Enlace Judío México – Gracias a su distintivo de adquirir las licencias de personajes del cine y la TV, así como de ofrecer los disfraces a precios accesibles, miles de chicos y grandes pudieron ser su personaje favorito de ficción la noche de Halloween para aventurarse al dulce o truco.

Hoy es Halloween, y el disfraz es un toque indispensable para la festividad que actualmente tiene alcance internacional más allá de las religiones y culturas.

Y a una familia judía norteamericana, miles o quizá a millones de chicos y grandes le deben que hayan podido ser por la última noche de octubre su personaje, super héroe o figura monstruosa favorita bajo una máscara y una indumentaria durante más de 5 décadas.

Todo comenzó en la década de los años 30, cuando los hermanos judíos Ben y Nat Cooper, nacidos en Nueva York, quisieron emprender un negocio diferente al de su exitoso padre restaurantero, pero a la vez también, de alguna manera y como judíos de primera generación, asimilarse a la cultura moderna norteamericana, de acuerdo a su hija Ira Cooper en entrevista para Jewish Journal.

Ambos comenzaron produciendo disfraces para teatro de género vodevil, el cual era popular en la época, pero pronto se dieron cuenta que era algo muy costoso y que ellos aspiraban a alcanzar un mercado más masivo.

Fue de esta manera que en 1937 fundaron Ben Cooper Inc. para dedicarse a la producción de disfraces económicos para Halloween, que comenzó a partir de esta década a celebrarse en EE.UU. de la manera popular en que hoy se conoce.

Su primera acción tras la fundación de esta nueva empresa fue el golpe de gracia para su futuro negocio: acordar un trato con el mismísimo Walt Disney para producir disfraces licenciados de Mickey Mouse, el Pato Donald y Blanca Nieves, cuya película estaba recién salida del horno.

Con esto comenzó una línea tradicional dentro de Ben Cooper Inc. que sería su sello distintivo: obtener la licencia de personajes del cine y la televisión para producir disfraces. Batman, Superman, Spiderman e incluso los personajes Star Wars fueron parte de su bagaje.

Hasta antes del ingreso al mercado de Ben Cooper Inc., la mayoría de los disfraces para Halloween se concentraban en figuras tradicionales como fantasmas, esqueletos o brujas. Con ellos el uso de figuras de la cultura pop se asentó dentro de la tradición que hasta hoy continua.

Entre 1950 y 1980, Ben Cooper Inc. fue uno de los 3 mayores fabricantes de disfraces en EE.UU., al punto de que en la década de los años 60, lograron retener el 80% del mercado para Halloween, con una producción de 2.5 millones de disfraces en 1963.

No solo en lo relativo al Halloween la compañía de los Cooper abordó sus disfraces: máscaras suyas de Richard Nixon, Ronald Reagan y George H. W. Bush fueron muy populares durante sus respectivas presidencias.

Desafortunadamente, la compañía entró en una crisis en la década de los años 80, ante el incremento de la competencia, un incendio en una de sus fábricas y los cambios en los gustos de las nuevas generaciones.

Finalmente la compañía terminó por declararse en bancarrota en 1992 y fue adquirida por otra compañía de disfraces, Rubie’s Costume, quien hoy se ostenta como la mayor compañía de disfraces del mundo.

“El genio de los hermanos Cooper es que fueron capaces de vender al mercado masivo los disfraces basados en su conocimiento en el teatro vodevil por muchos años.

“Con su experiencia en la fabricación construyeron un modelo en el que pudieron asegurar una licencia de manera económica y fabricar el disfraz a un muy bajo precio. Los padres no podían negarle el disfraz a sus hijos” comentó al sitio Investors, Jon Miller, co propietario de Ben Cooper LLC, una sucesora de la empresa original.

Fuente: Investors, Jewish Journal / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico