Enlace Judío México.- El punto en el que se encuentra el mar es llamado “Línea Roja”, dado que se encuentra 20 centímetros por debajo de lo considerado como aceptable. Los expertos afirman que es una situación que afecta a todo Medio Oriente.

El mar de Galilea, también conocido como lago de Tiberiades o lago de Genesaret, en Israel, es el lugar en que según los Evangelios, Jesús realizó uno de sus milagros más espectaculares al caminar sobre las aguas.

A medida que Israel se aproxima a su quinto año consecutivo de sequía, el mar de Galilea presenta los niveles de agua más bajos en un siglo, sumado al hecho de que el río Jordán reduce su caudal y el mar Muerto disminuye su tamaño a pasos agigantados.

Según han informado las autoridades israelíes, el lago es ahora veinte centímetros menos profundo, lo que supone el nivel más bajo que las aguas han alcanzado.

Todo Oriente Medio está siendo afectado por una gran sequía, e Israel no es una excepción. Actualmente, el país hebreo ha puesto en funcionamiento una planta desaladora que suministra casi el tercio de todo el agua potable que consume su población.

El río Jordán, donde según la tradición se bautizó Jesús, ya había provocado la alarma medioambiental por el descenso de su caudal. Y, ahora, el mar de Galilea está corriendo la misma suerte.

Según la tradición fue en este lugar donde los discípulos de Jesús, que navegaban en una barca, vieron a su maestro caminando sobre las aguas.

Las “aguas bíblicas” como las del mar de Galilea continúan siendo sitios de peregrinación y son cruciales para la supervivencia y estabilidad de Israel, Jordania y los palestinos. Pero durante los últimos años, los estragos del cambio climático se han vuelto más evidentes, además del efecto negativo del crecimiento poblacional en la zona y el mayor uso de sus aguas para la agricultura.

Las últimas mediciones del nivel del agua del mar de Galilea se ubicaron en 214 metros por debajo del nivel del mar, alrededor de un metro por debajo del punto mínimo en el que los expertos ecologistas predicen un daño para el ecosistema y sobre la calidad del agua.

La situación en el río Jordán es todavía más apremiante, con alrededor del 95 por ciento del flujo histórico que ha sido desviado para su uso en la agricultura desde la década del sesenta, además de los 55 millones de metros cúbicos que son dados anualmente a Jordania como parte de un acuerdo de paz firmado en 1994.

Hoy el flujo del río se ha visto reducido a sólo 30 millones de metros cúbicos anuales, menos de un cuarto de su nivel histórico. En comparación, el Támesis londinense descarga alrededor de 2 mil millones de metros cúbicos cada año.

 

 

Con información de: cciu.org.uy