Enlace Judío México.- La comunidad internacional deberá evaluar los peligros que el grupo terrorista presentará a futuro fuera de la región y comenzar a afrontarlos, incluso antes de la inminente y completa derrota militar en Siria e Irak.

GEORGE CHAYA

Con la caída de ISIS en Mosul y la ciudad en manos de milicias proiraníes respaldadas por el ejército iraquí, probablemente ISIS pronto será borrado del mapa de la zona de guerra y ya no tendrá presencia física sobre el terreno, pero estará presente de otras formas si es que muchos de sus combatientes extranjeros logran regresar a sus países.

Es posible que en pocas horas ISIS también caiga definitivamente en Raqqa, Siria, donde será derrotado por las fuerzas de Bachar al Assad, por Hezbolá y las milicias chiitas enviadas por Teherán.

Ante estos acontecimientos, la comunidad internacional deberá evaluar los peligros que el grupo terrorista presentará a futuro fuera de la región, y comenzar a afrontarlos, incluso antes de la inminente y completa derrota militar de ISIS en Siria e Irak.

El final de ISIS era predecible, acabó siendo utilitario a la estrategia iraní. El sueño del “califato” que los terroristas suníes pretendieron instalar favoreció a los chiitas khomeinistas, cuya estrategia por los últimos diez años fue acercarse a Assad en Siria para generar alianzas tribales y desarrollar empoderamiento político y económico sobre el gobierno de Damasco. Teherán hizo lo propio desde 2011 en Irak, cuando el ex presidente Obama decidió abandonar a los iraquíes a su suerte y replegar las tropas estadounidenses allí estacionadas. Con esa decisión, Obama escogió perder en el escritorio Oval en Washington una guerra que estaba ganada en el campo de batalla.

La lectura geopolítica regional era una obviedad, ya que ante el vacío generado por el repliegue de los EE.UU, Teherán avanzaría con sus milicias sectarias sobre las débiles instituciones iraquíes hasta imponer sus políticas sobre el desmembrado país. Era cuestión de tiempo y demografía, el 75% de población tribal iraquí es chiita sobre el restante 25% (sunitas y kurdos) lo cual despejaba cualquier duda de lo que sucedería.

En enero de 2011, escribí un informe publicado en tres notas por el diario La Razón de Madrid explicando este final: “No existía la menor posibilidad de que Irak pudiera reconstruir sus instituciones democráticas luego del repliegue estadounidense ordenado por el ex presidente Obama”. Irak primero y Afganistán después, se hundirían en el caos por la decisión equivocada de Obama.

También en un artículo de 2013, Daniel Byman, una autoridad en materia de políticas iraníes de la Universidad de Georgetown, argumentó que las posibilidades para Irak de escapar a la expansión iraní eran escasas y que no superaban el 5 % sobre el 100%. La argumentación de Byman era simple: “La amenaza expansionista de Irán fue subvalorada e ignorada por la administración Obama”.

Lo concreto es que en la última semana, según la prensa árabe, las fuerzas respaldadas por Irán, entre ellas (Hezbolá y las milicias iraquíes chiitas) están ocupando el territorio oriental de Siria y avanzan a través del desierto de Badiat el-Sham hacia el sur de Damasco. El movimiento táctico de Teherán es claro. La estrategia del eje proiraní es ocupar y dominar el desierto para evitar que las fuerzas respaldadas por EE.UU. en el sur, como las fuerzas democráticas de Siria por el norte, ocupen las zonas cercanas a la frontera iraquí. Si ese movimiento tiene éxito, Irán será el gran ganador de la guerra contra el ISIS y las fuerzas respaldadas por EE.UU, en particular sobre las unidades árabes sunitas.

Las fuerzas proiraníes avanzan día a día desde el inicio del sitio al ISIS en Raqqa (Siria), aunque de momento evitan estar cerca de los activos estadounidenses desplazados allí para evitar una crisis entre Washington y Moscú. Pero en las últimas 72 hs. han tomado el 70 % en la región de Siria central.

Los círculos políticos europeos, la OTAN y los expertos en seguridad de Washington aún no han emitido una palabra sobre el avance que permite a los khomeinistas extender su influencia militar de forma exponencial en Irak y Siria. Sin embargo, si no son detenidos por el único que los puede detener pacíficamente (Moscú), Irán gana ampliamente y será el preludio de reclamos fronterizos inmediatos con una nueva crisis política y escalada militar en la región a la que ya no podrá escapar Arabia Saudita, Jordania e incluso Israel.

El desafío real de EE.UU y Occidente en Siria es evitar que Irán controle las fronteras entre Irak y Siria, pues si eso ocurre, incluso la caída definitiva de Raqqa tendrá menor dimensión estratégica.

El sueño de un estado real fue una herramienta de propaganda eficaz del terrorismo sunita durante un tiempo para confrontar la expansión chiita, y también lo fueron las mieles de las primeras victorias. Eso es pasado, y los canales de propaganda y acciones terroristas se focalizarán en la idea de la venganza. ISIS ya no está a la altura de dar batallas sobre el terreno contra los cruzados ni contra los chiitas en Irak ni en Siria, el grupo terrorista sunita ha sido utilitario a los iraníes y ya no es un enemigo peligroso para Teherán, aunque su capacidad de daño a través de golpes terroristas urbanos publicitados con espectacularidad está intacta.

“Hezbolá e Irán están avanzando en Siria e Irak. ISIS fue derrotado militarmente sobre el terreno por los khomeinistas que se han hecho con Irak y van por la totalidad de Siria. Aun así, ISIS seguirá expandiéndose en toda Europa con el regreso de sus combatientes a sus países.

Mientras esto sucede, los medios de comunicación europeos siguen ocupados analizando el cambio climático y la decisión del presidente Trump de abandonar el Acuerdo de París”.

 

 

Fuente:infobae.com