Enlace Judío México.- El vicepresidente estadounidense Mike Pence debía llegar a Israel el 20 de diciembre con el objetivo de allanar el camino para presentar una iniciativa de paz estadounidense. El presidente palestino Mahmoud Abbas anunció que Pence no era bienvenido y que los palestinos no se reunirían con él como resultado del reconocimiento del presidente Donald Trump el 6 de diciembre de Jerusalén como la capital de Israel. Lo más destacado del viaje de Pence a Israel sería una visita al Muro Occidental, el sitio más sagrado del judaísmo y un punto álgido del conflicto árabe-israelí.

SHLOMI ELDAR

Un alto funcionario de la Casa Blanca informó a reporteros israelíes que la administración Trump no podía imaginar ningún escenario en el que el muro “no formara parte del Estado de Israel” en ningún acuerdo de paz futuro con los palestinos. Agregó que la visita de Pence al Muro Occidental, a diferencia de la parada de Trump el 22 de mayo, no era privada sino una visita oficial en su papel de vicepresidente.

Para los palestinos, los comentarios de la Casa Blanca sobre el muro y la visita de Pence al sitio, adyacente a la Mezquita Al-Aqsa, agregan combustible a las violentas protestas encendidas en Cisjordania y Gaza por la declaración de Trump. Abbas anunció que la posición de Estados Unidos sobre la soberanía israelí respecto al Muro de los Lamentos, ubicado en la parte oriental predominantemente palestina de la ciudad, subraya una vez más que la administración Trump no es apta para desempeñar ningún papel en el proceso de paz. En otras palabras, no tiene sentido discutir sobre la negociación con Israel, y ciertamente no con la mediación de Estados Unidos.

Varias horas después de hablar, el movimiento Fatah de Abbas anunció que sus líderes habían decidido continuar las protestas del “día de furia” lanzadas en Cisjordania tras la proclamación de Trump. La intención era intensificar las protestas durante la visita de Pence al Muro de los Lamentos el miércoles por la noche. (N.E.: La visita de Pence fie aplazada por  segunda vez alegando que su voto podía ser necesario en la votación por el proyecto de ley de recorte  de los impuestos) El alto funcionario de Fatah Qadura Fares dijo a Al-Monitor que a pesar de la promesa de Trump de que las fronteras finales de Jerusalén se decidirán en las negociaciones entre israelíes y palestinos, su reconocimiento oficial de Jerusalén como capital de Israel seguida de la posición de la Casa Blanca marca claramente los límites futuros de la ciudad.

Desde la firma en 1993 del Acuerdo de Oslo israelo-palestino y durante los años de negociaciones posteriores, todas las partes comprendieron que el Muro de las Lamentaciones que Israel capturó en la guerra de 1967 quedaría bajo la soberanía de Israel. “La base de nuestra existencia“, como el primer ministro Benjamin Netanyahu apodó el Muro Occidental cuando asumió el cargo por primera vez en 1996 (después de la crisis del túnel del Muro Occidental), se convirtió en una “base de división” tras la declaración de Trump.

Martin Indyk, el ex embajador estadounidense en Israel que dirigió el equipo estadounidense en las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos en 2013 y 2014, afirmó en Twitter que durante las negociaciones, los palestinos nunca imaginaron que el muro no estaría bajo control israelí, independientemente de las condiciones y el tipo de acuerdo alcanzado. “Ya no“, agregó, atribuyendo el cambio en la posición palestina a los disturbios engendrados por la declaración de Trump.

Todos los campos políticos y facciones dentro de toda la Autoridad Palestina (AP) están aprovechando la declaración de Jerusalén para promover sus diversos intereses, incluidos los rivales Fatah y Hamás. Sin embargo, de particular interés es la interacción entre los campos dentro de Fatah. Tanto los partidarios del presidente de la AP como sus oponentes consideran la decisión de Trump como el final del proceso de paz, lo que indica que ha llegado el momento de que Fatah cambie de rumbo. Los principales funcionarios de Fatah han comenzado a contar los días de la partida de Abbas.

La declaración de Trump en Jerusalén ha destruido lo que quedaba de la credibilidad de Abbas entre su pueblo, como se refleja en una encuesta del Centro Palestino para Políticas e Investigación de Encuestas. La encuesta, realizada entre una muestra de 1.270 adultos palestinos después de la declaración de Estados Unidos indica que el 70% de los encuestados querría que Abbas renunciara; el 44% piensa que la forma más efectiva de lograr la condición de Estado palestino es a través de la resistencia violenta, que Abbas rechazó; y aproximadamente la mitad cree que la violencia es la respuesta adecuada al anuncio de Trump.

El movimiento ya comenzó a actuar sobre estas tendencias de opinión pública. “Está claro que [Abbas] se ha convertido en una responsabilidad para el movimiento, y creemos que él entiende esto muy bien“, dijo un alto funcionario de Fatah a Al-Monitor bajo condición de anonimato. Si no actúa pronto, la batalla por su sucesión se hará pública, dice la fuente, agregando que Fatah está involucrado en una lucha de vida o muerte.

El hombre de Fatah que dirige las actividades del “día de furia” en Cisjordania es Mahmoud Al-Aloul, nombrado a comienzos de 2017 como el segundo de Abbas. El presidente palestino, que durante años se negó a nombrar un diputado, hizo la designación a la luz de la creciente agitación política dentro de Fatah y en un intento por bloquear a otros contendientes por el liderazgo que consideraba más una amenaza. Resulta que Al-Aloul tiene una gran comprensión del sentimiento público, que ya no cree que Trump presente un plan de paz que ponga fin a la ocupación israelí. Tras la declaración de Jerusalén, dijo: “Oslo ha terminado. Estamos en un constante conflicto con la ocupación. El conflicto no se puede detener. Hemos adoptado un camino de desobediencia civil“.

El Coordinador de Actividades Gubernamentales de Israel en los Territorios, general de brigada Yoav Mordechai consideró estos comentarios como un llamado a la lucha armada. En la página de Facebook en idioma árabe de su oficina, advirtió a Al-Aloul y “sus amigos” en Fatah contra la incitación que podría provocar una reacción israelí.

Sin embargo, es poco probable que las amenazas israelíes atenúen la retórica de la generación joven que compite por el liderazgo de Fatah. La batalla por la sucesión ha comenzado, y para destacar y ganar ventaja, todos los funcionarios de Fatah que se consideran a sí mismos herederos potenciales de Abbas adoptarán una política más militante que él. La declaración de Trump marcó el fracaso oficial del enfoque conciliatorio, diplomático y moderado propugnado por Abbas y evitado por la mayoría del público palestino. A medida que la guerra de sucesión se calienta, también lo hará el tono de los aspirantes a líderes de Fatah. Un sucesor potencial intrigante que hasta ahora ha permanecido en silencio es el ex alto dirigente de Fatah, Mohammed Dahlan. Probablemente no por mucho tiempo.

Fuente: Al Monitor – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico