Enlace Judío México.- Para continuar con nuestra cobertura de los Juegos Olímpicos de Invierno, te platicamos la historia de un judío que, con su equipo de hockey sobre hielo, rompió toda regla impuesta en la Alemania Nazi para participar en los Juegos Olímpicos de 1936.

ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Para sentir esta historia, en esta ocasión, te pido que nos imaginemos los Juegos Olímpicos de 1936; que se caracterizaron por tener lugar en Garmisch-Partenkirchen, Baviera, ciudad que para 1936 pertenecía a la Alemania Nazi, la cual ya había comenzado una discriminación y separación de su población judía y estaba apunto irse a la guerra contra medio mundo.

Como preámbulo, es necesario comentar que antes de este evento el equipo alemán de hockey sobre hielo, estaba comandado por Rudi Victor Ball, un gran jugador judío, quien era el capitán de dicha escuadra y con la cual ganó el bronce 4 años antes en la justa de Lake Placid en Estados Unidos.

Poco después de haber ganado el bronce en Estados Unidos, Ball estaba viendo que la situación en Alemania se encontraba muy mal y que tenía que agarrarse del hockey para poder irse de ahí, por lo cual, para 1933 Rudi y sus hermanos, que también eran jugadores de hockey, decidieron irse del país para jugar en otros lados. Rudi acabó jugando en la liga de Suiza.

Regresando a enero de 1936, Alemania estaba a punto de organizar los juegos que le mostrarían al mundo “Una Alemania Perfecta” tal como Adolfo Hitler lo exigía, pero a la vez también exigía que en dicha edición no participara ningún deportista que no fuera “totalmente alemán” y evidentemente que ningún judío participase, debido a esto Rudi Ball fue descartado por la selección y no fue convocado para la justa olímpica, a pesar de ser considerado uno de los mejores jugadores del mundo en aquel momento.

Al saber que Hitler se oponía a la participación de deportistas judíos en las Olimpiadas, Gustav Jaenecke, la otra gran estrella del equipo y un amigo personal de Ball, se negó a participar. Posterior a esto, todo el equipo de hockey siguió a Jaenecke y se opuso a participar en las olimpiadas en las que serían anfitriones, a menos que el gobierno aceptase la participación de su capitán, Rudi Ball.

Gracias a la oposición del equipo de hockey, el gobierno aceptó la participación de Ball en las olimpiadas, sin embargo, cuando la selección de hockey sobre hielo contactó a Rudi, él puso sólo una condición para volver a jugar con Alemania. Lo que Ball pidió era la libertad de sus padres, ya que sabía que si se quedaban morirían poco después, ante tal condición, el gobierno accedió a facilitar la salida de los padres de Rudi a Johannesburgo y él terminó participando con el equipo olímpico.

Ya en las olimpiadas, el equipo alemán quedó en quinto lugar, en gran parte debido a que Rudi se lastimó en el quinto juego que disputaron.

Al terminar los Juegos Olímpicos, Ball regresó a Suiza y sus padres ya se encontraban a salvo en Sudáfrica. Aunque Ball ya no quería participar con la selección, el acuerdo para que el ejército nazi no se metiera con él ni con su familia, era que siguiera siendo parte del equipo, por lo cual Rudi siguió jugando con Alemania hasta 1948, año en el que decidió irse a vivir a Sudáfrica con su familia.

Rudi falleció en 1975 a la edad de 64 años.

En 2004, la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo, inmortalizó a Rudi al incluirlo en el salón de la fama.

 

 

*Agradezco la colaboración de nuestra querida Liz, para la realización de este artículo.