Enlace Judío México.- El Estado Islámico estuvo cerca de derribar un avión de pasajeros.

THE WALL STREET JOURNAL

Los medios de comunicación internacionales prestaron poca atención cuando la policía australiana frustró una conspiración terrorista en los suburbios de Sídney el mes pasado, la 13a vez en tres años que el país ha evitado un ataque con víctimas masivas. Pero desde entonces se volvió claro que el Estado Islámico casi derribó un gran avión sin que las autoridades tengan una pista. Eso debe hacer sonar las alarmas a lo largo del mundo.

El 15 de julio, los hermanos Khaled y Mahmoud Khayat colocaron una bomba dentro de una máquina de picar carne y se la dieron a un tercer hermano que no estaba al tanto para que la llevara en su equipaje en un vuelo de Etihad Airways a Abu Dhabi. En el último momento el bolso no fue registrado, aparentemente porque era muy pesado. Una fuerza de tareas antiterrorista australiana comenzó a vigilar a la familia Khayat sólo después de una pista 11 días después de los servicios de inteligencia británicos. Ellos arrestaron a los hermanos el 29 de julio y encontraron pruebas que la bomba podría haber derribado el avión.

Pruebas con una versión ficticia sugieren que habría sido atrapada por el sistema de detección de equipaje en el aeropuerto de Sídney. Pero el hecho de que la conspiración progresara a una etapa tan avanzada es prueba de una importante falla de los servicios de inteligencia. La suerte estuvo del lado de las autoridades esta vez, pero podría haber favorecido fácilmente a los terroristas.

Los aspirantes a atacantes dieron pocos indicios de que habían sido radicalizados. Khaled Khayat, un carnicero de 49 años de ascendencia libanesa, apareció brevemente bajo el radar de la inteligencia porque un cuarto hermano es un comandante del Estado Islámico en Siria. Pero él y Mahmoud parecían miembros bien integrados de la comunidad.

Las autoridades australianas dicen que, a diferencia de los típicos reclutas distantes, los hermanos recibieron órdenes de un controlador del Estado Islámico en el Medio Oriente. Los componentes para hacer la bomba, incluido un explosivo de grado militar, les fueron enviados en una carga aérea desde Turquía. Desde el año 2001 ninguna conspiración terrorista en suelo occidental ha usado material tan sofisticado.

Las autoridades occidentales serán duramente presionadas para que detengan los ataques si el Estado Islámico puede poner bombas de alto poder en manos de radicales islámicos que no están en una lista de vigilancia. El experto en terrorismo Paul Cruickshank ha apodado a esto el modelo de terrorismo IKEA por su capacidad para repetirse en forma barata.

Los terroristas serán alentados por su casi éxito a intentarlo nuevamente. El Occidente debe examinar cómo los Khayat se deslizaron a través de la red y el rol que Turquía está desempeñando como una Gran Estación Central global para terroristas.

 

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México