Enlace Judío México – El 30 de octubre en Aish México se presentó la conferencia “La integridad en el partido más importante: la vida”. En esta participaron el Rabino Arturo Kanner, de Aish México, Marcos Achar, CEO de COMEX de 2004 a 2017, miembro de la Junta Directiva de Grupo Modelo, MVS Radio y ACCTIVAL, Banamex, NFL Internacional Board; y Arturo Brizio, presidente actual de la Comisión de Arbitraje y árbitro mundialista.

Con el recinto lleno la plática fue muy interesante. La integridad es una parte muy importante en la vida diaria. Nos presentaron sus puntos de vista personalidades muy diferentes en su profesión pero con la misma opinión de lo que la integridad significa en el día a día.

Para la vida diaria, empresarial o cualquier tipo de trabajo que tengamos cuando actuamos con integridad la vida será para nosotros mucho más fácil

El Rabino Arturo Kanner, de Aish México, dijo:
“Esta semana murió un gran amigo nuestro, el Sr. Aba Wengrowsky Z”L, que vivió en Monterrey. Un ejemplo de integridad, no es casualidad que falleciera esta semana, y esta conferencia la dedicamos a él. Él se dedicaba arreglar todo lo de los donativos. Me platicó su hijo que antes de su operación tenía que dejar todo establecido, todos los ingresos, para que no quedara ninguna posible pregunta de la integridad de las cosas. Lo único que le importó antes de su operación fue el nombre y la integridad”.

“La integridad se define como “hacer lo correcto”. Tenemos un código de lo que es justo. En cada decisión que uno toma hay valores en conflicto. El reto en la vida es qué valor voy a escoger. Desafortunadamente para la integridad hay valores en conflicto.  Uno es el ego, cómo me voy a ver a mí mismo o cómo me va a ver la gente, eso hay veces que compromete la integridad. Puede ser la presión social. Qué es lo que la gente quiere de mí, aun cuando no lo quiera hacer. Otras veces es el dinero, el poder o el prestigio”.

“El impacto que tiene psicológicamente y en la salud para una persona escoger lo correcto o no. Tristemente no nos damos cuenta de cuánto la salud mental y espiritual de una persona depende de esto”.

“Hay tres maneras en las que una persona elige, que están basadas en las tres partes que toda persona tiene: El cuerpo, lo que es fácil, cómodo, se siente bien, con lo que el cuerpo le genera ese estado de confort. Otras veces podemos tomar decisiones con el ego, es lo que se ve bien y otras veces con el alma quedes hacer el bien. Todas estas voces se están peleando todo el tiempo. ¿Qué es lo que debo hacer?

La pregunta es ¿cómo escojo la correcta? La forma en que una persona toma una decisión en la vida va a depender de estos tres factores. Lo importante en esta vida en concientizarnos de lo que está presente siempre, pero al final ver cuál es el impacto que tiene.

Como padre muchas veces escogemos lo más fácil, les doy todo y que no me molesten. Otras veces qué va a decir la gente de cómo los estoy educando o lo que necesitan, aunque me cueste trabajo.

Todo en la vida son estas tres partes. Muchas veces estas tres partes están luchando en uno mismo. Cuando uno escoge por el ego o por el cuerpo la persona se siente incómoda con quién soy y porqué, Por ende se genera una mayor necesidad de estímulos y placer para cubrir el vacío o la mentira. Hay una mayor necesidad de aprobación de los demás para intentar cubrir el faltante. Se empiezan a detonar mecanismos de defensa para evitar tocar la realidad. Nos alejamos de la gente a un nivel emocional porque, “si supieran quién realmente soy”.

Muchas veces me toca en consulta que la gente me dice que le cuesta trabajo intimar con los demás porque tienen una cola que le pisen. No es que sea grave, él solo no se siente cómodo con quién es, no quiere que nadie sepa lo que tiene dentro de él.

El secreto para la sanidad mental es la integridad. Se van a cometer errores, pero cuando los reconoces puedes seguir adelante. Ir cubriéndolos es un círculo sin fin. Lo que pasa es que te acabas enajenando a ti mismo.

La primera historia de la Torá, cuando peca el primer ser humano, su respuesta fue “es la esposa que me diste”. El primer acto de ego. Lo que le molestó a D-os fue que no confrontó su error. Si uno escoge con el ego por lo que quiero ver de mí o lo que quiero que la gente vea de mí y no con integridad, el nivel de salud mental que requiere una persona para evitar ver la realidad es muy alto.

El secreto de la salud mental y la espiritualidad es asumir la vida con responsabilidad, tomar las decisiones correctas. Cuando uno se equivoca, no pasa nada. Me doy cuenta que cometí un error, comienzo de nuevo.

Arturo Brizio, presidente actual de la Comisión de Arbitraje y árbitro mundialista dijo lo siguiente:

Yo tuve la inmensa fortuna de ser árbitro de futbol durante 22 años. La compaginé con la carrera de abogacía. Todo esto me permitió conocer a todo tipo de gentes en un deporte complicado como es el futbol. Si es un deporte muy sencillo al que cualquiera le puede entender, los intereses que hay en el futbol son de toda índole. Te encuentras a gente muy encumbrada hasta gente muy humilde. Todos tienen un común denominador: todos quieren ganar y al precio que sea.

Una frase que me encanta que dijo Marcos Achar en una inauguración de un evento de árbitros: “El futbol básicamente es el mismo. Lo que ha cambiado es lo que está en juego”. Los intereses económicos son brutales. Si hablamos de una Copa de Mundo, de una Champions League, es una cosa impresionante.

El tema del arbitraje tiene que ver con esa sociedad en la que estamos metidos, no es un tema exclusivo del futbol, el querer ganar a cualquier precio. Hoy vivimos en una sociedad a la que yo llamo “ligth” en la que todo es desechable, los noviazgos, las amistades, los principios. O si no los queremos llamar desechables, sí los podemos guardar un rato. Yo puedo dejar mis principios un rato guardados en el closet y los recupero mañana. Podemos decir nadie me vio o se enteró de lo que pude haber hecho.

Esto lo quiero unir con el tema del futbol. La mayoría de los que están en el futbol propugnan y hablan del tema de profesionalizar el futbol, hacerlo más limpio. Pero resulta que es un tema de pico, porque nadie le mete mano a fondo a este tema que es tan apasionante que es la integridad. Es decir que gane el que deba de ganar, el que mejor lo haga, el que más suerte tenga. Pero no puede ganar el tramposo o el violento.

El otro día me preguntaban en una entrevista en la federación ¿Cuál es el flagelo del futbol actual? Habrá quien diga que es la corrupción, hay casos aislados, la violencia, estos no son. El tema es el engaño. Los atletas, los miles o millones que hay en el mundo en la pirámide del futbol que empieza con los niños que juegan futbol, los jugadores amateurs y los súper atletas del futbol que termina con los Messi, los Cristianos, grandes futbolistas, tienen un común denominador: están dispuestos a engañar a quién sea. El único deporte en el que el atleta se prepara para engañar al árbitro es el futbol. En el basquetbol o el americano hay golpes, fouls, pero no engaño.

La FIFA, que es el organismo rector de este negocio, le llama “Fair play”, juego limpio. Pero, qué sucede cuando el jugador engaña al árbitro o a sus oponentes consiguiendo su objetivo. El tema es cómo le hacemos para que cada uno de nosotros intentemos jugar limpio en la vida. Yo creo que lo que tenemos que tener es perfectamente claro quiénes somos y adónde queremos llegar. Si no lo tenemos estaremos usando constantemente la ley de la ventaja, que es un término muy arbitral.

El colofón que yo le quiero dar a esto en una invitación que cada uno de nosotros haga una meticulosa introspección, en dónde estamos parados. No es decir lo que has hecho en la vida, eso no te hace perfecto. Entre más partidos se arbitran, hablo hipotéticamente en la vida, entre más veces tienes la oportunidad es más fácil que te equivoques. Es lógico. El tema no tiene nada de particular, la equivocación como tal. Si partimos de la base que es equivocación no es mala fe. El tema es cómo hago para resarcir a partir de ahí.

Tenemos que ver cómo le hacemos. La vida como esta concebida hoy, se parece a una Copa del Mundo. Es una competencia brutal. Todos te quieren ganar al precio que sea. El público juega, el mundo te está viendo constantemente. De pronto hay presiones sociales tremendas. El árbitro te roba de repente. ¿Por qué? de repente puedes decir que hay una injusticia, pero no se puede quedar uno así.

Las Copas del Mundo que cada uno está jugando se hicieron para ganarlas, lucharlas, pelearlas. ¿Cómo vamos a jugar esa Copa del Mundo? Con la garra, la fuerza, el cariño, la alegría. Yo estoy convencido de que nos vamos a seguir viendo y nos vamos a saludar con un abrazo o un beso. Yo quiero que esa próxima vez sea un saludo afectuoso. Ver en su rostro que cada uno de ustedes está dispuesto a levantar ese trofeo que los acredita como campeones del mundo de su propia existencia.

Marcos Achar, CEO de COMEX de 2004-2017, Miembro de la JUnta Directiva de Grupo Modelo, MVS Radio y ACCTIVAL, Banamex, NFL Internacional Board, dio su visión empresarial de la integridad.

“Podemos ver que los jóvenes no están pudiendo tomar las mejores decisiones debido a la gran presión que se vive día con día.

Si alguna profesión tiene esa presión social día con día es un árbitro de futbol como lo dijo Arturo Brizio. Son los únicos que tienen que tomar una decisión con y a pesar del público que tienen frente a ellos, a pesar de las críticas.

Si dimensionamos esto y lo comparamos con la labor que tenemos nosotros los empresarios en el día con día, no estamos muy lejos. Hacemos que nuestras gentes crezcan y se desarrollen de una manera importante y significativa. En nuestras manos está el que nosotros y las gentes que laboran con nosotros puedan desarrollarse de una manera correcta.

La empresas son entes intermedios en la sociedad que se dedican a hacer transacciones permanentemente.

En nosotros como empresarios está la decisión de que las hagamos bien o mal, de una manera correcta o incorrecta. Los que están alrededor de nosotros están viendo las decisiones que tomamos. Por esto en nuestras manos está el desarrollo de nuestras gentes, el si podemos cambiar, si podemos actuar con honestidad, o no.

La responsabilidad del empresario es más allá que solamente hacer negocios y formar personas. Obviamente cuando uno inicia en un negocio no tiene como objetivo desarrollar personas.

Al emprender un negocio nuestro objetivo principal es ganar dinero. Ya después con el tiempo nos damos cuenta si nuestro actuar cambió o no. Si con nuestro actuar nos sentimos orgullosos de lo que hacemos. Si con nuestro actuar la gente que está con nosotros se siente orgullosa, primero del lugar en el que trabaja y segundo de la gente con la que trabaja.

No es fácil ser empresario cuando tenemos una responsabilidad como esa. No nos damos cuenta tampoco de que nosotros tenemos la capacidad de cambiar el tejido social si nosotros hacemos las cosas correctamente. Cuando actuamos de esta manera podemos incidir en las personas, las personas inciden en sus hogares, los hogares comienzan a cambiar y les enseñamos a actuar de una manera correcta.

El tema del empresariado se vuelve en un mundo como el de hoy sumamente importante. Nosotros somos el ejemplo a seguir de los jóvenes del mañana. Más allá en un mundo como hoy en donde la escala de valores pareciera ser que ha cambiado. No todos los jóvenes o las generaciones de hoy vive con la escala de valor como nuestros padres y abuelos aprendimos a vivir. Hoy esa escala se empieza a voltear. Eso evidentemente no es bueno, porque hoy los ejemplos con los que viven estos jóvenes son quienes se hicieron ricos de una manera muy rápida. Curiosamente el año pasado en la revista Forbes, uno de los quinientos hombres más ricos del mundo es el Chapo, ¿cómo puede ser que este sea un ejemplo a seguir? si eso es lo que yo quiero ser, si quiero ser uno de los hombres más ricos del mundo ¿cómo puedo tener como un ejemplo a seguir a un personaje como este?

Ahí es donde los valores comienzan a tergiversarse. Es donde nosotros como sociedad, y lo que nos toca como empresarios, no podemos permitir que los valores comiencen a cambiar, entonces todos perdemos.

Las empresas duran en la medida que no solamente hagamos un buen negocio, sino en la medida que actuemos bien. Así la gente quiere hacer tratos con nosotros. Mientras seamos honorables con lo que estemos haciendo, la gente se acerca contigo y quiere hacer transacciones contigo, quiere vivir contigo, quiere trabajar en tu negocio.

Nosotros somos los primeros que no podemos poner ni aceptar que esa escala de valores cambie. En un mundo como el de hoy es tremendamente difícil. De los ejemplos que están en los medios día con día, a veces son mucho más poderosos de los poquitos de los ejemplos que podemos hacer nosotros en el día a día. Los ejemplos que nosotros damos son muy pequeños en comparación con lo que vemos en los medios y las películas.

Las empresas crecen, duran, se desarrollan. Nosotros como empresarios y personas también logramos trascender en el tiempo. Lo que nosotros hacemos y la gente que tocamos es mucho más importante. Somos figuras a seguir más importantes de lo que vemos.

Hay veces que nosotros no nos damos cuenta del impacto que causamos en la sociedad. Por eso hoy más que nunca tenemos que recordar a los jóvenes, las nuevas generaciones y los que están a nuestro alrededor ¿Por qué es importante actuar bien, la integridad, y que nos comportemos bien?

En mi carrera, sobre todo en COMEX, logré aprender esto de las generaciones que me antecedieron. En donde el objetivo no era solamente ganar dinero, sino hacer el bien a los demás. A mi generación los que nos antecedieron lograron meternos una semilla en la cabeza, que decía que nosotros tenemos que ver cómo toda la gente que trabaja con nosotros, para nosotros o hace negocios con nosotros le tiene que ir bien siempre. Tenemos que preocuparnos de que la gente que deposita su confianza en nosotros, siempre les vaya bien. Siempre anteponíamos eso antes de nuestros intereses propios.

Cuando éramos más jóvenes no lo entendíamos, creíamos que estábamos primero nosotros antes que los intereses de los demás. Con el tiempo fuimos entendiendo que no era así.

La única manera en que podíamos trascender en la vida y hacer las cosas bien era justamente ver que les fuera bien a los demás. Siempre actuando de una manera correcta.

Muchas veces no nos damos cuenta del impacto que nosotros los empresarios podemos tener en la sociedad.

Hoy veo tremendamente importante la labor del empresariado. Mi recomendación es que tomemos conciencia de cómo podemos y debemos hacer muchas de estas cosas. Que el objetivo del negocio sea actuar bien por y para los demás.