Todo parece indicar que Al Jazeera tiene los días contados en Israel.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ

La época de transigir con los medios de comunicación por parte del Gobierno del Primer Ministro Netanyahu ha llegado, afortunadamente, a un cambio de ciclo en las relaciones de los medios con las autoridades del Estado de Israel. Los medios antijudíos están diseminados por todo el mundo, pero lo peligrosamente grave es que también tengan base en el propio Estado de Israel.

La libertad de prensa y demás libertades no están en riesgo en Israel. El único país de Oriente donde se respeta escrupulosamente la libertad de opinión es en Israel. La libertad de expresión es tan absolutamente respetada que hasta sus enemigos mediáticos duermen en su misma casa. El contrastado hecho de que Al Jazeera ejerza como empresa de comunicación demuestra la absoluta libertad que gozan los ciudadanos, residentes y visitantes de Israel.

La presión a la que están sometidos el Gobierno de Israel y sus ciudadanos necesita de una respuesta firme. Los ciudadanos de Israel tienen también, junto a su Gobierno, la responsabilidad de defender a su país en todos los niveles. Los últimos acontecimientos relacionados con los llamados “arcos de detección de metales” han puesto de manifiesto la falacia y la inducción al odio contra Israel en los medios de comunicación a nivel internacional.

¿Hasta dónde está dispuesto a soportar el Gobierno está disfunción mediática contra el Estado de Israel? La respuesta no se hará esperar mucho.

El tiempo del lenguaje políticamente correcto del Presidente Netanyahu ha llegado a su límite. No cabe ni una gota más en el vaso de la paciencia de un Gobierno que se enfrenta a sus enemigos en el exterior y en el interior. La guerra mediática contra Israel es una constante que se acentúa en la estación anual más calurosa.

Todos los años llega la serpiente de verano a los medios de comunicación también en este país, desde el cual escribo, dando por sentado que los yihadistas palestinos son muy buenos y los israelíes muy malos, en palabras coloquiales. La mayoría de los medios de comunicación, televisión, radio y prensa españoles, fomentan odio contra Israel y los judíos en general. Una costumbre adquirida a fuerza de años de sembrar el odio en nuestra sociedad, que sigue vendiendo la prensa y haciendo crecer los niveles de audiencia en los diferentes medios nacionales.

Los ejemplos de los últimos días en los conocidos medios de prensa El Mundo y El País no dejan la menor duda de la línea editorial contra Israel en sus respectivas redacciones. Una vergüenza nacional para aquellos que vemos, en estos medios, una clara discriminación antijudía.

La detestable actuación de Al Jazeera promoviendo la incitación contra los judíos bajo el fondo del tema de los detectores de metales en el Monte del Templo, ha quedado en evidencia y sienta un preocupante precedente por su difamación y falta de rigor informativo. Mantener este enemigo mediático en casa es brutalmente peligroso para todo Israel. La licencia empresarial debe ser retirada a un grupo del sector mediático que promueve el odio racial y religioso contra los judíos en general y su Gobierno.

No podemos cerrar los ojos ante la amañada y malévola información, que vierte el medio de referencia contra Israel. Lo que debemos cerrar son los ojos informativos de esta red antijudía en Israel. Recordemos que “Al Jazeera posee cerca de ochenta oficinas en todo el mundo y transmite en varios idiomas” por tanto, su nivel de dañina influencia es muy elevada. La incitación a la violencia que promueve el mencionado medio es un asunto que está socavando la verdadera actuación de Israel frente a la crisis de los “arcos de metales”.

Un último apunte en las palabras de Avigdor Lieberman, Ministro de Defensa, quién declaró que Al Jazeera debería cerrarse. “No hay razón para que continúe transmitiendo desde Israel, no es un medio de comunicación, es un órgano de propaganda”. Un órgano de propaganda que sigue incitando al odio y por tanto al asesinato de judíos en todo el mundo.

Israel y su Gobierno deben tener la mano firme y la acertada decisión de erradicar del país a un medio de comunicación yihadista que pretende destruir a Israel y “echar a los judíos al mar”. El lenguaje políticamente correcto no está en contradicción con la firmeza que se debe tratar a los enemigos de Israel. Los propios países árabes han denunciado la actuación perversa de Al Jazeera. Con todo, el único que hará algo más que levantar la voz será el Estado de Israel. El Cielo le otorgue la victoria frente a sus enemigos mediáticos, se llamen cómo se llamen y estén donde estén

¡Así sea!