Enlace Judío México.- La frontera norte israelí ha estado en calma durante los últimos 12 años,pero todo esto puede cambiar en cualquier momento debido a una variedad de factores relacionados con los conflictos regionales.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, brindó un mensaje directo de la situación esta semana al recorrer la frontera de Israel con Siria y el Líbano junto a altos funcionarios militares y de seguridad. “Nuestra mirada se dirige hacia la paz, no obstante, estamos listos para cualquier eventualidad, y no sugiero que nadie nos ponga a prueba”, dijo en un mensaje de video difundido por medios de prensa árabes y occidentales.

GEORGE CHAYA

El mensaje señaló la clara decisión de su gobierno sobre enfrentarse al grupo político-terrorista Hezbolá 12 años después de que el Líbano e Israel se vieron desangrados por una guerra de verano.

Aquel enfrentamiento de 33 días, en junio de 2006, fue costoso para ambas partes. Hezbolá, la milicia para-estatal proiraní que se hace llamar “la resistencia islámica del Líbano”, perdió capital político al atacar territorio israelí más allá de la frontera (técnicamente denominada línea azul) establecida por Naciones Unidas, y con su provocación militar generó una respuesta israelí devastadora para el Líbano.

En ese momento, la dirigencia militar y política de Israel también pagó su precio por no terminar y ganar definitivamente una guerra que provocó un desplazamiento interno masivo de civiles israelíes hacia el sur del país.

Según informó Reuters, que no citó por su nombre a un alto funcionario libanés, que bajo anonimato afirmó a un funcionario estadounidense enviado por Washington para poner paños fríos a la amenaza inminente de una nueva confrontación militar, el político libanés de la comunidad drusa transmitió un mensaje de que el Líbano no quiere una escalada con Israel. Sin embargo, ambos lados están haciendo ruidos cada vez más beligerantes, aunque en el caso libanés, eso no lo maneja el Gobierno del país de los cedros por estar cooptado por el grupo político-terrorista Hezbolá.

Lo concreto es que en el presente hay varios factores que contribuyen a aumentar las tensiones a lo largo de la frontera:

1- La guerra siria puede estar llegando a su fin y las fuerzas iraníes se han afianzado de forma exponencial sobre el terreno y a muy pocos kilómetros de la frontera israelí-libanesa, y muy cerca de los Altos del Golán. Así han estableciendo preeminencia en la región y según informes israelíes, Irán está financiando fábricas militares tanto en Siria como en el Líbano.

2- Los funcionarios israelíes rechazan y han dicho que una presencia iraní permanente en su frontera es inadmisible ya que vulnera la seguridad de sus ciudadanos. Es en esos términos en que Netanyahu ha entregado un mensaje al presidente ruso, Vladimir Putin, cuando se encontraron el mes pasado en Moscú.

“Estoy concluyendo una gira por el Comando Norte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) con los miembros del Gabinete de Seguridad. Estoy impresionado por el trabajo que las FDI están haciendo para defender nuestras fronteras y nuestro Estado. Queremos la paz, pero estamos preparados para cualquier situación y sugiero que nadie nos ponga a prueba porque esta vez no se repetirán los hechos de julio de 2006 y nuestra respuesta será firme y dolorosa con aquellos que deseen dañarnos”, declaró Netanyahu.

“Le dije al presidente Vladimir Putin que Israel ve dos acontecimientos con suma gravedad: en primer lugar, los esfuerzos de Irán por establecer una presencia militar en Siria, y segundo, el intento de Irán de fabricar – en el Líbano- armas de precisión contra el Estado de Israel”, dijo el Primer Ministro después de la reunión. “Lo dejé muy claro, no aceptaremos ninguno de estos hechos y actuaremos de acuerdo con la situación y las necesidades”.

3- El vacío de liderazgo estadounidense en materia de la guerra civil siria está creando ansiedad en algunos. Aunque el presidente Donald Trump ordenó un ataque misilístico a una base de misiles siria el año pasado después de revelarse que Siria usó armas químicas contra civiles, pero por lo demás, los EE.UU han descuidado el compromiso con la configuración del resultado de la guerra civil de Siria, y Rusia está ocupando ese vacío, ello aviva las ansiedades israelíes a pesar de las buenas relaciones entre Trump y Netanyahu. Sin embargo, para otros, ante el avance de las conversaciones entre los gobiernos de Netanyahu y Putin, Israel no debería confiar en que Rusia defienda los intereses israelíes de la misma manera que los EE.UU.

“A medida que los acontecimientos de la guerra siria cambia, Israel puede encontrar avances con Rusia más allá del deseo de Moscú de ejercer influencia en Siria y de sus relaciones con Irán”, escribió Shoshana Bryen, directora del Centro de Política judía regional esta semana en The Algemeiner. Y esto es efectivamente así. En ausencia de un liderazgo centrado en los EE.UU, Israel puede atacar por sí solo para evitar que Hezbolá se convierta en una fuerza regional dominante.

Hay indicios de que la administración Trump, aunque tardíamente, está notando lo que su ausencia está generando: el mes pasado, en su visita a la región, el ahora ex secretario de Estado Rex Tillerson dijo que 2.000 soldados de los EE.UU. se encontraban en Siria para ayudar a los rebeldes prooccidentales y que permanecerían estacionados allí para contraponer la permanente presencia y el dominio iraní en Siria.

Otro indicio relevante de que una escalada militar puede dispararse en lo inmediato es que Israel está construyendo el muro en su frontera norte para evitar las incursiones de Hezbolá que estimularon la guerra de 2006, que costó 1.200 vidas libanesas y más de 60 vidas israelíes.

Mientras esto sucede, ” la Unión Europea (UE) sugiere a Israel dialogar y agotar todas las opciones antes de ir a una confrontación militar. Sin embargo, lo que la UE nunca ha comprendido es que el éxito del sionismo en el corazón del mundo islámico no solo representa una indignidad para la ideología islamista, sino que es visto por los grupos terroristas paraestatales como la sentencia de muerte para la cultura dominante que permitió que ello sucediera.

La supervivencia del Estado de Israel ha sido y será debido al éxito del sionismo. Sin embargo, ese éxito es entendido por las organizaciones terroristas y sus adherentes como el elemento y la ideología por destruir puesto que confronta con su concepción del mundo, tanto por la modernidad que encarna como por sus elementos característicos, además de exponer el retroceso y la impotencia de la cultura árabe-islámica en el mundo moderno.

Lo mismo sucede con la posición europea y occidental ante los sucesivos conflictos armados que ha afrontado el Estado Judío. Aunque Israel es el único Estado que en su creación nació desde un ideal socialista cercano al tercer mundo, pero alcanzó la condición de primer mundo en menos de 40 años de existencia y mucho antes de finales del siglo XX. Este aspecto no debería ser ignorado, ya que ha generado en las élites gobernantes árabes la victimización constante culpando a Israel por sus desgracias y por tener que compartir sus riquezas regionales con un Estado judío en medio de ellos.

En resumen, a estas alturas la comunidad internacional debería saber que los árabes y los musulmanes no pueden reconocer a Israel sin sufrir una pérdida insoportable de su honor y sin ser humillados por los demás estados árabes-islámicos. Mientras que Israel no puede ceder más territorio sin garantías concretas de seguridad y su reconocimiento como Estado judío. Teniendo en cuenta estas dos realidades diametralmente opuestas, cualquier discurso occidental intentando contener la explosión de un nuevo conflicto armado presionando solamente a los israelíes incluso hasta criticando su derecho a la defensa pero sin presionar y cercar dentro del marco de la ley y las normas del derecho internacional a las organizaciones terroristas es una ecuación “de suma cero”.

Toda negociación y muestra de voluntad de diálogo será vista como debilidad absoluta por los terroristas, y bajo tales circunstancias, la buena voluntad y las medidas de acercamiento se interpretan como falta de fuerza y sumisión. La comprensión de esta mentalidad, explica por qué Hezbolá, Hamas o la Yihad Islámica Palestina no están dispuestos a negociar ningún acuerdo con Israel e insisten en su intención de destruir el Estado judío.

Tanto EE.UU. durante la gestión del ex presidente Obama, como Europa, se han esmerado por transmitir a sus enemigos el mensaje de que son débiles, temerosos, indecisos e irresolutos y que no representan una amenaza inmediata al poder o los planes del islamismo radical, ello ha configurado un gravísimo error estratégico en la búsqueda de una paz genuina. Los diplomáticos pueden argumentar que el diálogo es necesario para aclarar malentendidos y reparar las injusticias de un pasado real o imaginario, pero sus enemigos lo ven de otra manera.

Solo cuando Israel recupere su poder de disuasión y restablezca su aura de invencibilidad no dejando “guerras inconclusas” como cada uno de los conflictos de baja intensidad que ha librado contra organizaciones terroristas como Hezbolá en 2006 o Hamas desde 2008 a la fecha, estará en condiciones de lograr la seguridad que busca, entonces podrá establecer una paz verdadera con sus enemigos.

Israel logró sus tratados de paz después de duros sacrificios y cruentas guerras y ello fue así porque ” demostró que podía defenderse y enfrentar las más feroces dictaduras socialistas árabes y sobrevivir, de no haber sido de esa manera, no hubiera sobrevivido, entonces no habría sido posible firmar ningún tratado de paz con Egipto y Jordania. Allí encontrarán las razones aquellos escépticos de por qué “la paz fría” con Egipto y Jordania se mantiene, mientras que el proceso de paz con los grupos terroristas está estancado.

El juego de guerra en la frontera norte israelí está abierto, mayoritariamente la opinión pública sabe que es patrocinado por Irán a través de Hezbolá, su fuerza de choque y milicia ocupante del Líbano. Sería saludable que no se produzca un nuevo conflicto armado en la región. No obstante, a falta de una comunidad internacional fuerte y cohesionada que pudiera impedirlo, nadie puede decir que no ocurrirá y, de suceder, es esperable que no sea otra más de las tantas y erróneas guerras inconclusas.

 

 

 

Fuente: infobae.com