Enlace Judío México.- Contrario a lo que suele creerse, muchos árabes del Mandato Británico de Palestina —y la mayoría de los 320 mil refugiados árabes de 1948— eran trabajadores inmigrantes y descendientes de las migraciones musulmanas de 1831 a 1947, desde Egipto, Sudán, Líbano, Siria, Irak, Arabia Saudita, Bahrein, Yemen, Libia, África del Norte, Bosnia, India y Afganistán. Fue una época en la que los británicos favorecieron la inmigración árabe y bloquearon la inmigración judía.

YORAM ETTINGER

Por ejemplo: entre 1880 y 1919, la población árabe de Haifa pasó de 6 mil a 80 mil —principalmente por trabajadores inmigrantes—. La irrupción de la Segunda Guerra Mundial aceleró la demanda de mano de obra árabe para el ejército del Mandato Británico y sus autoridades civiles.

Principalmente, los trabajadores inmigrantes árabes fueron importados por el Imperio Otomano, y luego por el Mandato Británico, para trabajar en grandes proyectos de infraestructura civil y militar. Inmigrantes árabes legales e ilegales fueron atraídos por el desarrollo económico, que fue generado por las comunidades judías a partir de 1882.

De acuerdo con un reporte de 1937 de la Comisión Peel (citado en “Palestina traicionada”, de Efraim Karsh), “durante 1922 y hasta 1931, el incremento de la población árabe en los pueblos mixtos de Haifa, Yafo y Jerusalén, fue del 86%, 62% y 37%, respectivamente, mientras que en poblaciones exclusivamente árabes como Nablús o Hebrón fue sólo del 7%, e incluso en Gaza hubo un decrecimiento del 2%.

De acuerdo con el monumental libro “Desde tiempo inmemorial”, de Joan Peters (Harper & Row, 1984), que fue escrito consultando a Elie Kedourie, “el censo de 1931 documenta al menos 23 diferentes idiomas en uso por los musulmanes, además de otros 28 usados por los árabes cristianos —un total de 51 idiomas—. Los no judíos en Palestina listaron como lugares de nacimiento al menos 24 países diferentes...”

En 1917, los árabes de Yafo representaban por lo menos a 25 nacionalidades diferentes, principalmente egipcios, pero también sirios, yemenitas, persas, afganos, hindúes y balujíes. La “British Palestina Exploration Fund” documentó la proliferación de vecinos egipcios en el área de Abu Kebir, Sumeil, Sheij Munis, Salame, Fejja, etc. También había cientos de familias egipcias establecidas al interior del país, en Ara, Arara, Kafer Kasem, Taiyiba y Qalansawa.

La conquista de la tierra de Israel por el egipcio Mohammed Ali fue consolidada con una amplia migración de egipcios y sudaneses que se establecieron entre Gaza en el sur, Tul-karem en el centro, y el Valle de Hula en el norte. Ellos sólo siguieron los pasos de miles de desertores egipcios, que abandonaron su país antes de 1831 y se establecieron en Acre. En 1865, el viajero británico H. B. Tristram documentó en “La Tierra de Israel: diario de viajes en Palestina” la presencia de inmigrantes egipcios en el Valle de Beit-Shean, Acre, Hadera, Netanya y Yaffo.

En agosto de 1934 se publicó que entre 30 y 36 mil inmigrantes sirios provenientes de la región de Haurán habían ingresado a Palestina en unos pocos meses. El grupo terrorista Ad-ed-Din el-Qassam, modelo en el que se inspiró Hamás, y que aterrorizó a los judíos del Mandato Británico de Palestina, fue sirio, lo mismo que Kaukji, el jefe árabe terrorista en el Mandato Británico de Palestina entre 1930 y 1940.

Inmigrantes libios se establecieron en Gedera, al sur de Tel Aviv. Refugiados argelinos escaparon de las conquistas francesas de 1830 y se establecieron en Tzfat junto con sirios y beduinos jordanos de Tiberias. Refugiados circasianos, huyendo de la opresión rusa (1878), y musulmanes provenientes de Bosnia, Turkmenistán y Yemen (1908), diversificaron la población árabe al occidente del Río Jordán.

Esta inusual demografía árabe-musulmana está evidenciada por diversos apellidos árabes israelíes bastante populares, que se derivan de sus países de origen: Al-Masri (egipcio), Al-Obeidi (sudanés), Al-Lubnani (libanés), Halabi (sirio), Al-Mughrabi (marroquí), Al-Djazair (argelino), Al-Yamani (yemení), Al-Afgahni (afgano), Al-Hindi (hindú), Al-Hijazi (saudí), Al-Baghdadi (iraquí), Bushnak (bosnio), Khamis (bahreiní), Turki (turco), etc.

Mark Twain, en la formidable crónica de su viaje por la entonces provincia Otomana de Palestina, escribió en 1869 que “de todas las tierras que tienen un paisaje sombrío, Palestina debe ser la principal… las colinas son estériles… los valles son desiertos feos… Palestina está desolada y no tiene nada de amable”.

Contrario a lo que dice el mito de los árabes refugiados de 1948 —elaborado para deslegitimar a Israel—, los árabes no han estado en la tierra de Israel desde tiempos inmemoriales; ningún “pueblo palestino” ha sido despojado de sus tierras; no existe ninguna base para el reclamo árabe de un “derecho al retorno”, y la mayoría de los 320 mil refugiados árabes —que fueron generados por la invasión árabe de Israel— eran inmigrantes recientes o trabajadores extranjeros de países árabes vecinos.

 

 

Fuente: The Algemeiner

Traducción y adaptación: Irving Gatell

 

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