Enlace Judío México –Investigadores de la Universidad de Tel Aviv descubren que el uso de células propias del paciente para reparar tejidos en el corazón puede ser tóxico.

“Descubrimos que, contrariamente a la creencia popular, las células madre de corazones enfermos no contribuyen a la sanación del corazón después de una lesión”, explica el profesor Jonathan Leor de la Facultad Sackler de Medicina de la Universidad de Tel Aviv y el Centro Médico Sheba. “Además, observamos que estas células se ven afectadas por el entorno inflamatorio y desarrollan propiedades inflamatorias. Las células madre afectadas pueden incluso agravar el daño al músculo cardíaco ya enfermo”.

Los tejidos o células madre adultas – células “en blanco” que pueden actuar como un kit de reparación para el cuerpo mediante la sustitución de tejido dañado – estimulan la regeneración de las células de los vasos sanguíneos y el nuevo tejido del músculo cardíaco. Ante las bajas tasas de supervivencia para varios tipos de cáncer, muchos pacientes con insuficiencia cardíaca han recurrido a la terapia con células madre como último recurso.

“Pero nuestros hallazgos sugieren que las células madre, como cualquier medicamento, pueden tener efectos adversos”, dice Leor. “Llegamos a la conclusión de que las células madre utilizadas en la terapia de resincronización cardíaca deben ser extraídas de donantes sanos o manipuladas genéticamente para el paciente”.

Al aislar las células madre en modelos de ratones con enfermedades cardíacas, los investigadores descubrieron la vía molecular de la interacción negativa entre las células madre y el sistema inmunológico. Posteriormente, estudiaron las células madre en pacientes cardíacos.

Los resultados del estudio publicado en la revista Circulation, podrían ayudar a mejorar el uso de células madre propias (autólogas) en la terapia cardíaca.

“Mostramos que la mutación del gen responsable de esta vía puede restaurar la función terapéutica original de las células. Nuestros hallazgos determinan los efectos negativos potenciales de la inflamación en la función de las células madre, tal como se usan actualmente. El uso de células madre autólogas de pacientes con cardiopatía debe modificarse. El tratamiento de enfermedades cardíacas debe basarse en células madre de donantes sanos o células genéticamente modificadas,” agregó Leor.

Actualmente, los investigadores están probando una técnica de edición de genes (CRISPER) para inhibir el gen responsable de las propiedades inflamatorias negativas de las células madre cardíacas de pacientes con enfermedad cardíaca. “Esperamos que nuestras células madre manipuladas sean resistentes a los efectos negativos del sistema inmunológico”, concluyó Leor.

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