Enlace Judío México.- Se ha agregado un caso más para pintar un panorama ominoso. Por si no fuera suficiente con la tendencia que condujo a la aprobación del Brexit en Inglaterra y al establecimiento de gobiernos populistas con fuertes rasgos de derecha ultranacionalista en países como Hungría, Polonia, Austria, República Checa y Eslovaquia, ahora los resultados de las elecciones celebradas en Italia hace una semana indican que también en la sociedad italiana esas mismas pulsiones se han vuelto mayoritarias.

ESTHER SHABOT

Los dos primeros lugares en los comicios, el Movimiento de las Cinco Estrellas y la Liga Nacional o Liga del Norte, que sorprendentemente dejaron atrás a los partidos que en el pasado han guiado a la vida política de ese país, son formaciones anti-sistema que, a pesar de ciertas diferencias entre ellas, son euroescépticas, xenófobas, reacias a la recepción y absorción de refugiados y también, dato curioso, alineadas con corrientes ideológicas negadoras de la legitimidad de ciertos postulados básicos del conocimiento científico contemporáneo al rechazar selectivamente, por ejemplo, las vacunas, por considerarlas “peligrosas”.

El Movimiento de las Cinco Estrellas se originó hace unos años bajo el liderazgo de un personaje de la farándula italiana de nombre Bepe Grillo, y con inspiración en ideas de extrema izquierda. Expectativas económicas frustradas, enojo ante la corrupción gubernamental, temores identitarios ante el arribo de masas de refugiados y añoranza por un idílico pasado, fueron algunos de los nutrientes que inyectaron fuerza a esa corriente que, por lo visto, ha logrado convencer a once millones de votantes de sus fórmulas para guiar la vida política italiana. En cuanto a la Liga Nacional o del Norte, se trata de un movimiento que originalmente pretendía la secesión e independencia del norte del país al ser éste su motor económico-industrial, enarbolando, además, postulados neofascistas, antiliberales, excluyentes y solapadamente racistas. En conjunto con el Movimiento de las Cinco Estrellas constituyen hoy las fuerzas populistas que rechazan las políticas fundamentales de quienes han detentado el poder en el pasado reciente.

En ambas formaciones, a pesar de sus diferencias, se manifiestan posiciones en contra de elevar la edad oficial para el retiro y de emprender las reformas necesarias para la modernización económica del país. De igual modo, sostienen una negativa rotunda a acatar la disciplina financiera que la Unión Europea exige a sus socios. Las plataformas de los dos primeros lugares en los recientes comicios han logrado atraer a una gran masa de electores a través de ofrecimientos dispendiosos e irreales tales como un ingreso universal básico, un impuesto único y la mencionada reducción de la edad para el retiro, cuestiones que no sólo chocan contra la disciplina establecida dentro de la Unión Europea, sino que constituyen recetas claras para una catástrofe financiera en el corto plazo. Sin embargo, es evidente que para una multitud de italianos esas recetas suenan atractivas por más que cualquier análisis serio indique su peligrosidad.

Bastante parecido, pues, a lo que propulsó el fenómeno del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos. Aunque aún está por verse quiénes conseguirán formar gobierno, ya que ninguno de los partidos contendientes logró la cantidad de bancas necesarias para gobernar sin coaligarse con otras formaciones, lo cierto es que un nuevo fantasma está recorriendo Europa. El del populismo empapado de neofascismo, con muchos de sus rasgos amenazantes, tanto los referentes a aventuras económicas destinadas a fracasar, como los que tienen que ver con una cultura en la que el racismo, el caudillismo, la xenofobia y la demagogia patriotera adquieren de nueva cuenta impulso y carta de legitimidad, con el gran peligro que todo ello encierra.

 

 

 

Fuente:excelsior.com.mx