Enlace Judío México.-El Estado Islámico, conocido también como ISIS, es un grupo terrorista de naturaleza fundamentalista- yihadista- wahabita, que en junio de 2014 autoproclamó el “Gran Califato” cubriendo los territorios de Irak y Siria, ordenando el asesinato de los infieles que se opongan al proyecto.

ENRIQUE PRESBURGER CHEREM EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Más allá de la naturaleza religiosa del grupo, lo que sabemos es que dicho conglomerado no hizo más que asesinar civiles de manera masiva y a sangre fría, ejecutar periodistas en videos en vivo, y robar petróleo para enriquecer a sus líderes en maniobras de contrabando y corrupción.

Estos días, recibimos una aparente buena noticia de que el Estado Islámico sufrió su “tiro de gracia” después de que las fuerzas aliadas sirias, apoyadas por iraquíes, lograran reconquistar Bukamal, el último gran bastión de los terroristas en Siria. Así, “ISIS” queda acorralado en pequeñas localidades y pueblos a lo largo de la frontera con Irak y en el desierto sirio, en el sureste del país, lo que presupone el inicio de su fin.

No obstante, lo que debemos cuestionarnos verdaderamente es el legado que deja el surgimiento de este tipo de grupos y conflictos. Si bien nominalmente ISIS desaparece, tenemos una situación latente en Siria con bombardeos y nuevos desplazamientos de civiles en varias provincias. Al día de hoy, en Ghouta Oriental hay 400.000 civiles, principalmente mujeres y niños, a los que la ONU intenta llevar alimentos y medicinas con escaso éxito por tratarse de un área militarmente cercada, donde la gente se muerte literalmente de hambre. Al mismo tiempo, seguimos teniendo atentados recientes, como el observado en Nueva York, que siguen siendo atribuidas al “Estado Islámico”.

Así, nos preguntamos: ¿Qué ocurre realmente cuando se desmantela un grupo terrorista?

La respuesta es que las células que forman parte de estos grupos se independizan, se radicalizan, y se dispersan de manera autónoma. A nivel macro, simplemente llegan nuevos grupos de poder político y militar, que persisten con exactamente la misma estrategia de masacres masivas para controlar territorio. Las únicas constantes así, son la violencia y la búsqueda de poder político.

La perspectiva correcta no debe ser así sobre los grupos terroristas individuales, sino sobre los sistemas de alianzas internacionales basadas en el terrorismo y la corrupción; patrocinadas a su vez por países y organizaciones internacionales.