Teherán continúa explotando la laguna legal de John Kerry en los misiles.

THE WALL STREET JOURNAL

Uno casi tiene que admirar el atrevimiento de Irán. El miércoles, después que la Cámara de Representantes estadounidense aprobó un proyecto de ley, por 419 a 3, el cual impondría sanciones sobre el programa de misiles balísticos de Irán, su ministerio del exterior llamó “ilegal e insultante” a la legislación. El jueves Irán hizo un lanzamiento programado de un misil enorme, el que dice pondrá en órbita satélites de 500 libras.

Las únicas personas que deben sentirse sorprendidas por esto son Barack Obama y John Kerry, quienes dieron a luz al acuerdo de armas nucleares del 2015 con los poco confiables iraníes. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, llamó con razón una violación del espíritu de ese acuerdo al lanzamiento.

Eso es lo más lejos que ella puede llevarlo porque el programa de misiles balísticos de Irán no estuvo formalmente en el acuerdo nuclear, a pesar de las declaraciones de preocupación de Kerry durante las negociaciones. Al final él quiso más un acuerdo que poner límites sobre esos misiles. Suponemos que los ingenieros en misiles de Irán son al menos tan competentes como los de Corea del Norte, la que se está aproximando a la capacidad de desplegar misiles balísticos intercontinentales.

Los defensores del acuerdo nuclear son persistentes en discutir que Irán está en cumplimiento de sus disposiciones. Hace falta mucha credulidad para creer que durante el curso de este acuerdo el ejército iraní no adaptará el conocimiento técnico obtenido sobre el lanzamiento y guía a partir de proyectos como su programa de “misiles satelitales.” Con o sin cumplimiento, Irán está haciendo progresos como una amenaza estratégica.

 

 

 

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México