que coma. Además, es un niño sociable, pasa los fines de semana en las cabañas vacacionales de su comunidad, en ellas visita a distintas familias y come con sus amigos sin que su madre pueda verificar que la comida que se sirve sea la indicada.

Durante un tiempo su madre intento abrir grupos de whatsapp donde avisaba a la comunidad sobre las alergias de su hijo, logró que las cabañas vacacionales se volvieran libres de nueces y que varios padres la apoyaran en su petición. Sin embargo, esto no calmaba sus miedos, por lo cual inventó una nueva técnica para avisarle a la gente que puede lastimar a su hijo. Diseñó una kipá que trae consigo una señal de alerta en el frente y las alergias de su hijo en el interior.

Su diseñó ya se encuentra a la venta desde hace unas semanas en la compañía de ropa iKippah que se dedica a vender todo lo relacionado con kipot y cubiertas para hombres. La kipá para niños alérgicos es azul y tiene la alerta con un círculo rojo que dice “Alerta de alergia. Información a la vuelta” en el centro de la misma. También tiene líneas interiores sobre los cuales se inscriben los alimentos. Fue un éxito total, con tan sólo dos semanas y disponible únicamente en Internet ya se han vendido varios cientos de este accesorio. Sara Seewald dueña de la compañía junto con su hermana Dina, considera que las ventas serán mayores y piensa que “hay una gran necesidad de esta kipá, creemos que realmente puede ayudar a salvar varias vidas.”

Información tomada de JTA