Enlace Judío México.- Equivocarse es una de las condiciones humanas que más nos acomplejan. En México somos duros a la hora de enjuiciar a alguien por su pasado, aún más si se trata de su trayectoria laboral. Normalmente, siempre hay una o dos experiencias que preferiríamos ocultar, por miedo a qué pensará la gente. Ese temor al rechazo es una conducta que hemos heredado de nuestros antepasados y es una de las experiencias negativas con las que me gusta lidiar.

Hace unos años, cuando la palabra emprendimiento todavía no sonaba tanto en el país, llegó a mis manos un libro que hablaba sobre el notable crecimiento de Israel como exportador de grandes ideas. No es un secreto que, a la fecha, Tel Aviv es la segunda sede más famosa del mundo por sus investigaciones en materia de tecnología, ciencia y medicina integral. De ahí salieron aplicaciones como Waze, Playbuzz, Wix, entre muchas otras. Por ello me enfoqué a entender el fenómeno y algo que me impactó mucho es la visión que tiene la gente de este país sobre el fracaso: algo que DEBE suceder para constatar que han aprendido.

Si alguna empresa internacional de renombre quiere contratar a algún candidato experto, ese candidato debe demostrar que durante su carrera ha tenido un par de errores, para verificar el intento. Tiene toda la lógica, porque para avanzar, uno tiene que intentarlo una, dos, tres veces y más si se quiere triunfar. No es un secreto que personajes y marcas como el Coronel Sanders (el creador de KFC), McDonald’s y Steve Jobs tuvieron que errar antes de acertar.

Es por ello que si tu sueño es emprender y lo has intentado, pero no obtuviste los resultados que buscabas, te dejo cinco consejos que te serán útiles para despertar y empezar de nuevo.

1. Si estás convencido del éxito de tu idea de negocio, pero lo quebraste antes de obtener ganancias, tienes dos opciones. La primera, enfócate mejor en el plan financiero, centrándote en lo que hiciste mal y, por favor, ¡no lo repitas! La segunda, puede ser que la idea no sea tan atractiva, entonces mejor pide consejo de otros emprendedores o de mentores expertos.

2. Si tu error fue sentir sin pensar, ¡no te preocupes! También es válido seguir instintos, pero hay que sustentarlo con un plan de negocios, una estrategia comercial y una buena cadena de distribución. Todo tiene solución, siempre y cuando sea modificado el plan y la visión general del negocio.

3. En caso de que hayas intentado en algún campo tecnológico en que el mercado aún no estaba listo, podrías hacer un nuevo intento, esta vez apoyándote en las plataformas especializadas en desarrollar profesionalmente el modelo.

4. Por el contrario, si tu modelo de negocio “estaba muy visto” tienes que probar un valor agregado. Quizás abriste una cafetería sin un diferenciador, algo básico para una marca.

5. Tu idea fue tan buena, pero no te alcanzó el tiempo o el dinero para consolidarla… Deberías de acercarte al inversionista adecuado, ya sea por medio del crowfunding o con una red de networking eficaz, que pueda negociar el tipo de participación que tu empresa necesita.

Recuerda que cualquier error puede ser reparado si tienes la determinación y la suficiente resiliencia para levantarte después de caer. Equivocarse es válido; el secreto está en ver ese fracaso como una experiencia y sacar una inflexión para ser parte del cambio que queremos ver en el mundo.

 

 

 

Fuente:entrepreneur.com