Enlace Judío México – En la pasada edición de La Ciudad de las Ideas Beyond X, en la ciudad de Puebla, el reconocido diseñador israelí Dror Benshetrit habló en conferencia de prensa y en exclusiva para Enlace Judío sobre su experiencia en distintos países del mundo con proyectos grandes y pequeños que están cambiando el mundo del diseño y la arquitectura.

Para Benshetrit es muy importante que existan eventos como La Ciudad de las Ideas donde se exponen y se discuten ideas nuevas y diferentes entre personas de diferentes ámbitos. La diversidad en campos, países y temas tratados en las conferencias es algo muy fascinante, dice, ya que así La Ciudad de las Ideas se enriquece al entrelazar arte, política y ciencia de manera interdisciplinaria y no enfocarse solamente en una única disciplina.

Entre las preguntas que se le hicieron estuvo, ¿cómo solventar el problema de vivienda ante una población creciente a nivel mundial que solamente extiende año con año sus zonas urbanas devorando con ello los espacios naturales? La solución a un problema tan importante como este, dice, es una nueva construcción innovadora que incorpore a la naturaleza en el espacio vital de los seres humanos, no que lo destruya. Y que no solamente se trate de construir por construir, ya sea hacia las alturas o subterráneamente con concreto, algo que no tiene caso. Se necesitan ideas frescas para implementar el futuro de la vivienda humana.

El ser humano ha comenzado a comprender que necesita lugares que le inspiren mental y emocionalmente. Hoy día las experiencias son más y más importantes. Somos seres emocionales: tanto física como mentalmente creamos cosas diferentes en épocas diferentes.

Sobre su experiencia en el diseño de sinagoga del Soho, en Nueva York, habla sore la evolución de la idea del espacio religioso como espacio comunal y familiar, que sirve para unir a las comunidades.

 

Enlace Judío: Dices que uno no necesita ser arquitecto para construir edificios ¿a qué te refieres?

Dror Benshetrit: Creo que necesitas ser un arquitecto para diseñar un edificio pero no creo que tengas que serlo para soñar y tener una visión de cómo podrían ser y cómo deban de mejorarse.

Todos tenemos la habilidad y el derecho para imaginar. Muchos no entienden que en el diseño y la arquitectura uno no trabaja de manera aislada. Uno trabaja con ingenieros, con grupos de arquitectos o asesores de construcción. No todos ellos necesitan educación adecuada y entrenamiento en arquitectura para ser parte del proceso.

EJ: ¿Por qué los turcos escogieron a un israelí para construir esta enorme isla en la costa de Estambul? Porque creo que hay una ideología y política que difiere.

DB: ¿Por qué no? Creo que estás generalizando y en general yo no creo en generalizaciones como esas. A la gente le atrae gente con diferentes antecedentes, puentes y creencias. La gente me contrata no por lo que yo creo o por mi lugar de origen. Me contratan por mi talento, mi creatividad y mis ideas.

Vivimos en un mundo en el que tenemos que entender que no podemos tener sentimientos de odio sobre otras personas. Espero que podamos dejar de generalizar a la gente por su origen y de ponerlos en una categoría.

EJ: ¿De dónde es originaria tu familia?

DR: Nací en Israel pero mi familia es de Marruecos. Inmigraron a Israel cuando eran adolescentes.

EJ: ¿Cómo fue ser para ti un diseñador israelí estudiando en Holanda?

DR: Estudiar en Holanda fue increíble. Hay algo increíble sobre el método holandés de pensar el diseño, sobre los temas sociales de cómo mejorar el bienestar de la gente. Fue una gran época para mi. Creo que la sensibilidad de los europeos en general es algo con lo que estoy muy conectado.

EJ: ¿Cómo fue tu trabajo en Abu Dabi?

DR: Fue genial. Trabajar en Abu Dabi fue casi como un sueño porque era algo donde el presupuesto no tenía límites. Después de hacer un proyecto como este te das cuenta de la belleza de las restricciones de presupuesto. Pero como un joven diseñador el hecho de que en verdad puedas materializar tu sueño y tu idea es increíble.

Ese fue el proyecto en el que aprendí que el valor que tenemos está en nuestro modo de pensar y no en la sabiduría que tenemos. Siempre podremos encontrar conocimiento para ejecutar nuestros sueños. Soy alguien que aboga por soñar, por la imaginación y por difundir más amor en el mundo.

EJ: Hablaste de cómo la arquitectura tiene influencia sobre las emociones ¿Qué consideras que podría realizarse para mejorar el estado de ánimo de los usuarios en las páginas de internet?

DR: Relacionaré esto con la pregunta sobre las construcciones religiosas. En general, en el pasado los sitios religiosos hacían sentir pequeños a los seres humanos para que respetaran y apreciaran a Dios. Hoy estas ideas ban el sentido de ¿cómo hacer que el ser humano se sienta genial? y ¿qué con la libertad y la opción para poder expresarse a sí mismos? Esto es algo que se puede realizar por diferentes caminos a través del diseño de un edificio o de un sitio de internet.

Como humanos, nos motiva nuestro crecimiento personal y nos motiva la evolución de nuestra propia vida personal. Algo que se nos haga sentir únicos, diferentes, más allá de un número que cualquiera puede verf. Esto es muy importante.

Cómo haces para que me sienta mejor conmigo mismo al ser parte de una página de internet junto con más personas es algo que vamos a experimentar más y más. No sólo a través de anuncios personalizados, sino con diseños que se personalizan para mí, colores que yo prefiero, algo que pueda entender mi estado de ánimo y pueda responder a ello. Personalización, básicamente.

En su taller otorgado en La Ciudad de las Ideas invitó a los participantes a imaginar y rediseñar sus vidas cotidianas. Benshetrit expresó su firme creencia personal en el proceso de sentir, imaginar, hacer y compartir, elementos que no están conectados en los procesos creativos y de construcción de nuestra época en la que todo se ha vuelto “inteligente”. El ser humano se deja llevar por la “inteligencia” de los dispositivos y tecnologías casi de manera ciega.

“Tratemos de pensar diferente pero empecemos primero a sentir diferente” es el llamado que hace Benshetrit ante esta situación. La imaginación debe de tener un dialogo entre el cerebro y el corazón.

“Es completamente libre imaginar lo que queramos pero no siempre es lo mismo cuando tratamos de resolver problemas y cuando lidiamos con gente con la que trabajamos”.

¿Cómo hacer esta relación de la imaginación que viene de nuestros sentimientos hacia lugares que creemos que no serán entendidos o que dudamos que funcionen, como los problemas que existen en los lugares de trabajo? ¿Qué tenemos que seguir? ¿A nuestro corazón o a la lógica?

Muchas veces las cosas por las que uno se preocupa son las cosas en las que uno debe de permitirse confiar sus instintos, experiencias, conocimiento y a sí mismo.

Finalmente Benshetrit pide poner atención a la vida inmediata que se desarrolla a nuestro alrededor en el hogar en el trabajo y ver de qué manera se pueden cambiar cosas como la temperatura de los colores, de la luz, etc para de verdad poder saber cómo uno quiere sentirse y actuar en su vida cotidiana.

El trabajo, la diversión y el relajamiento son tres categorías que siempre uno debe de tener en cuenta en lo que respecta a los espacios en donde uno lleva a cabo su vida.

Para saber más: La Ciudad de las Ideas

Dror Benshetrit en exclusiva
El diseñador habló sobre su visión artística en Puebla.