ANA GARRALDA

Luces tenues, música reggae y una barra americana cuidadosamente decorada reciben al visitante en el bar Mari & Juana, un establecimiento diseñado a imagen y semejanza de los coffee-shops de Amsterdam.

“Sigal, la propietaria, visitó esta ciudad más de una decena de veces y quiso recrear esa misma atmósfera en Israel”, explica Dor Michael, gerente del establecimiento.

“La idea es que los sentidos se relajen en una mezcla de sabores, sonidos, olores y colores”, añade mientras se dispone a preparar una de las especialidades del local, los cocteles.

Adentrándose en el bar, al fondo, se encuentra la zona de fumadores. Sus asiduos celebraron aquí la nueva medida aprobada por el ejecutivo israelí por la que se despenaliza el consumo de mariguana sin prescripción médica en la esfera pública.

De acuerdo a esta normativa, todo aquel que sea visto por la Policía en posesión de hasta 15 gramos de esta planta o fumando en público no será arrestado de forma inmediata, tal y como sucedía hasta ahora.

En su lugar, recibirá una multa de mil shéquels (unos 275 dólares), cantidad que se duplicará si es “cazado” una segunda vez. Si reincide una tercera, la policía puede abrir una investigación y obligar al consumidor a realizar un curso educativo sobre el uso de las drogas.

Pero no será hasta la cuarta vez en que el fumador sí se encuentre con una sanción penal.

“Me parece que esta propuesta de leyes más apropiada”, explica Raz, de 24 años, uno de los clientes del bar.

“Es más lógico que impongan sanciones económicas y que, si reincides, sea un juez quien decida qué medida adoptar”, comenta este ex-soldado. “Ir a la cárcel porque te vean una vez fumando es totalmente desproporcionado”, asevera.

A su lado, Mika, de 18 años, asiente mientras lía un cigarrillo.

“Yo me he educado en un ambiente en el que el cannabis está aceptado. Mis padres lo consumen desde hace años en su faceta terapéutica”, dice la esta estudiante en referencia a las 28 mil personas a quienes se prescribió legalmente mariguana medicinal en 2016 en Israel, uno de los países a la cabeza en la investigación y el uso terapéutico del cannabis.

“Aquí se trata mucha gente, no solo a pacientes con cáncer, sino también a quienes padecen enfermedades mentales, también para el dolor”, señala.

Desde hace una década el Ministerio de Sanidad israelí puso en marcha un ambicioso programa de cannabis medicinal en el que participan, en inusual simbiosis, autoridades, productores, científicos, médicos o pacientes con el objetivo de aplicar los beneficios terapéuticos de la planta -minimizando su efecto narcótico-, a base de investigar y experimentar con decenas de cepas y variedades.

Así, los médicos israelíes prescriben mariguana (en forma de hojas para fumar o vaporizar, caramelos, aceites o galletas) a pacientes con la enfermedad de Crohn, Parkinson, Esclerosis múltiple o Síndrome de Estrés Postraumático, entre otras. Recientemente han realizado con éxito ensayos en casos de Epilepsia y ahora esperan probar con niños autistas.

“Cuando abrimos le pedimos al Ministerio que permitiera a nuestros clientes consumidores de mariguana medicinal poder tomarla en el local, pero de momento nos han dicho que no”, explica el gerente del bar, Dor Michael.

Para los clientes del Mari&Juana legalizar completamente, sin sanciones, el consumo del cannabis, (ya sea para uso medicinal o recreativo) es un imperativo en un país donde alrededor de un millón de personas (de los ocho y medio que conforman la población de Israel), lo consume.

“Este es solo el primer paso para la legalización del consumo privado”, apunta Michael. “Y si eso sucede esperamos ser el primer coffee-shop que pueda vender legalmente mariguana en Israel”, concluye.

Fuente: Reforma