Enlace Judío México.- Recuperar la confianza y la relación de pareja después de una infidelidad es una de las cosas mas difíciles por las que una pareja puede pasar.

MYLEN SAADIA

Hoy en día la presión es bastante fuerte, ya que la culpa y la vergüenza se inclinan más hacia la persona que decide perdonar y seguir adelante con la relación, es decir, el estigma no es tan fuerte hacia el acto en sí de la infidelidad, como lo es hacia el hecho de que pudiendo divorciarte y con lo “sencillo” que es en teoría el trámite, cómo es posible que elijan seguir juntos, si “ya no hay amor”. Y no me gustaría entrar en demasiadas explicaciones en este artículo, pero sí quiero compartirles que en mi consultorio, la mayoría de la veces, la infidelidad no es un resultado de la falta de amor en la pareja, hay razones, muchísimo más profundas, que pueden llevar a una persona a trasgredir el límite de la pareja, tales como: traumas del pasado, falta de atención, de reconocimiento, crítica, desvalorización, venganza, amor propio, aventura, vergüenza, falta de intimidad, insatisfacción sexual y emocional, decepciones, expectativas no cumplidas, entre otras.

Así que las parejas intentan lidiar cada uno a su manera, según la Antropóloga Helen Fisher hay tres formas de lidiar con la infidelidad, o mas bien podemos hablar de tres tipos de parejas:

Los Sufridores

Son las parejas que se quedan atoradas en el pasado, y hacen de la infidelidad el centro de la relación y todo gira alrededor de este magno evento, a lo largo del tiempo, se siguen recriminando, echando culpas, no pueden sobreponerse al enojo, y en cada desacuerdo terminan tocando el tema de la infidelidad. Se maneja un punto de vista dual, donde uno es el de moral superior y el otro es el malo que debe de seguir pagando su cuota o sentencia de por vida. El matrimonio es una cárcel. Las relaciones íntimas son escasas y de baja calidad.

Los Constructores

Son las parejas que optan por darle la vuelta a la página, salir adelante y enfocarse en el futuro. Deciden regresar al estatus quo y no hacen grandes cambios, se basan en la idea de hacer sacrificios mutuos, y que los cimientos de la pareja son lo bastante fuertes para superar esto, además la premisa es que hay mucho que perder como los hijos, la familia, y que vale la pena olvidar el evento y salir adelante. La idea que permea es la de hacer lo correcto. Puede terminar siendo una pareja que cuida la forma más que el contenido y que así es mejor para todos.

Los exploradores.

Son las parejas que deciden explorar las razones profundas que llevó a la pareja a este evento, que están dispuestos a entrarle al proceso y transformar su relación, aprovechando la adversidad para sacar la perla y el aprendizaje de esta experiencia dolorosa. No le huyen al dolor, a la vergüenza o la culpa, se enojan, y viven cada una de las emociones en el presente, no están atorados en el pasado y tampoco tratan de controlar un futuro. Su relación empieza a adquirir un tono de intimidad y profundidad que jamás habían imaginado. Con el trabajo terapéutico reconocen que pueden aceptar y expresar una gran variedad de sentimientos sin demandar un resultado específico, que no sea el mutuo reconocimiento del otro, son capaces de tolerar la ambigüedad y la incertidumbre, que más allá del miedo, abre la puerta para reconectar desde un lugar más profundo y significativo.

Entre otras cosas reconectan el deseo, el respeto y la admiración mutua, ya que entienden y valoran al otro como un individuo único, que sin embargo puede reconocer qué papel ha jugado para lastimar a su pareja. El miedo a la pérdida se convierte en un motor que los compromete con el otro pero que también los conecta con su vitalidad.

En ningún momento estoy diciendo que este proceso sea fácil o recomendable, pero sí estoy convencida que si las parejas están dispuestas a trabajarlo, entrarle y trascenderlo, la pareja puede salir mucho más fortalecida y reconectada.

Si quieres profundizar en este tema agenda una sesión.

Mylen Saadia 0445510784309