Enlace Judío México – Han pasado ya 3 años desde que Israel y Hamás se fundieron en una guerra polifacética, pues el Estado de Israel no sólo se enfrentaba a los misiles y a los túneles del terror, sino a un ataque constante en los medios de comunicación.

 

Todo empezó el 12 de junio del 2014, cuando una terrible noticia se propagó, el secuestro de tres adolescentes israelíes conmocionó no sólo a los habitantes del Estado de Israel sino a todos los judíos del mundo, diferentes voces y diferentes idiomas se unieron en una misma plegaria: “Gilad, Naftali y Eyal pronto de regreso en casa”. Nada sirvió, 18 días después encontraron sus cuerpos sin vida y la tragedia comenzó. Los que tienen un poco de memoria supieron de inmediato lo que ese trágico hecho podía desembocar, y justamente así sucedió.

Algunos líderes de Hamás se atribuyeron el asesinato, otros lo negaron. Importantes líderes de Hamás admitieron que el secuestro y asesinato de los jóvenes israelíes fue perpetrado por miembros de Al Qassam, brazo armado de la organización Hamás; de cualquier forma, había tres adolescentes israelíes asesinados de una manera injusta y salvaje, así que la policía israelí se dio a la tarea de encontrar a los responsables.

Comenzaron pues los arrestos, gran parte de los detenidos eran miembros de la organización terrorista Hamás, por lo que dicha organización comenzó a exigir al gobierno Israelí la libertad de sus miembros, pero el gobierno de Israel no tenía la más mínima intención de entregar a los detenidos, por lo que comenzaron los disturbios, la violencia y los heridos.

Los adolescentes israelíes fueron sepultados y al día siguiente, un joven palestino llamado Mohamed Abu Judeir fue secuestrado y quemado vivo en Jerusalem. La policía israelí capturó a los responsables del asesinato, quienes fueron entregados a la justicia para ser juzgados por el tribunal del Estado.

Cada uno de los tres asesinos recibió su propia condena: a Yosef Haim Ben David, el principal responsable, se le dictaminó cadena perpetua, mientras que el Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu fue bastante claro a la hora de juzgar, diciendo: “no hay lugar para este tipo de asesinatos en nuestra sociedad”.

Sin embargo, pese a los esfuerzos por mantener el orden, la violencia comenzó a incrementar, los disturbios palestinos se convirtieron en misiles y la tensión del conflicto no tardó en escalar.

Cohetes cargados de explosivos comenzaron a ser lanzados hacia el Estado judío. Cada vez que las alarmas sonaban la sociedad israelí corría a buscar un refugio, pues para poner a salvo su vida sólo contaban con entre 8 y 15 segundos. Aunado a las alarmas preventivas, Israel implementó su cúpula de hierro para proporcionar mayor seguridad a su ciudadanía, está cúpula permitió detectar y destruir misiles en movimiento antes de que estos tocaran el suelo.

El 8 de julio del 2014 el ejército israelí inició su operación “Margen Protector” el objetivo, era destruir parte de la infraestructura de la organización terrorista Hamás, principalmente sus arsenales armisticios, pues los misiles lanzados desde Gaza ponían en riesgo a todo el Estado judío.

En el transcurso del conflicto, el ejército israelí encontró decenas de túneles destinados al terrorismo, ahí bajo la tierra y completamente discretos y escondidos había largos y pavimentados caminos perfectamente construidos.

Los túneles contaban con gran tecnología y con electricidad, lo que resultó ser esclarecedor y sorpresivo, pues era en esos túneles dedicados al terrorismo donde Gaza había invertido gran parte de la ayuda internacional que por tanto tiempo había recibido.

Así pues, conforme la guerra avanzaba, las muertes de civiles gazatíes se sumaban, y en consecuencia, las condenas internacionales hacia el Estado de Israel se incrementaban. El ejército israelí argumentaba que utilizaba varios métodos para evitar la muerte de civiles gazatíes, como hacer llamadas telefónicas o lanzar panfletos de aviso antes de cada operación, dando oportunidad y tiempo a la ciudadanía civil de resguardarse y tomar la necesaria precaución. Las bombas de estruendo eran otro método de aviso, bombas que, con el objetivo de informar sobre un próximo ataque, no hacían ningún tipo de daño, sino únicamente ruido.

Las fuerzas de defensa israelí argumentaban que eran ellos el único ejército del mundo que daba tanto aviso antes de bombardear, asumiendo las desventajas militares que ello podía implicar, aseguraban que era Hamás quien ponía cientos de vidas en medio de fuego cruzado y que el gobierno gazatí protegía sus armas con seres humanos, pero no había oídos para todo lo argumentado, pues ante las imágenes de niños palestinos, tanto muertos como heridos, no quedaban intenciones de escuchar o de entender, múltiples condenas cayeron sobre el Estado de Israel.

Sin embargo, mientras las condenas internacionales llegaban casi todos los días, el ejército israelí seguía descubriendo túneles construidos con fines terroristas, y si de algo estaba seguro el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, era que no iba a dejar comprometida su seguridad a causa de la presión internacional.

 

En la parte final de la operación se decidió que los soldados israelíes incursionarían a Gaza por tierra, este hecho implicaba sumar bajas al ejército israelí, pero era este el único modo de alcanzar objetivos sin sumar más muertes gazatíes. Finalmente, el 26 de agosto y despues de 49 días de guerra, ambos lados estuvieron de acuerdo en un cese al fuego, era hora de contabilizar los daños, tanto materiales, como diplomáticos y humanos.

 

Al rededor de 2,300 gazatíes murieron, por lo que Israel fue duramente criticado, tanto en la ONU como en distintos medios de comunicación, sin embargo, durante la operación Margen Protector, las fuerzas de defensa israelí lograron destruir 32 túneles clandestinos, 4,762 sitios de lanzamiento de cohetes y más de 750 terroristas fueron abatidos; en el proceso de estos hechos, 66 soldados israelíes murieron. Pero quizá, de todas las tragedias entre Hamás y el Estado judío, es que a 3 años de la operación Margen Protector, el conflicto sigue vivo.