Enlace Judío México – Uno de los regalos más grande que D-s le ha dado al hombre desde su Creación es el agradecimiento. Agradecer permite que podamos apreciar la bondad oculta en las cosas y el mundo que nos rodea; permite que construyamos un puente entre la persona o el ser que nos las ha dado y nosotros. Agradecer hace que dejemos de tener una posición pasiva frente a la vida y seamos participes de los regalos que recibimos. Sólo a través de la gratitud es que podemos sentir alegría y podemos sentir felicidad, porque la gratitud misma es la habilidad de generar esos sentimientos por aquello que nos es dado y en última instancia todo nos fue dado. Por ello, el judío agradece a D-os más de cien veces al día.

Porque sabemos que no debemos tomar nada por sentado, ya que quien carece de agradecimiento está condenado a vivir su vida como un autómata. Al ser incapaz de apreciar la bondad que lo rodea, la persona se vuelve incapaz de ser él mismo bondadoso; porque al no poder sentir agradecimiento, no puede sorprenderse de la vida, ya que todo termina por tener los mismos colores y matices. Por eso, el agradecimiento, es una acción la cual como judío estamos obligados a realizar diariamente.

Nuestro nombre mismo “judío” “yehudi”, en hebreo, nace de la palabra “Agradecimiento”. “Yehdi” (judío), implica proveniente de la tribu de Judá. ¿Por qué de todos las tribus se usó el nombre de Judá para referirse a lo que esencialmente nos conforma como pueblo? Porque Juda nace del agradecimiento “hoda” en hebreo. Cuando Lea escoge ese nombre para su hijo es porque expresa la enorme felicidad que ha sentido al ser capaz de procrear y recibir un regalo tan grande y desea agradecerle a D-os por ello. “Está vez daré gracias al Señor, por ello llamó a su hijo Judá”. Su nombre literalmente quiere decir agradecido, Lea al escogerlo impregnó a su hijo y a sus descendientes del valor tan grande que quería siguieran por el resto de las generaciones. El judío ante todo es aquel que reconoce a D-s en el mundo y le agradece.

Todas las mañanas lo primero que hacemos al abrir los ojos es agradecer. La primer palabra que decimos es “Mode” “Agradezco” después nos referimos a D-os como “Rey Vivo y poderoso” quien genera toda vida y le agradecemos haber regresado nuestra alma a nuestro cuerpo. A este rezo se le llama “Mode aní” y son las primeras palabras que todo judío dice al despertar.

El Mode Aní. La dicha de estar vivos.

En el Talmud se nos recuerda que debemos aprender a ver la vida como un regalo y agradecer el simple hecho de estar vivos. También se nos enseña que todas las noches un sesenteavo de nuestra alma deja nuestro cuerpo para ascender al Cielo. Todas las mañanas cuando despertamos D-os ha hecho que nuestra alma regrese a nuestro cuerpo. Eso es lo que agradecemos en el primer rezo de la mañana.

Nos enseña que cada día despertamos de la muerte y por eso cada día debemos verlo como una oportunidad más para disfrutar y aprovechar nuestra vida. También nos recuerda que fue D-s quien nos dio esa vida y que no la creamos por nosotros mismos. Nos recuerda que debemos acercarnos a Él y ocupar nuestro día a servirlo. Y una de las cosas más bonitas del judaísmo, nos recuerda que D-s tiene fe en nosotros. Al final del rezo decimos “raba emunateja” “grande es tu fe” porque recordamos que D-s tiene fe en nosotros, ya que nos dio un día más de vida.

Mode ani en hebreo y español

Modé aní Lefaneja, Mélej Jai Vekaiam, shehejezarta bi nishmatí bejemla, rabá emunateja.
Agradezco a Ti, Rey viviente y Eterno, que me has devuelto mi alma, grande es tu fe.