Enlace Judío México – Tanto los herederos de Oppenheim como la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano celebraron un acuerdo bajo un tratado internacional que busca encontrar obras confiscadas por los nazis y dar una “solución justa y equitativa” para sus legítimos propietarios. 

La autoridad de museos de la ciudad de Berlín ha devuelto 11 obras que formaban parte de la colección de la judía alemana Margarete Oppenheim y que fueron subastadas sin su voluntad bajo el régimen nazi en 1936.

La Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano comunicó este lunes que las obras se encontraron en 2 colecciones localizadas en museos. De las 11 piezas devueltas a los herederos de Oppenheim, la Fundación compró cinco: dos obras de la Escuela del Danubio y tres piezas de porcelana del siglo XVIII.

Margarete Oppenheim, la esposa del químico e industrial judío alemán Franz Oppenheim, fallecido en 1929, tenía una de las colecciones de arte más grandes y valiosas de Alemania. Esta incluye obras de muchos artistas impresionistas, así como porcelana, mayólica, loza, trabajos en plata y pequeñas esculturas.

Ella y sus herederos eran de origen judío. La Fundación dijo que se puede suponer con seguridad que la subasta, el año posterior a la muerte de Margarete, no se celebró como acto de voluntad de los propietarios y la venta puede clasificarse como resultado de la persecución.

Como anunció el presidente Hermann Parzinger en Berlín, la familia tuvo que vender las obras de arte en 1936 bajo la presión de los nazis. Los objetos llegaron más tarde al Staatliche Museen zu Berlin de diferentes maneras. Por lo tanto, según los acuerdos internacionales, acordaron con los herederos sobre una solución de retorno justa y equitativa, según Parzinger.

Tanto los herederos como los abogados de Parzinger celebraron el acuerdo amistoso basado en la Declaración de Washington. En diciembre de 1998, 44 estados, incluida Alemania, se comprometieron a encontrar obras de arte confiscadas por los nazis y a encontrar una “solución justa y equitativa” para sus legítimos propietarios. Según los informes, la Fundación ya ha devuelto más de 350 obras de arte y más de 1000 libros a los descendientes de los coleccionistas judíos perseguidos.

Un caso similar al de Oppenheim ocurre actualmente en Suiza, donde el arte que le perteneció al coleccionista judío Curt Glaser está en disputa entre un museo de la ciudad de Berna y los herederos del primero.

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