Enlace judío México.- Mañana observaremos el ayuno del 10 de Tevet que nos recuerda el comenzó del sitio a Yerushalayim (Jerusalén). Este fue el primer paso que llevó a la destrucción de nuestro Templo, el Bet haMiqdash.

RABBI YOSEF BITTON

Por años, el profeta Yirmiyahu había advertido al pueblo acerca de la gran corrupción, la idolatría, la profanación del Shabbat y el abandono de la Torá. Yirmiyahu hizo la peor advertencia. “Si no se arrepienten”, les dijo, “el Bet haMiqdash será destruido por Babilonia”. Cuando Yirmiyahu anunció esto en el Bet haMiqdash, los Sacerdotes y líderes religiosos quisieron ejecutarlo por blasfemia. ¿Cómo se atrevía un Yehudí a implicar que HaShem, Dios Todopoderoso permitiría que Su Casa sea destruida?

Los Yehudim sabían que el imperio de Nebujadnetsar, Babilonia, estaba arrasando con todas las ciudades judías alrededor de Yerushalayim. Pero como decía Yirmiyahu, en vez de confiar en HaShem y renovar su pacto con Él, ponían toda su fe en una alianza poética militar que habían hecho con Egipto.

El 10 de Tevet del año 589AEC, Nebujadnetsar comenzó el sitio a Yerushalayim. La situación era gravísima porque la falta de comida, primera consecuencia natural del sitio a una ciudad, se vio agravada por una tremenda sequía. La gente desesperada comía pasto seco, infestado con gusanos, lo cual comenzó a traer peste y enfermedades. Recién en ese momento el rey Tsidquiyahu y el pueblo se despertaron de su letargo y decidieron hacer algo al respecto.

Todos los líderes judíos se reunieron en el Bet haMiqdash e hicieron un “pacto” con HaShem. Dijeron: “Vamos a liberar a los esclavos hebreos. Y Tú, por favor, libéranos del cautiverio de Babilonia”. Los esclavos hebreos eran individuos pobres que se habían endeudado con la aristocracia de Yerushalayim porque no podían pagar sus deudas, por la sequía o por la guerra, y ahora ellos o sus hijos estaban pagando sus deudas con la esclavitud. De acuerdo a la Torá, el séptimo año, sin importar si la deuda fuera o no fue saldada, los esclavos debían quedar libres. Pero, los Yehudim de Yerushalayim no estaban cumpliendo con esta Mitzvá y se habían quedado con los esclavos de forma permanente, como hacían todos los demás pueblos. Pero ahora declaraba libres a sus esclavos, con la esperanza de que HaShem los liberara a ellos de Nebujadnetsar. ¡Y el milagro ocurrió!

Así lo cuenta Yirmiyahu en el capítulo 37, Pasuq 5. “El ejército del Faraón partió de Egipto [hacia Jerusalén], y cuando los babilonios, que tenían sitiada a Jerusalén oyeron la noticia acerca de ellos, levantaron el sitio de Jerusalén [y fueron a luchar contra los egipcios]. “

¡YERUSHALAYIM Estaba de fiesta! ¡Todos celebraban el gran milagro! ¡La sentencia de HaShem había sido levantada! Las profecías pesimistas de Yirmiyahu no se habían cumplido. ¡Yerushalayim se había salvado!

Pero lo que ocurrió a continuación es difícil de creer (¡o no!).

Comenzaré dando mi propia interpretación de los hechos. Esto es lo que yo creo que los Yehudim pensaron: “Nos salvamos. ¡Verdad! ¿Pero quién nos salvó de los babilonios? ¿HaShem? ¡No! Fueron nuestros aliados, los egipcios, los que nos salvaron.” Y esta horrible falta de agradecimiento a Dios, este gravísimo error de atribución, les hizo olvidar de HaShem y del pacto que habían hecho con Él.

¿Qué hicieron los Yehudim? Cuando los Babilonios abandonaron Jerusalén, todos los dueños de esclavos los  tomaron nuevamente por las fuerza, traicionando el pacto que hacía unos días atrás habían ofrecido a HaShem. Todo esto está narrado en el capítulo 34 de Yirmiyahu, donde este episodio se presenta como la gota que colmó el vaso…

15 Recientemente, ustedes se arrepintieron e hicieron lo correcto ante Mi vista: cada uno de ustedes proclamó la libertad a sus hermanos esclavizados. Incluso hicieron un pacto delante de Mí en la casa que lleva Mi nombre [el Bet haMiqdash]. 16 Pero ahora se han arrepentido [del pacto] y han profanado Mi Nombre: cada uno de ustedes ha capturado nuevamente a los … hombres y mujeres que había liberado … y los han forzado a convertirse nuevamente en sus esclavos. 17 Por lo tanto, esto es lo que dice HaShem: Me habéis traicionado; no han concedido la libertad a sus propios hermanos. Y ahora la espada, las plagas y el hambre tendrán libertad [para perseguirlos a Ustedes y alcanzarlos] …

Al poco tiempo, los egipcios fueron derrotados. Y Nebujadnetsar volvió a sitiar Yerushalayim. El hambre, las plagas y la muerte se apoderaron nuevamente de Yerushalayim. La destrucción del Bet haMiqdash se tornó ahora inevitable.

Esto es lo que recordamos en el ayuno de mañana, el 10 de Tevet.

¿QUIÉNES AYUNAN Y QUIENES NO DEBEN AYUNAR MAÑANA?

Los menores de edad: niños menores de 13 años y niñas menores de 12 años están completamente exentos de este ayuno.

Las mujeres embarazadas están exentas de este ayuno.

Mujeres lactantes. En muchas comunidades Sefaradíes la tradición es que después de dar a luz las mujeres están exentos de ayunar durante 24 meses, incluso cuando ya no están amamantando a su bebé. En otras comunidades Sefardíes y en las comunidades Ashkenazíes sólo se excusa de ayunar a las mamás durante 24 meses si todavía siguen amamantando a sus bebés. Consulte con el rabino de su comunidad respecto a la costumbre a seguir.

Una persona que se siente mal, por ejemplo, con síntomas de gripe o fiebre, o una persona con una enfermedad crónica, como diabetes, no debe ayunar.

Las personas mayores de edad deben consultar con sus médicos para determinar si el ayuno afectará su salud. En cuyo caso están exentos de ayunar.

El ayuno del 10 de Tevet comienza al amanecer y termina al anochecer.

 

 

Fuente: halaja.org