Enlace Judío México – Israel lleva 50 años de control objetivo de toda Jerusalén, y durante esos 50 años las tres religiones principales (Judaísmo, Cristianismo e Islam) han podido celebrar sus rituales sin ningún problema. La libertad de culto está garantizada.

 

IRVING GATELL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

A medio mundo le parece lógico: Trump ha provocado una ola de violencia por su postura sobre Jerusalén como capital de Israel, y es obvio que fue una imprudencia suya hacer ese movimiento en este momento. Pero no. Les juro que él no es el loco. Lo demencial, en realidad, es esto:

  1. En una coyuntura como esta, donde un gobierno extranjero y de otro continente toma una decisión que puede exacerbar los ánimos, lo lógico sería que los líderes israelíes y palestinos dijeran “sentémonos a negociar para evitar que esto se salga de control”. Pero no. Los palestinos ya nos recordaron que no van a negociar y de hecho fueron los primeros en apelar a la violencia.
  1. Han habido dos o tres intifadas, dependiendo de si el último episodio de ataques palestinos (con cuchillos o automóviles) que se extendió durante más de un año entre 2015 y 2016 puede ser considerado una intifada. En la primera (1987-1991), murieron 1,162 palestinos y 160 israelíes; en la segunda (2000-2005), murieron más de 5,500 palestinos y un poco más de 1,000 israelíes. Y en la “intifada de los cuchillos”, murieron más de 330 palestinos y más de 30 israelíes. Las pérdidas económicas fueron enormes para los palestinos, ya que –entre otras cosas– durante mucho tiempo su comercio con israelíes (en muchas zonas y en muchos rubros, el más importante) se vino abajo. Es decir, el saldo de las tres intifadas fue una absoluta y rotunda derrota para los palestinos. No consiguieron nada después de ello. Perdieron gente y dinero. Y, sin embargo, como reacción a la situación actual, convocan a otra intifada. O sea: a repetir una estrategia inútil y contraproducente.
  1. Israel lleva 50 años de control objetivo de toda Jerusalén, y durante esos 50 años las tres religiones principales (Judaísmo, Cristianismo e Islam) han podido celebrar sus rituales sin ningún problema. La libertad de culto está garantizada. En contraste, en las zonas donde los palestinos han impuesto su autonomía, el Cristianismo está despareciendo y es oficial que no se va a permitir la presencia de judíos. Pese a ello, la comunidad internacional se escandaliza ante la idea de que Jerusalén sea capital de Israel, y exige que se convierta en capital de los palestinos.
  1. Salvo por Estados Unidos, Filipinas, República Checa e Israel, toda la Comunidad Internacional ha señalado que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel va a colapsar las negociaciones de paz. Pero la realidad es que no hay negociaciones de paz. Hace mucho que los palestinos dejaron de negociar, y lo único que está pasando es que están reafirmando su vocación de no negociar. Extrañamente, ahora resulta que Estados Unidos e Israel son los culpables de que en el futuro no vayan a haber negociaciones de paz.
  1. También se ha acusado a Estados Unidos de hacer un movimiento que va a generar “violencia”. En ese caso, no entiendo qué ha sido toda la violencia palestina que se ha dado anteriormente. De hecho, la violencia es parte medular de la política oficial palestina. Hamás ha dejado bien claro desde su fundación que su único objetivo es destruir a Israel. Desde su enclave en Gaza se han disparado más de 12 mil cohetes contra la población civil israelí. Al-Fatah, en el otro lado, sigue publicando libros de texto infantiles en donde se le enseña a los niños que Israel no debe existir, y sigue pagando salarios a los terroristas que han asesinado a judíos, o a las familias de los que han muerto en los ataques. Mientras más judíos hayan sido asesinados, más alto es el salario. Sistemáticamente, todos los líderes palestinos se han rehusado a ponerle fin a estas políticas. Extrañamente, ahora resulta que es Estados Unidos (e Israel, de una vez, ¿por qué no?) quien provoca la violencia.
  1. Cuando los palestinos amenazan o atacan, la reacción casi global es exigirle a Israel que se aguante y que se contenga; cuando Israel o Estados Unidos hacen un movimiento que “no le gusta a los palestinos”, todo mundo chilla diciendo que eso va a deteriorar el proceso de paz y va a provocar violencia.

Querido lector, no cabe duda que el conflicto por Jerusalén se ha convertido, gracias a los palestinos y a sus defensores, en un verdadera feria de imbecilidades.

Ya lo dijo Pilar Rahola: cuando se trata de Israel, todo mundo se siente con derecho a volverse estúpido.

Y vea usted si no.