Enlace Judío México – Basándose en documentos y testimonios, un informe de la Universidad George Washington analizó las dinámicas de los norteamericanos que se radicalizaron en EE.UU. y terminaron por viajar a Siria e Irak.

La mayoría de los norteamericanos que terminaron por unirse a las filas de ISIS en Siria e Irak nunca vio el combate mientras tuvo el control de amplios territorios en ambos países a lo largo de 3 años.

A lo máximo que pudieron aspirar en el llamado Califato fue a menudo a trabajos como cocineros, mecánicos o limpiadores. Al final, muchos se desilusionaron y buscaron una salida del sueño yihadista, de acuerdo al informe “Los viajeros: yihadistas estadounidenses en Siria e Irak” de la Universidad George Washington, publicado este martes.

“La propaganda, aunque apasionante, presentaba una versión idealizada de la realidad, lo que significa que su experiencia en el mundo real a su llegada a menudo era discordante. Las condiciones de vida eran mucho más duras de lo que veían en las revistas y videos en línea, y las promesas de compañerismo y camaradería rara vez se cumplían. En cambio, abundaban los enfrentamientos culturales, las luchas internas enconadas y las sospechas entre los reclutas y los líderes” dice el informe.

De entre los 250 y 300 norteamericanos que se unieron a las filas de ISIS, la mayoría eran norteamericanos de nacimiento, dato que, aunado a que de los 22 ataques reivindicados por el grupo terrorista entre 2011 y 2017 fueron cometidos por norteamericanos radicalizados, apunta a que el fenómeno del yihadismo de ISIS en EE.UU. es más que nada algo que ocurrió de manera local, y no del exterior, de acuerdo al informe.

El estudio dividió a los reclutas en tres categorías. La primera de ellas, la de los “pioneros”, clasificó a aquellos que se unieron temprano y tendieron a tener alguna habilidad -entrenamiento militar, conocimiento religioso o experiencia en movimientos yihadistas– que los ayudó a ascender a altos cargos.

La segunda y más grande categoría son los “viajeros en red”, que formaron grupos para facilitar el viaje a Siria e Irak. La mayoría eran pequeños, solo dos o tres personas. El grupo más grande involucró a diecisiete personas de Minnesota, que tiene una gran comunidad musulmana.

La tercera categoría, una excepción a la norma, son los solitarios que dependían de las “conexiones virtuales” para inscribirse y llegar allí. El informe solo menciona seis casos.

El total de yihadistas no e ajustan a ningún perfil en específico, sin embargo, la edad promedio fue de 27 años. La mayoría son hombres, aunque las mujeres han tenido un papel “desmesurado”, especialmente en el cultivo de redes de reclutamiento, señala el informe. Minnesota, Virginia y Ohio produjeron el mayor número de viajeros yihadistas.

El informe se basa en entrevistas con viajeros estadounidenses a Siria e Irak y con funcionarios de los EE.UU., documentos legales y registros judiciales, material descubierto en los baluartes de ISIS e información extraída de las redes de ISIS en el internet.

Como conclusión, emite una advertencia: EE.UU. carece de un programa a largo plazo para la contrarrestar la radicalización de probables terroristas, lo que puede hacer surgir más casos como los de los viajeros.

Fuente: The New Yorker / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico