Enlace Judío México.- El nuevo ministro del Interior de Alemania, Horst Seehofer, en su primera entrevista desde su juramento el 14 de marzo, ha dicho que “el Islam no pertenece a Alemania”. También prometió aplicar políticas de inmigración de línea dura, incluida la implementación de un “plan maestro” para deportaciones más rápidas.

SOEREN KERN

Las declaraciones de Seehofer provocaron una tormenta inmediata de críticas por parte de los autoproclamados guardianes del multiculturalismo alemán, incluida la canciller Angela Merkel, quien ha insistido reiteradamente en que “el islam pertenece a Alemania“.

La reacción provocará preguntas sobre cuánto podrá lograr Seehofer, un ex ministro presidente de Baviera y crítico de las políticas de migración de puerta abierta de Merkel, durante su mandato.

En una entrevista el 16 de marzo con Bild, el periódico más grande de Alemania, preguntaron a Seehofer si el Islam pertenece a Alemania. Él respondió: “No. El Islam no pertenece a Alemania. Alemania está conformada por el cristianismo. Esta tradición incluye los domingos libres de trabajo y las festividades y rituales de la iglesia como Pascua, Pentecostés y Navidad“.

Seehofer agregó que los musulmanes que viven en Alemania son “por supuesto” parte de Alemania. Pero eso no significa, dijo, “que, por falsa deferencia, abandonemos las tradiciones y costumbres de nuestro país“. Agregó: “Mi mensaje es que los musulmanes tienen que vivir con nosotros, no al lado o en contra de nosotros. Para lograr eso, necesitamos comprensión mutua y consideración, que solo se logra hablando entre sí“.

Las observaciones de Seehofer de sentido común abrieron otro capítulo en el debate de una década sobre la frase, “El islam pertenece a Alemania”. Las palabras fueron pronunciadas por primera vez en septiembre de 2006 – en ese momento había 3,5 millones de musulmanes en Alemania, en comparación con más de seis millones de hoy – por el entonces ministro del Interior, Wolfgang Schäuble.

Hablando antes de la primera Conferencia Alemán-Islam, un diálogo institucionalizado entre los representantes del gobierno alemán y de los musulmanes en Alemania, Schäuble dijo:

El Islam es una parte de Alemania y parte de Europa. El Islam es parte de nuestro presente y parte de nuestro futuro. Los musulmanes son bienvenidos en Alemania“.

La frase fue repetida en octubre de 2010 por el entonces presidente de Alemania, Christian Wulff, durante un discurso de apertura para conmemorar el vigésimo aniversario de la reunificación alemana. Wulff proclamó que “el Islam pertenece a Alemania” porque millones de musulmanes ahora viven allí:

El cristianismo pertenece indudablemente a Alemania. El judaísmo pertenece inequívocamente a Alemania. Esta es nuestra historia judeocristiana. Pero ahora el islam también pertenece a Alemania (Der Islam gehört inzwischen auch zu Deutschland)“.

Wulff luego citó al poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien en su Diván de Occidente-Oriente (West-östlicher Diwan, 1819) escribió: “El que se conoce a sí mismo y a otros entenderá: Este y Oeste ya no son separables“.

Desde entonces, Merkel ha enfatizado repetidamente que “el Islam pertenece a Alemania”. Durante una reunión de enero de 2015 en Berlín con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu, declaró: “El ex presidente alemán Christian Wulff dijo: ‘El Islam pertenece a Alemania’. Eso es verdad. Esta también es mi opinión“. Seis meses después, durante el Ramadán, Merkel dijo: “Es indiscutiblemente obvio que el Islam ahora pertenece a Alemania“.

El mismo día que Bild publicó los comentarios de Seehofer, Merkel, a través de su portavoz, Steffen Seibert, se distanció del nuevo ministro del Interior: “Los musulmanes pertenecen a Alemania, su religión también pertenece a Alemania, también al Islam. Debemos hacer todo lo posible para asegurarnos buenas relaciones entre las diferentes religiones“.

Por el contrario, el líder parlamentario de AFD en Sajonia-Anhalt, André Poggenburg, dijo que la declaración de Seehofer de que los musulmanes bien integrados y leales pertenecían a Alemania, pero que el Islam no, era un “mensaje central” de su partido. Dijo que los comentarios de Seehofer “afirman cuánta razón tenemos”.

La líder adjunta de la Alternativa antiinmigración para Alemania (AfD), Beatrix von Storch, ha dicho: “Muchos musulmanes pertenecen a Alemania, pero el Islam no pertenece a Alemania. El Islam es básicamente una ideología política que no es compatible con la Constitución alemana“.

Alexander Gauland, otro líder adjunto del AfD, elaboró: “El Islam no es una religión como el catolicismo o el protestantismo. Intelectualmente, el Islam siempre está vinculado al derrocamiento del Estado. Por lo tanto, la islamización de Alemania representa una amenaza“.

Seehofer también prometió tomar medidas enérgicas contra los migrantes criminales y acelerar la deportación de los inmigrantes cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas. Agregó: “Debe haber un consenso en toda Alemania de que ya no toleraremos zonas sin ley“.

El 26 de febrero, Merkel admitió públicamente, por primera vez, la existencia de zonas prohibidas: áreas sin ley en ciudades alemanas donde el estado ha perdido efectivamente el control de las pandillas migrantes y donde los alemanes nativos, incluida la policía, temen ir. En una entrevista en la televisión RTL, Merkel dijo:

Naturalmente, la llegada de tantos refugiados ha planteado muchas preguntas con respecto a la seguridad interna. El estado tiene el monopolio del uso legítimo de la fuerza física (Gewaltmonopol) .El estado debe garantizar que las personas se sientan seguras cuando se encuentren en el ámbito público. tiene derecho a la seguridad. Esta es nuestra principal responsabilidad. Significa que no debe haber áreas prohibidas, áreas donde nadie se atreve a ir. Tales áreas existen. Debemos llamarlas por su nombre. Debemos hacer algo al respecto“.

Merkel hizo los comentarios luego de prometer el día anterior que su nuevo gobierno de coalición adoptará una política de “tolerancia cero” en materia de seguridad nacional. “La seguridad no es negociable“, dijo en una conferencia de su Unión Demócrata Cristiana (CDU) en Berlín. “La seguridad es una de las tareas principales de un estado fuerte“, agregó. “La tolerancia cero es nuestro lema“.

Algunos comentaristas rápidamente desestimaron los comentarios de Merkel como simples palabras vacías: un intento tardío para ganar a los votantes CDU enojados que han desertado en masa ante AfD por su decisión de 2015 de permitir en el país a más de un millón de inmigrantes de África, Asia y Medio Oriente.

Otros comentaristas señalaron que los comentarios de Merkel sobre áreas prohibidas reflejan el creciente poder e influencia del AfD, el cual, de acuerdo con una reciente encuesta del INSA, ha superado al Partido Social Demócrata (SPD) de centroizquierda como el segundo partido más grande en Alemania. De hecho, la decisión de Merkel de formar un gobierno de coalición con el SPD ha llevado al AfD a convertirse en el principal partido de oposición en el parlamento alemán. Es casi seguro que la presencia del AfD garantizará que la migración y la seguridad sigan siendo los principales problemas de política pública.

Podría decirse que la mayor consecuencia de la admisión de Merkel es que ha traspasado el velo del silencio sobre las zonas prohibidas. Las elites políticas y mediáticas europeas han intentado durante mucho tiempo detener la discusión sobre las consecuencias negativas de la migración masiva tildando las voces opuestas de racistas y xenófobas. El primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien ha sido implacablemente menospreciado por los autoproclamados guardianes del multiculturalismo en Europa por su postura políticamente incorrecta sobre la migración masiva, elogió los comentarios de Merkel como una victoria. Una publicación de blog en el sitio web del gobierno húngaro declaró:

¿Recuerdan ese momento en el otoño de 2016 cuando el gobierno de Hungría tuvo la audacia de hablar sobre ‘zonas de exclusión’?

“Al expresar nuestra oposición a las cuotas y políticas de reasentamiento obligatorio de migrantes de la UE que continuarían alentando una mayor inmigración a Europa, señalamos las ‘zonas prohibidas’ que se encuentran en ciertas áreas urbanas de Europa occidental. Habitadas por un número significativo de inmigrantes, estas áreas sufren de tasas de criminalidad notoriamente altas y son llamadas ‘no-go’ porque la policía local y las autoridades ya no son capaces de mantener el orden público y la seguridad.

“Los críticos lo descartaron como ficción y nos denunciaron como intolerantes o peores. ¿Cómo se atreve el primer ministro Viktor Orbán a establecer un vínculo entre la inmigración y un declive en la seguridad pública …?

“Hoy, parece que este tabú se ha roto. ¿Adivinan quién habla de las “zonas prohibidas”? La canciller Angela Merkel. En una entrevista con el noticiero diario RTL Aktuell, la canciller alemana se refirió específicamente a las” zonas prohibidas”. ‘Y ella también dijo esto: ‘La libertad solo puede prevalecer si la seguridad está garantizada’.

“El primer ministro Orbán ha estado diciendo prácticamente lo mismo desde hace años al exhortar a Europa a que haga de la seguridad fronteriza la primera prioridad. Si no podemos defender nuestras fronteras y mantener nuestra seguridad, ha dicho, entonces, nuestras libertades duramente ganadas, como la libertad de movimiento en la UE estará en peligro.

“Además de llamarlos por su nombre, la canciller Merkel se comprometió a adoptar una política de ‘tolerancia cero’ para las zonas prohibidas para llegar a un lugar donde ‘no hay espacios públicos donde nadie se atreve a ir’.

“Que finalmente los llamemos por su nombre indica un paso en la dirección correcta”.

Soeren Kern es miembro principal del Gatestone Institute con sede en Nueva York.

Fuente: Gatestone Institute – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico