Enlace Judío México.- Persisten ataques más pequeños mientras París lucha con la desradicalización.

THE WALL STREET JOURNAL

Hubo un tiempo en que un supuesto ataque terrorista tal como aquel en un suburbio de París el miércoles habría sido noticia importante. Un coche cargó contra seis soldados en lo que un funcionario describió como un “acto deliberado.” Pero este tipo de ataque ahora es común en Francia, y afortunadamente, al menos, esta vez nadie resultó asesinado.

La Policía no ha divulgado muchos detalles sobre el presunto atacante, a quien dicen que arrestaron en un tiroteo en una autopista después de que huyó de la escena. Pero este incidente tiene todas las señas de otros ataques islámicos recientes en Francia. La policía y ejército se han convertido en blancos preferidos, y los vehículos son armas comunes. Los informes de los medios de comunicación sugieren que el sospechoso puede ser un inmigrante norafricano.

Estos ataques no son tan serios como los salvajes tiroteos de noviembre del 2015 en cafeterías y un club nocturno que mataron a 130, o el ataque con camión del año pasado en una exhibición de fuegos artificiales por el Día de la Bastilla en Niza. Pero acumulativamente, la violencia a menor escala es conmocionante.

Un oficial de policía asesinado en los Champs-Elysees en abril; un policía herido por un hombre con un martillo y cuchillos enfrente de la Catedral de Notre Dame en junio; soldados tomados como blanco por un atacante en el aeropuerto Orly de París en marzo; un soldado herido por un hombre esgrimiendo un machete en el museo del Louvre en febrero; un oficial de policía y su esposa asesinados en su casa en junio del año pasado. Y eso no incluye ataques contra civiles como el asesinato en julio del 2016 de un sacerdote después de misa en Normandía.

Este desafío es tan difícil para el Presidente Emmanuel Macron como su agenda de renacimiento económico. La respuesta de vigilancia de Francia al terrorismo ha estado entre las más agresivas en cualquier lugar, con un estado de emergencia extendido dando amplios poderes a las autoridades. Los funcionarios dicen que ellos han desarticulado al menos siete conspiraciones este año.

Pero Francia nunca será capaz de detener al terrorismo únicamente a través de una mejor vigilancia. No puede lidiar con los más de 17,000 que ya están en listas de potenciales radicales y enfrenta una amenaza constante de ataques de terroristas radicalizados por la internet que no han estado previamente bajo la pantalla del radar policial.

París está más de una década atrás de vecinos tales como Inglaterra, Dinamarca y Alemania en desarrollar programas para intervenir antes que la gente caiga presa del proselitismo islámico o para desradicalizar a aquellos que ya están en poder del extremismo. Los funcionarios han luchado incluso para nombrar la amenaza que enfrentan, con el predecesor de Macron, François Hollande, haciendo referencia a menudo al “oscurantismo” en lugar de al “Islam radical.”

El gobierno ha impulsado el gasto en campañas de desradicalización desde el año 2013, pero muchas de las decenas de millones de euros que ha gastado han sido desperdiciadas. Mucho del dinero ha sido distribuido en forma dispersa con poco pensamiento en alcanzar los barrios más vulnerables o puntos calientes de reclutamiento islámico tales como las prisiones.

El proyecto de más alto perfil es una línea telefónica gratuita que la gente puede usar para informar de presuntos radicales. El mes pasado colapsó un intento por crear centros de desradicalización voluntaria después que jóvenes muy poco elegibles—sólo nueve—firmaron para asistir al primer centro en abrir y fueron investigados en forma insuficiente. Cuesta €2.4 millones (u$s2.8 millones).

Nadie ha encontrado una bala de plata para reducir la radicalización, pero Francia tiene que evitar caer más atrás en la búsqueda de una solución. Macron estuvo en el camino correcto cuando, en un discurso el mes pasado, corrió más la responsabilidad de marcar y detener la radicalización hacia la gran comunidad musulmana de Francia—aunque sus ideas más dirigistas, tal como insertar al estado dentro del entrenamiento de los imanes, parecen destinadas al fracaso. Un comienzo sería nombrar a la amenaza constantemente como la amenaza terrorista islámica que es. El terror de todos los días sigue sucediendo y los franceses merecen escuchar una explicación honesta de las causas y soluciones.

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

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