Enlace Judío México.- En el artículo de J.M.Zuloaga y T. Móstoles publicado hoy por La Razón, los periodistas afirman que el imán preparaba una segunda fase de ataques tras la colocación de dos furgonetas-bomba. Austria investiga si Abdelbaki Es Satty reclutó a jóvenes para hacer la Yihad en 2016 y se suma a Bélgica.

Según estos periodistas españoles, el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, no tenía ninguna intención de suicidarse en la primera fase de atentados que iba a cometer la célula que dirigía, aunque se lo hubiera comentado a miembros de la misma, como informan a LA RAZÓN fuentes antiterroristas. Esta primera fase consistía, además del atropello masivo en las Ramblas de Barcelona, en colocar, en lugares no precisados, sendas furgonetas-bomba cargadas de bombonas de butano a su vez rellenas de explosivo o de algún reforzador para complementar los efectos del TATP que fabricaban en la base operativa de la localidad tarraconense de Alcanar. Según aseguran las citadas fuentes, queda por determinar si una bombona de butano rellena de TATP se desintegraría por efecto de la explosión, pero ésta era aparentemente la intención de los terroristas.

La presencia de Satty en el citado piso demostraría que quería supervisar hasta el último detalle del proceso de fabricación del TATP, dejando claro su papel de «director de operaciones» de una célula que no tenía previsto «consumirse» en una sola fase de atentados, sino que pretendía seguir con nuevas acciones criminales, afirma el periódico.

Para ello, era necesaria la presencia física de Satty al frente de la célula, según comentan las citadas fuentes tratando de determinar el alcance de dichos ataques y la duración de la operatividad del grupo yihadista desarticulado.

Consumados los planes criminales, se habrían convertido en una auténtica amenaza, no sólo para Cataluña, sino para otras zonas del resto de España. Satty, que perdió la vida en la explosión de la casa de Alcanar donde preparaban los explosivos, habría viajado en varias ocasiones a Francia (no se descarta que haya mantenido contactos en otros países) para recibir un cursillo de uno de los «dinamizadores» (que el Estado Islámico ha distribuido por Europa), sobre el uso de armas y la fabricación de artefactos explosivos, continúa La Razón.

El Estado Islámico había conseguido formar a un jefe de célula y, al parecer, los cabecillas de la banda yihadista querían mantenerlo operativo el mayor tiempo posible. Los planes establecidos para compensar con atentados las derrotas territoriales en Siria requieren de individuos como el imán de Ripoll dispuestos a llevar la «yihad» hasta sus últimas consecuencias, afirman Zuloaga y Móstoles.

La reconstrución de los movimientos del imán Abdelbaki Es Satty, el «cerebro» de los atentados en Barcelona y Cambrils, apunta a que el imán no solo actuó en España, Bélgica y Francia sino que también habría realizado actividades de proselitismo y reclutamiento de jóvenes para la yihad en Austria. Según informaba ayer el periódico austríaco «Kronen Zeitung», Es Satty había estado en Viena al menos dos veces; la primera en 2015 y la segunda 2016. Allí predicó en una mezquita de la capital y participó en la organización de supuestos viajes a la Meca para jóvenes, según afirma una fuente al «Kronen Zeitung», que prefiere mantener el anonimato.

Habitación del domicilio del imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, supuesto cerebro de la célula terrorista de Cataluña. (AGENCIAS)

«Por aquel entonces él era muy liberal» recuerda la misma fuente en el diario asutriaco y probablemente esa actitud le facilitaba el acercamiento con los jóvenes. En otoño de 2015, la fuente sitúa a Es Satty en la mezquita del distrito de Rudolfsheim-Fünfhaus, en el oeste de Viena, donde había participado en el servicio religioso de aquel viernes. Tras el rezo, conocido como «Yumu’ah», celebrado poco después del mediodía, Es Satty se llevó a algunos de los jóvenes para darles una «conferencia» sobre el Islam cuyo contenido exacto desconocía la fuente, afirman los periodistas españoles.

De acuerdo siempre con el testimonio del «Kronen Zeitung», Es Satty habría hecho algo más que conversar con los jóvenes después de la mezquita, porque cuando la fuente volvió a encontrarse con el imán de Ripoll en febrero de 2016, estaba en el aeropuerto de Vienna-Schwechat. Entonces, Es Satty iba acompañado de otro hombre con el que organizaba «viajes a la Meca» para jóvenes. «Volaron a Arabia Saudí con otros jóvenes, y muchos de los que participaron en este viaje organizado no regresaron a Austria», contó la misma fuente, que sospecha que el destino para estos jóvenes no era la Meca.

Las autoridades austriacas investigan hasta dónde llegó la influencia del imán Es Satty en su país. «Estamos en contacto con las autoridades españolas y estamos comprobando esa información, aunque actualmente no hay ninguna confirmación», declaró a la prensa Karl-Heinz Grundböck, portavoz del gobierno austriaco.

Austria se une así a la red de conexiones internacionales que trató de tejer el «cerebro» de los atentados de Barcelona. Bélgica, que mantiene su nivel de alerta tres, de cuatro, tras los atentados en Barcelona y Cambrils según su ministerio del interior, también trata de descubrir sí el imán logró reclutar a más jóvenes para la guerra santa en la pequeña localidad de Vilvoorde de apenas 40,000 habitantes, donde reside un primo del imán. Es Satty había vivido allí tres meses en 2016, y visitó el país en varias ocasiones desde entonces.

Volvió a España ese mismo año, tras no conseguir empleo como imán y ser expulsado de dos mezquitas en Vilvoorde y Diegem por su discurso radical. «Yo no confiaba en él», dijo a los medios Mimoun Aquichouch, imán de la mezquita de Vilvoorde. La comunidad musulmana de Vilvoorde, alertada por el discurso radical del imán de Ripoll, le exigió presentar un certificado para comprobar que carecía de antecedentes penales. Es Satty no llegó jamás a presentar esta documentación, pues fue condenado a cuatro años de cárcel en 2010 por tráfico de drogas en España. El imán intentó introducir vía Ceuta 121 kilos de hachís. Estuvo en la cárcel de Castellón, donde las fuerzas de seguridad creen que pudo radicalizarse.

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