Enlace Judío México.- Desde el año pasado Israel se ha visto convulsionado por diferentes acontecimientos vinculados con sus vecinos y por problemas internos. En este ámbito, la amenaza creciente de la presencia militar de Irán en la frontera norte de Israel, aprovechando la caótica situación prevaleciente en Siria a raíz del inicio de la guerra civil en el 2011; a través de ese país busca consolidar una posición estratégica, preparándose para un futuro enfrentamiento directo con Israel. Al mismo tiempo Irán está infiltrando espías en Israel, financiando células terroristas en Cisjordania y la Franja de Gaza.

 

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

En este contexto, la actividad bélica aumentó el 10 de febrero pasado cuando la Fuerza Aérea de Siria derribó un avión de Israel que estaba atacando al suroeste de Damasco y en los límites de una base aérea militar en el desierto de Homs, cerca de Palmyra, donde las fuerzas iraníes y de Hezbolá tienen una base junto a las tropas sirias. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron que dos pilotos abandonaron su avión F16 que se estrelló en el norte de Israel; uno de ellos resultó gravemente herido, es la primera ocasión en la que Israel pierde un avión en combate desde el 2006 cuando fue abatido un helicóptero israelí sobre el Líbano y todos sus tripulantes murieron.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Irán dijo que la respuesta militar de Siria contra Israel fue una clara advertencia para este último y que la era de sus ataques sobre Siria ha terminado, “juró una respuesta implacable a toda nueva agresión”. Irán amenazó que podría llevar a los sionistas al infierno. Por otra parte, el legislador sirio Ferass Hebabi, indicó que el derribo del avión israelí “marca un gran cambio en el equilibrio de poder a favor de Siria y del eje de resistencia (al que se suman Irán y Hezbolá), los israelíes deben darse cuenta que ya no tienen superioridad en el cielo o en la tierra; sin embargo, el portavoz de las FDI mencionó que en los recientes bombardeos aéreos de Israel destruyeron entre un tercio y la mitad de las defensas aéreas de Siria.

Cabe destacar que Israel ha realizado varias decenas de ataques aéreos contra Siria y contra sus aliados desde el 2011; el Ministro de Defensa de Israel, Avigdor Lieberman, ha señalado que las FDI responderán a cualquier otra provocación. Después del 10 de febrero del 2018 Israel estuvo contemplando una acción militar de mayor envergadura contra Siria; en este contexto el Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, conversó con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, acordando entre ambos no escalar el conflicto.

Rusia ha invertido ingentes cantidades de recursos en la región y en el apoyo específico al régimen de Bashar al Assad; una guerra de mayor dimensión en este momento frustraría los planes hegemónicos de Rusia. Con el pretexto de combatir al Estado Islámico (EI) en el Medio Oriente estableció una mayor presencia militar en Siria desde el 2015.

La Casa Blanca, por su parte, ha reducido su participación en la región, empero, ha expresado su conformidad con las represalias militares de Israel contra Siria y pidió a Irán que cese las acciones de provocación en la región. En el marco del derribo de la nave de Israel, Irán y Siria han desplegado una fuerte campaña propagandista entre sus poblaciones, en Damasco la gente ha celebrado el acontecimiento regalando dulces en las calles.

Otro frente conflictivo para Israel está relacionado con la denominada guerra de los cuchillos, a través de esta arma blanca y los atropellamientos a ciudadanos y soldados israelíes, los palestinos han provocado numerosas víctimas, principalmente en Cisjordania, Jerusalén Este y en varias localidades de Israel. Asimismo, el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel por parte del Presidente Donald Trump en diciembre del año pasado y su anuncio que trasladaría la embajada de EUA de Tel Aviv a Jerusalén en un futuro próximo, provocaron una especie de violenta intifada (revuelta) de una parte de los palestinos contra Israel.

En la Franja de Gaza Hamás ha continuado lanzando cohetes al sur de Israel y periódicamente lo hacen radicales yihadistas afiliados al EI desde la Península del Sinaí en Egipto. También Hamás no ha cesado en su empeño de construir túneles desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí con propósitos bélicos, no se descarta que Hamás inicie una nueva guerra con Israel en un futuro próximo para desviar la crítica situación de los gazatíes.

Un asunto que ha causado una fuerte polémica en Israel ha sido el anuncio del gobierno de expulsión de más de 40 mil inmigrantes ilegales de África, principalmente de Eritrea y Sudán que buscan asilo en el país. La Autoridad de Población, Inmigración y Frontera indicó que deberán abandonar el país en 90 días o enfrentar prisión. Los inmigrantes viven en Israel desde 2016, la mayoría en barrios pobres del sur de la Ciudad de Tel Aviv; existen grupos de israelíes que los han culpado del incremento de la tasa de criminalidad.

Los inmigrantes que acepten abandonar voluntariamente Israel recibirán por parte del gobierno un pago de 3,500 dólares y un boleto de avión para un país africano “relativamente estable”. El gobierno anunció que firmó acuerdos con Ruanda y Uganda para que los acojan; no obstante, ninguno de los países ha confirmado. Por otro lado, las prisiones no tienen capacidad para albergar a los inmigrantes, ni han recibido recursos presupuestales para ampliarla.

El plan de deportaciones ha provocado manifestaciones de varios sectores de la población para que no se realicen, incluso han participado en ellas sobrevivientes del Holocausto. Se teme que los inmigrantes puedan llevar a cabo violentas protestas.

Una parte importante de los israelíes consideran que las deportaciones no son éticas y no son compatibles con el Derecho Internacional y la Convención de las Naciones Unidas sobre Refugiados de 1951. Los judíos en su devenir histórico han sido sujetos de deportación en muchos países y después del Holocausto “no pueden darse el lujo” de expulsar de Israel a inmigrantes africanos ilegales.

El Primer Ministro Benjamín Netanyahu ha dicho que en las expulsiones no se actúa contra refugiados, sino de personas que buscan trabajo; en este sentido, el gobierno teme que si les da la calidad de refugiados se abrirán las puertas de Israel para una desbordante corriente de inmigrantes de África que creará una problemática situación política, social y económica.

Para completar el complicado clima político interno que experimenta Israel, la policía recomendó inculpar a Netanyahu por soborno, fraude y abuso de confianza; la recomendación se hace después de más de un año “de investigaciones, interrogatorios e interminables especulaciones”. No es el primer caso en que se acusa a un primer ministro en Israel, en el 2008. Ehud Olmer fue acusado de corrupción y fue declarado culpable de aceptar sobornos y cumplió 16 meses en prisión.

El procedimiento para procesar a una figura pública en Israel es bastante largo y Netanyahu puede argumentar que las pruebas para inculparlo son insuficientes. Netanyahu ha dicho que es víctima de “una cacería de brujas” y ha acusado repetidamente a sus enemigos de intentar derrocarlo mediante el sistema legal “porque no han logrado hacerlo en las urnas”. Netanyahu se desempeña en su cuarto mandato como primer ministro, sería lamentable que después de tanto tiempo en el poder, desde el 2009, mostrando gran capacidad de gobernante, arrojo y valentía para enfrentar las múltiples dificultades que ha enfrentado Israel, fuera declarado culpable.