Enlace Judío México.- Directo al grano, Trump es un amigo y Tillerson es un enemigo del Estado judío.

JACK ENGELHERD

No era amigo de los judíos, Rex Tillerson … y el presidente Trump lo despidió justo a tiempo para Pesaj.

Se dice que difirieron, incluso se pelearon, principalmente sobre el Tratado Nuclear de Irán … en el que Obama deslizó 150 mil millones de dólares a los faraones de Irán en orden, de una forma u otra, para que les permitiera seguir adelante con un programa misilístico destinado a aniquilar a Israel y los Estados Unidos.

Tilllerson, por razones que de alguna manera tenían sentido para él y su Departamento de Estado, quería que se mantuviera como estaba. Trump lo quiere arreglar o abandonar.

Entonces esa diferencia de opinión se cita como la razón número uno para el despido. Podría ser así.

O tal vez a Trump le ha molestado un comentario que hizo Tillerson al principio … fue cuando Tillerson calificó a Trump de “imbécil”.

Después de eso, es dudoso que Trump sintiera mucha calidez por el hombre que tenía su propia visión del mundo … una visión que los distancia mucho también en temas de Rusia, China y Corea, pero principalmente de Israel. Esa es la grieta, más que todas las otras, que terminó para Tillerson. Directo al grano, Trump es un amigo y Tillerson es un enemigo del Estado judío.

Más concretamente, no habría habido una Declaración de Jerusalén si hubiera prevalecido la opinión de Tillerson. Trump tuvo que trabajar todo su entorno y por todo el Departamento de Estado para lograrlo, sacarlo “fuera de la mesa”, en palabras de Trump, antes de que todos despertaran y descubrieran que lo había engañado. Nunca lo vieron venir.

La Declaración de Trump … nombrar oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel … no solo fue la movida de política exterior más audaz desde que Nixon abrió China, sino que fue lo suficientemente atrevida como para ser para la eternidad, incluso bíblica. Cambió todo en Medio Oriente. Sacudió el mundo. Sin duda, sacudió a Tillerson y al Departamento de Estado.

Desde el principio, ¿sabía Trump que Tillerson era simplemente otro arabista, del tipo que siempre parece habitar el Departamento de Estado desde arriba hacia abajo?

Trump asumió el cargo, recordemos, sin el equipo habitual. Él no era un político ordinario. De hecho, no era un político.

Para armar a su equipo … en gran medida tuvo que hacerlo sobre la marcha. Solo que ahora, ahora que está establecido, está listo para apartar lo bueno de lo malo.

El Consejero de Seguridad Nacional H.R. McMaster probablemente sea el próximo en irse … y él tampoco es amigo de Israel.

Tillerson compartió sus sentimientos sobre el Estado judío en julio pasado cuando su Departamento de Estado emitió sus Informes Nacionales sobre Terrorismo.

El titular que corría con la historia no lo decía todo, pero decía lo suficiente: “El Departamento de Estado culpa a Israel por el terrorismo, alaba a la Autoridad Palestina“.

En nuestra propia evaluación de ese hallazgo del Departamento de Estado, escribimos: “El informe aprueba la violencia árabe como un medio para corregir ‘frustraciones’ y ‘decepciones’ … como ‘la falta de esperanza para lograr la condición de Estado palestino”. El informe culpa a los judíos, sí, Israel, por ‘incitación’. (Deje de reírse).

La gente se preguntaba cómo algo como eso podría haber venido de la administración Trump. No sonaba a Trump.

Más bien sonaba a Tillerson, que heredó el pantano de Obama, pero Tillerson se acopló, dijo sí, cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con el informe y si reflejaba sus sentimientos.

Una buena despedida, entonces, para Rex Tillerson, quien puso su nombre en un periódico tan duro y tan desequilibrado y claramente, como han dicho otros, antisemita.

Trump no podía permitir que eso volviera a suceder, una determinación tan en desacuerdo con sus propios puntos de vista.

Tillerson tenía que irse antes de que pudiera causar más daño al único amigo verdadero de Estados Unidos en la región.

El novelista norteamericano Jack Engelhard, de gran éxito en Nueva York, escribe regularmente para Arutz Sheva.

Fuente: Arutz Sheva – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico