Enlace Judío – El Talmud es un texto que compila la tradición y la sabiduría judía que se ha acumulado desde las primeras comunidades judías, hace más de cuatro mil años. En él se encuentra todo tipo de historias consejos y leyes morales. Te dice desde cómo curar ciertas enfermedades, cómo comportarte con tu vecino, hasta cómo hablar con D-os correctamente. Es un texto amplísimo que cuenta con 63 tratados en los cuales se despliegan las opiniones de cientos de sabios y rabinos. Entre toda la riqueza que nos trasmite también nos enseña a ser sabios. Los siguientes siete consejos fueron tomados directamente de la Mishná (Talmud)

1) No hablar frente a alguien mayor en años o sabiduría

La tradición judía da un respeto inigualable a los ancianos. Según la halajá uno debe pararse cuando llegan al cuarto y debe hacer otro tipo de actos como servirles, ayudarles, dejarles el asiento y demás. Esto aplica de la misma forma para las personas que uno reconoce como sabios.

Dar este tipo de honor a dichas personas ayuda a aprender de ellos y formar carácter. Sin embargo, lo más importante es que te enseña a escuchar. Es más sabio el que está dispuesto a aprender de una persona mayor que aquel que prefiere lucirse frente a los demás. La fuente de toda sabiduría está en el ser receptivo.

2) No interrumpir cuando alguien más habla

La Torá le da un respeto enorme al prójimo el valor de la persona se mide en base a cómo trata a sus iguales. Interrumpir a una persona no sólo es una falta de respeto, también imposibilita saber aquello que el otro puede enseñar.

3) No apresurarse a contestar

Aquel que es sabio mide bien sus palabras y piensa lo que va a decir antes de decirlo. Sólo aquel que es inculto o ignorante habla sin saber lo que dice.

4) Siempre hacer preguntas relevantes

La Torá y el Talmud seguido critican a aquel que habla por hablar. Llenar el silencio con palabras vacías en cierta forma es robar el tiempo y la atención de quién escucha. El sabio sólo hace preguntas cuando está dispuesto a escuchar la respuesta y cuando tiene un interés genuino en encontrarla.

5) Responder con precisión

Una forma de distinguir a una persona que sabe de lo que habla de una que no tiene la menor idea es si la persona da detalles reales de lo que dice. El conocimiento siempre es particular aquel que habla en generalidades, sin ejemplos desconoce de lo que habla.

6) Discutir las cosas más importantes primero y las menos importantes después

Como dice un refrán “no todo lo que brilla es oro” es fácil distraer nuestra atención y desviar la conversación hacia eventos de menor importancia, dejando al final temas esenciales. Esto es un error, uno debe darle el tiempo preciso y debido a las cosas.

7) Admitir la verdad

De las cosas que no escuchó, el sabio afirma no haberlas escuchado. Jamás divulga información de la que no tiene certeza. Sabe a profundidad el efecto que pueden tener las palabras de cualquier persona.
Estos consejos los tomamos de un párrafo escrito en la Mishná, en el que se comparan las características de un sabio con las de un “golem” un tonto o un ser incompleto para la Torá. Del tonto o del inculto se dice que incurre en todas ellas, ya que no sabe controlar sus palabras.

Lo más bello de este fragmento breve es que nos enseña que la sabiduría se encuentra en las palabras que usamos y cómo nos paramos frente a los demás, qué respeto damos a lo que otras personas nos dicen.