Desde la ascensión del primer ministro indio Narendra Modi al poder en mayo de 2014, se ha discutido la posibilidad de que visite Israel. Tres años más tarde, en el 25 aniversario del establecimiento de relaciones formales entre los países, Modi hizo la visita histórica y recibió una cálida bienvenida. La visita significa una política exterior india activa que se opone al viejo orden, así como una victoria política para el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tanto a nivel geopolítico como en el ámbito nacional.

OSHRIT BIRVADKER

Desde la década de 1920 hasta el establecimiento de las relaciones bilaterales oficiales en 1992, los vínculos entre India e Israel fueron dictados por las opiniones de los musulmanes indios y los movimientos de Pakistán. A pesar del apoyo militar de Israel a la India durante sus guerras, y la falta de apoyo que la India recibió de los estados árabes y musulmanes, el Partido del Congreso siguió manteniendo su distancia del Estado judío. Nueva Delhi estuvo durante mucho tiempo preocupada por la construcción de la nación, el flujo de ayuda externa y la amenaza constante que plantea su vecino occidental. Las relaciones con Israel seguían sin cumplirse.

Pero el partido de oposición BJP (Partido del Pueblo Indio) sostuvo una opinión diferente. Percibió al enemigo de la India no como el Occidente “colonial”, del cual Israel es una rama (supuesta), sino como el islam radical y el terrorismo. En ese contexto, el BJP vio a Israel como un aliado natural.

Las relaciones públicas se mantuvieron en un nivel bajo incluso después del establecimiento de relaciones diplomáticas en 1992, pero el ascenso de Modi al poder marcó un cambio significativo. Ha habido un refuerzo de las relaciones a muchos niveles: económico, en forma de mega-acuerdos; político, en forma de frecuentes reuniones de altos funcionarios; y cultural, en forma de un cambio en la retórica pública hacia Israel en los medios sociales. También ha habido intentos de la India para corregir el persistente desequilibrio contra Israel en los votos de la ONU.

Modi sustituyó el idealismo de los gobiernos indios anteriores por un pragmatismo económico que es la piedra angular de su política exterior. Su política no está totalmente desprovista de las ideas ideológicas e institucionales de la Hindutva, pero son más relevantes para la política interna que para la política exterior, centrada principalmente en el desarrollo económico y el fortalecimiento de la condición de la India como actor global.

Modi llegó a Israel rodeado de directores ejecutivos y altos empresarios. Durante su visita de tres días, logró sus objetivos principales mediante la firma de una serie de acuerdos que ayudarán al continuo crecimiento económico de su país, así como asegurar la cooperación continua en los ámbitos de seguridad y asuntos civiles. La agricultura india y la calidad del agua también fueron abordadas. El principal acuerdo firmado durante la visita fue un fondo de innovación de 40 millones de dólares que tiene como objetivo fomentar la cooperación entre empresas israelíes e indias.

La visita histórica fue rentable para ambos líderes. No es una coincidencia que Netanyahu acompañara a Modi de cerca. Él instruyó a su equipo que tratara al primer ministro indio con no menos respeto y atención de los que recibió el presidente de EE.UU. Donald Trump en su visita reciente. Aunque los medios de comunicación israelíes no cubrieron partes oficiales de la visita de Modi en transmisión en vivo, la cobertura estaba disponible en las redes sociales del primer ministro y sus ministros.

El principal mensaje de la visita para los opositores a la administración israelí, tanto en el país como en el extranjero, fue que el aislamiento político de Israel no es absoluto. Jerusalem puede seguir una política exterior, incluso sin señales de progreso en el proceso de paz. Para Modi, la visita fue vista como un gesto al luchador por la libertad y al líder derechista Vinayak Savarkar, que aclamó la creación de Israel como un “momento de gozo”. Modi reforzó su posición en su partido y los acuerdos económicos que firmó en Israel dan un viento de cola a su lema electoral “Sabka Saath Sabka Vikas” – un esfuerzo colectivo para el desarrollo económico de todos.

El cambio de lugar de la India en el Nuevo Mundo obliga a separarse de su vieja retórica de política exterior. Su apoyo tradicional a la cuestión palestina se está convirtiendo cada vez más en una noción romántica de la lucha por la liberación nacional más que en un asunto de acción práctica, lo que explica parcialmente la decisión de Modi de no visitar Ramala durante su visita a Israel.

Pero la omisión de Ramala debe verse en un contexto más amplio. Un mes antes de la visita de Modi a Israel, Mahmoud Abbas fue invitado a hacer una visita oficial a Delhi. El apoyo de la India a la Autoridad Palestina no ha disminuido con el paquete de ayuda de 17,9 millones de dólares que se anunció durante la visita del presidente indio a Ramala en 2015. No se debe sobre-interpretar la omisión de Ramala.

Modi ajusta su política exterior para satisfacer intereses indios. Sus visitas a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, como su visita a Israel, fueron producto de su evaluación de los intereses fundamentales de la India.

Modi está navegando cuidadosamente su camino entre los diferentes países de destino. A su juicio, el tema palestino no era una parte esencial de su visita a Israel. Ni sus discursos ni Netanyahu mencionaron Palestina excepto en una declaración conjunta en la que reafirmaron su apoyo a una solución negociada temprana basada en el reconocimiento mutuo y los arreglos de seguridad. Tampoco se mencionó a Irán. El embajador iraní en la India dijo recientemente que Teherán no dictará a Nueva Delhi con quién debe ser amigo, y la India no debe permitir que sus amigos dicten sus relaciones con Irán.

Cabe señalar que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel aceptó reiteradas peticiones de la comitiva de Modi de que se celebrara un evento para la diáspora india en lugar de un banquete en la Knesset israelí. Durante un discurso de una hora de duración, Modi dijo que iba a enmendar la legislación OCI (Ciudadanos de la India en el Extranjero, por sus siglas en inglés) para incluir a la comunidad indio-israelí a pesar de su servicio militar obligatorio en Israel. La OCI forma parte de una política gubernamental que intenta cerrar la brecha entre la prohibición contra la doble nacionalidad y el deseo de atraer la inversión de los ciudadanos que viven en el extranjero.

La decisión de Netanyahu de participar en el evento agregó otra dimensión a las relaciones, ya que los gobiernos israelíes tradicionalmente han ignorado la cuestión de la diáspora india en Israel a pesar de los intentos de Nueva Delhi de abordarla durante los últimos diez años.

La visita de Modi elevó las expectativas sobre la futura relación de los dos países. Se espera que, por fin, la India apoye a Israel en foros internacionales. A cambio, Jerusalem usará su amistad con Washington para impulsar la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que Nueva Delhi está tratando de obtener un escaño permanente.

Los dos estados se enfocan en promover sus economías y proteger sus intereses vitales. Ninguno de los dos tiene ningún deseo de disculparse por nada. Las relaciones naturalmente reflejan los cambios geopolíticos y seguirán haciéndolo, pero no hay duda de que ambos líderes están trabajando duro para profundizar la relación.

Oshrit Birvadker es Candidata Ph.D. en Estudios de Oriente Medio en la Universidad Bar-Ilan.

Fuente: Besa Center – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico