Enlace Judío México – El 14 del mes Adar es el día más alegre de todo el año. Se festeja Purim, que es una fiesta anual en conmemoración del milagro relatado en el Libro de Ester en el que el pueblo judío logra sobrevivir a un intento de ser aniquilado bajo el mandato del rey persa Asuero.

El 20 de febrero, el grupo voluntario Yad Lakalá festejó Purim con una mañana de oraciones: Por la salud, recordando a un ser querido, la prosperidad, porque los jóvenes que no se han casado encuentren pareja, parejas que no han podido tener hijos logren concebir, y muchas más.

El salón estaba decorado con antifaces que usualmente se utilizan en esta festividad. En cada silla se encontraba el Libro de Esther, junto con una caja que contenía fruto de la tierra, fruto del árbol, galletas, vino, clavos aromáticos, chocolate; con cada uno de estos elementos se hizo una bendición. Había también una hoja para escribir un agradecimiento y una solicitud a Hashem que serán enviados a Israel y los colocarán en el Kotel (Muro de los Lamentos).

Para comenzar el evento, tomó la palabra Alegre Zaga: “Al Hanisim baiamim hahem vazman haze. Por los milagros en aquellos días en este tiempo.

Reconocemos los milagros que ocurrieron es aquellos tiempos y al mismo tiempo expresamos gratitud por los milagros que D-os efectúa cada día para nosotros”.

“Purim es un día de regocijo ya que fuimos salvados del exterminio por Haman. ¿Recuerdan cuál fue la estrategia de Esther y Mordejai para evitar que se cumpliera el decreto del genocidio contra los judíos?: la Unión y el estudio de la Torá”.

Estos dos elementos no solamente representan la salvación como la clave para que sigamos existiendo, sino también son fuente de regocijo, estar juntos en armonía cumpliendo la Torá, ayudándonos los unos a los otros.

En Purim hacemos cuatro mitzvot (mandamientos):
La primera es leer la Meguilá.
La segunda es hacer un mishte (banquete). Sentarse a disfrutar con la familia, e invitar a la gente a comer y tomar.
La tercera, matanot laevionim Mitzva (regalos): darle a los pobres y a la gente que lo necesita para que pueda disfrutar de Purim.
La cuarta Mishloaj Manot, mandar regalos.

Todos estos actos que realizamos son la muestra de que nos preocupamos por nuestros hermanos. Cuando estamos todos unidos es cuando pasan los milagros.

Así como fue el milagro de Purim. Ese mismo milagro lo podemos lograr todas nosotras el día de hoy, estando aquí unidas. Bendiciendo H con alegría.

El propósito de recitar una berajá (bendición) es para reconocer que H’ es el creador y el Rey de todo este mundo, de todo lo que contiene y así estar en constante conexión con Él, nuestra fuente de luz y vida.

Estamos aquí juntas como hermanas, como hijas queridas del Rey del Mundo, uniendo nuestras voces en las recitaciones de las berajot, para acercarnos y conectarnos con Hakadosh Baruj Hu para que escuche nuestras tefilot (rezos) sobre las necesidades de cada persona del pueblo de Israel.

Todas las personas que nos involucramos en instituciones de beneficencia, tanto voluntarias como donadores, somos enviados para brindar apoyo y alegría a todas aquellas personas que se encuentran en diversas dificultades. Como las novias que por diversos motivos no pueden casarse. En Yad Lakalá nos enfocamos en alegrar sus corazones y ayudarlas a hacer su sueño realidad”.

Posteriormente tomaron la palabra los señores Max El Mann, presidente de la Beneficencia Monte Sinaí, Salomón Cherem, Presidente de la Comunidad Maguén David y el rabino Mordejai Tussie, Guía espiritual del Voluntariado Yad Lakala.

Se recitaron las bendiciones una a una con la presencia de mujeres orando por todos los ahí presentes.