Enlace Judío México.-Multitudes de gentiles son también sionistas. Eso no tiene precedentes en la historia milenaria de los judíos.

MEIR SOLOVEICHIK

Mientras salía de la Knéset la tarde del lunes, luego del discurso del Vicepresidente Mike Pence, un camarógrafo israelí se volvió hacia mí con una expresión jovial. Hablando en hebreo, él me preguntó acerca del hombre cuyo discurso acababa de escuchar: “¿Ese fue el Mesías o el vicepresidente de los Estados Unidos?” Él estaba, tal vez, refiriéndose a la recepción delirante que había tenido Pence por parte de los miembros de la Knéset y de los cientos de espectadores en la galería. Pero el camarógrafo estaba probablemente sorprendido también por cuán religioso y bíblico, fue el discurso. Mike Pence hiló sus comentarios con referencias a las Escrituras, una técnica discursiva que los públicos de la Knéset raramente han escuchado de un líder político desde que Menajem Begin renunció como primer ministro en 1983.

El de Pence fue uno de los discursos más sionistas dados alguna vez por un no judío en la Knéset. El vicepresidente es un cristiano evangélico devoto, y dijo que “en el nacimiento del estado moderno de Israel, vemos nada menos que el cumplimiento de las promesas bíblicas de Di-s.” El discurso fue un hito en las relaciones estadounidenses-israelíes, y una ventana al corazón de muchos cristianos estadounidenses que, como Pence, observan el surgimiento de Israel con admiración y reverencia.

Tomando del Libro del Deuteronomio, Pence describió cómo a través de “conquistas y expulsiones, inquisiciones y pogromos,” y un Holocausto “que transformó las pequeñas caras de los niños en humo bajo un cielo silencioso,” el pueblo judío no obstante “se aferró a una promesa a lo largo de todas las épocas, escrita hace tanto tiempo, que ‘aún si ustedes han sido alejados a la tierra más distante bajo los cielos,’ desde allí Él los reuniría a ustedes y los traerá de regreso a la tierra que poseyeron sus padres.”

Citando a Isaías, Pence sugirió que en la fundación de Israel en 1948 “el pueblo judío respondió la antigua pregunta: ¿Puede un país nacer en un día, puede una nación nacer en un instante?” Para Pence, el nacimiento de la Israel moderna también reafirmó el vínculo del pacto de los judíos tanto con la Tierra Santa como con Jerusalén, en donde “Abraham ofreció a su hijo Isaac, y fue acreditado con la rectitud por su fe en Di-s,” y en donde “el Rey David consagró la capital del Reino de Israel.” En el surgimiento del Estado judío moderno, concluyó Pence, vemos la mano de Di-s: “El milagro de Israel es una inspiración para el mundo.”

Estas son palabras poderosas, y muchos judíos en el público sintieron la descripción del Estado judío por parte del vicepresidente como un milagro conforme a sus propias visiones. Pero vale la pena destacar un acontecimiento maravilloso que Pence no mencionó. Durante muchos siglos el pueblo judío recibió poco amor y mucho odio de las naciones del mundo. Hoy decenas de millones de estadounidenses no judíos comparten el afecto sincero de Pence por Israel.

Como destacó el vicepresidente, ciertas predicciones en las Escrituras hebreas sobre la Tierra Santa se han vuelto realidad de hecho en los últimos 70 años: Los judíos han retornado, su Estado ha sido vuelto a formar, y el desierto está floreciendo. Pero Isaías también predice que un día multitudes de no judíos serán movidos por la devoción al Di-s que mora en Jerusalén para hacer llover amor sobre el pueblo cuya capital ha sido siempre ella. El antisemitismo está todavía rampante, por supuesto, e Israel sigue rodeada por Estados buscando su destrucción. Pero la existencia de multitudes de gentiles que son también sionistas no tiene precedentes en la historia milenaria de los judíos.

Pence recibió una ovación de pie sostenida y resonante cuando habló en hebreo. Muchos estadistas visitantes han intentado una frase o dos en hebreo en la Kneset, pero el vicepresidente fue más allá que los anteriores líderes estadounidenses. Mencionando que abril marca el 700 aniversario de la fundación de Israel, Pence reflexionó sobre este hito histórico: “Yo digo, junto con la buena gente de Israel, aquí y en todo el mundo: shehejeianu, v’kimanu, v’higianu la’z’man ha’zeh.”

Asombrosamente, Pence no tradujo o explicó. Los periodistas estadounidenses que viajaron con el vicepresidente pueden no haber entendido lo que él había dicho. Pero la mayoría de los judíos en el público reconocieron sus palabras como una expresión de gratitud a Di-s, “quien nos ha mantenido vivos, y nos sostuvo, y nos permitió llegar hasta este día.” La bendición ha sido recitada por los judíos durante miles de años.

Nosotros la decimos cuando recibimos buenas noticias y cuando conmemoramos milagros históricos. Muchos en el público sintieron como si ellos mismos estuvieran diciendo la bendición, no sólo por el milagro que es Israel, sino también por la bendición que son los millones de estadounidenses que, como Mike Pence, aman al Estado judío.

Es una bendición que muchos israelíes, y muchos judíos alrededor del mundo, no olvidarán pronto.

 

*El Rabino Soloveichik es ministro de la Congregación Shearith Israel en New York y director del Straus Center for Torah and Western Thought de la Yeshiva University.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

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