Enlace Judío México.- Cuando platicamos de futbol americano, generalmente se nos viene a la cabeza las épocas doradas, aquellas donde el deporte se volvió un espectáculo aéreo, donde el juego por pase fue predominando a la corrida; ese juego donde los quarterbacks comenzaron a ser las figuras de los partidos, los líderes de los equipos y las estrellas en los comerciales, en resumén, el deporte como lo conocemos hoy en día. Sin embargo hubo una época, donde el juego apenas comenzaba, donde las ligas se encontraban divididas, donde una entrada al estadio era muy accesible (si es que había estadio) en donde la corrida dominaba al pase, donde los corredores eran las figuras de los equipos y donde el futbol americano no era el deporte más espectacular de Estados Unidos. El Super Bowl aún no existía, y el deporte que ha vencido todos los ratings de televisión y promedio de ingresos en Estados Unidos se encontraba muy desorganizado; en aquella época, un hombre revolucionó todo.

ISAAC SHAMAH EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Para contarles la historia de nuestro protagonista, en esta ocasión les voy a pedir que imaginemos que vivimos en 1933, en aquel año Estados Unidos y el mundo se recuperaban de la peor recesión económica de la historia moderna, los deportes estaban comenzando a profesionalizarse, los jugadores, entrenadores y todo aquél que vivía de ellos estaban lejos de tener contratos millonarios y, sólo como dato, en ese mismo año se estrenó en México la película “El compadre Mendoza” una de las mejores cintas mexicanas de todos los tiempos.

Todo lo anterior se los platico porque en ese mismo año, Sid Gillman, un joven judío apasionado por el futbol americano, dejaba la Universidad Estatal de Ohio, en la que jugó 3 años este deporte, para convertirse en jugador profesional; pero al intentar ser profesional en un deporte que apenas iba creciendo las oportunidades eran muy pocas, por lo que Sid se tardó mucho tiempo en conseguir una a pesar de que era un buen jugador, mientras tanto, Sid ayudaba al equipo de entrenadores de su universidad y trabajaba en un cine, donde se le ocurrió poner imágenes de jugadores en los proyectores para analizar su juego; sin saberlo, de esta manera Sid se convierte en el primer entrenador en analizar jugadores por medio de un proyector, técnica que se utiliza hasta nuestras épocas.

Para 1936 Sid consiguió su oportunidad como jugador, pero el gusto de jugar en los Rams de Cleveland y en el profesionalismo le duró muy poco, ya que un año más tarde su carrera como jugador había terminado.

Parecía que para Sid el futbol americano quedaría en el pasado, no obstante, su verdadera vocación llegaría en el mismo sector en un rol distinto, debido a que cuando ayudó al cuerpo de entrenadores de su universidad les comentó cómo analizaba a los jugadores,  gracias a esto la Universidad de Denison le dio un rol importante dentro de su equipo de preparadores.

Por su gran capacidad para analizar el juego las oportunidades se le fueron dando a Gillman, y de esta manera fue creciendo en el mundo de entrenadores de equipos colegiales. En su carrera como entrenador colegial dirigió a la Universidad Estatal de Ohio, la Universidad de Denison y fue el entrenador en jefe tanto de la Universidad de Cincinnati, además de la Armada y de la Universidad de Miami, en Ohio.

Después de 10 años de grandes resultados, el profesionalismo, que ya se consolidaba, puso sus ojos en Sid y para 1955 se convirtió en entrenador de los Rams de los Ángeles, equipo que pertenecía a la vieja NFL. Con los Rams, a pesar de haber estado poco tiempo, Sid logró llevar al equipo al juego de campeonato y modificó el viejo, y a veces hasta predecible juego, en base a las corridas y pases cortos, y comenzó a implementar un juego aéreo con pases largos y mucho más agresivos. A pesar de que en la liga lo veían como un loco, Sid estaba adelantado a su época y hacía que en sus equipos el jugador eje fuera el mariscal de campo.

Para 1959 una oferta tentadora, que le daba libertad como entrenador y director de operaciones, hizo que Sid se cambiara a la AFL y se fuera a dirigir al nuevo equipo de Los Ángeles, que más tarde se mudaría a San Diego: Los Cargadores.

Con los cargadores Sid llegaba a hacer historia, ya que este equipo apenas se fundaba en 1959 y para 1960 se volvió parte de la AFL, liga paralela a la NFL.

La apuesta de Sid con el equipo californiano funcionó a la perfección; en su estancia como entrenador del equipo Sid logró ganar 5 campeonatos de la AFC Oeste y se llevó consigo el título de la liga en 1963, cuando su equipo les ganó a los Patriotas de Boston 51 a 10.

Tras haber ganado el campeonato de la AFL, a Sid se le ocurrió una idea que revolucionaría al futbol americano: crear una especie de partido de campeonato que se disputara al final de la temporada entre el mejor equipo de la AFL y la NFL. Aunque le costó mucho tiempo para convencer al comisionado de la NFL, para 1967, en gran parte gracias a Sid, se creó el primer campeonato NFL/AFL para después convertirse en el domingo más esperado del año, el Super Bowl.

Después de esto las dos ligas acabaron por unirse, Gillman siguió dirigiendo a los Cargadores y más adelante entrenó a los Petroleros de Houston. Al finalizar su etapa con Houston, Gillman quería retirarse, sin embargo accedió a ser el coordinador ofensivo de los Osos de Chicago y para 1980, sólo por petición de Dick Vermeil, accedió a ser su consejero en su paso por Filadelfia.

Ya retirado, en 1983, Gillman fue seleccionado para ser parte del Salón de la Fama de la NFL; en este mismo año, a Sid lo invitaron a llevar la parte operativa de los Outlaws de Oklahoma de la USFL, liga en desarrollo que buscaba hacerle algo de ruido a la NFL. Aunque Sid ya no era ningún joven para esa época, su amor al futbol americano hizo que aceptara un último trabajo; a pesar de que Sid duró poco en el puesto, en aquél año él firmó a Doug Williams como su quarterback, joven afroamericano que más adelante ganaría el Súper Tazón con los Pieles Rojas de Washington y rompería con varios estereotipos raciales en la posición de mariscal de campo.

Para 1989, Sid fue elegido para ser miembro del Salón de la Fama del Futbol Americano Colegial.

A pesar de nunca haber ganado el Super Bowl, su aportación más importante a la NFL fue que dejó una gran escuela de entrenadores que han ganado 20 “super domingos” entre ellos los más famosos son: John Madden, Bill Walsh, Chuck Noll, Tony Dungy, Mike Tomlin, Mike Shanahan y Gary Kubiak.

Lista de entrenadores que salieron de la escuela de Sid.

Los números indican el número de Super Bowls que ganó cada entrenador.

 

En 1991 Sid fue galardonado con su inducción al Salón de la Fama Internacional de los judíos en el deporte.

En 2003, a los 92 años de edad, Sid Gillman descansó en paz.

Hasta la fecha a Sid se le atribuye la idea de hacer un Super Bowl y se le considera como uno de los mejores entrenadores en la historia de la liga y como el padre del juego por pase.

 

El futbol ha sido mi vida
Sid Gillman.