Enlace Judío México.- Es la primera mujer que participa en “El poeta del millón”, un programa de televisión con más de 70 millones de espectadores, y ha aprovechado su oportunidad para defender los derechos de la mujer en un entorno hostil.

Apenas se le ven los ojos. La nijab no permite dibujar ninguna de sus facciones. Pero eso no impide que, cada miércoles, su voz sea escuchada por más de 70 millones de personas. Hablamos de Hissa Helal, la mujer que ha revolucionado el reality show de poesía más famoso de Oriente Medio: «El poeta del millón». Es la primera mujer que participa en la historia del concurso y ha aprovechado su oportunidad para reivindicar los derechos de las mujeres y criticar el machismo imperante en Arabia Saudí.

En un país donde subirse a un escenario constituye un delito moral si eres mujer, Helal no ha tardado en ser acusada de hereje e infiel. Su historia ha llegado ahora a España gracias a «La poetisa», el documental de Documentos TV que ha emitido La 2 con motivo del Día Internacional de la Mujer. En él, se narra la situación de Helal a través de su propio testimonio.

«La gente estaba alucinada, ¿cómo es posible que una mujer escriba poemas con tanto significado y tanta profundidad? (…) En general, la gente pensaba que no había sitio en la poesía para las mujeres», explica Helal en un momento del documental. A lo largo de sus participaciones, la poeta ha conseguido dejar una huella profunda en el público, gracias a sus reivindicaciones feministas en un entorno hostil para la mujer. «Mi poesía es destructora y destruye de verdad. Clava sus garras para socavar las ideas de la gente», recita en una de sus composiciones.

Así, ha conseguido poner en tela de juicio las fetuas, los decretos religiosos radicales, donde el tradicionalismo establece que la mujer es una ciudadana de segunda. También ha cantado contra el terrorismo, la intransigencia de la religión o contra el maltrato del hombre a la mujer. Consciente del eco que tendrían sus palabras, decidió taparse el rostro. «Mi marido me pidió que me cubriera los ojos, solo por seguridad», explica.

De hecho, el ruido no tardó en llegar. La tacharon de hereje e infiel. Y en una página web extremista debatían cómo asesinarla. «No es fácil luchar contra lo establecido… Es un logro para las mujeres, una victoria para todas», concluye la poeta, orgullosa de sus actos.

 

 

Fuente:cciu.org.uy