Enlace Judío México – Durante tres años, Moy Volcovich captó las imágenes de niños en todo Israel. “El país es pequeño, y aún con una diferencia de unos pocos kilómetros, puedes ver niños que viven en mundos totalmente diferentes”.

“A lo largo de mi carrera como fotógrafo, trato de recrear mi propia infancia”, dice Moy Volcovich, fotógrafo judeo mexicano que emigró a Israel desde Toronto. “Desafortunadamente, la infancia no es algo que se puede reconstruir, la vida no nos permite volver atrás y, a menudo, nos engaña y nos nubla el pensamiento y la experiencia”.

Volcovich visitó el orfanato de Janusz Korczak en el marco de la primera Marcha de la Vida en Polonia a la que asistió una delegación de la comunidad judía de México en 1990. Tras la visita, comenzó a investigar y buscar información sobre Korczak. Cuando encontró en una de las librerías un libro traducido al español titulado “Cuando vuelva y ser pequeño”, pensó en lanzar un proyecto de fotografías de niños israelíes.

La vida siguió adelante y en ese mismo viaje revelador, Moy se encontró con Mery, su futura esposa. Juntos formaron una familia y esa misma idea la compartieron más tarde con sus tres hijos: Gabriel, Aby y Galia.

Durante tres años, Moy, Gabriel y Aby tomaron 160 fotografías de niños de 6 a 12 años de 35 localidades en todo Israel.

Itamar (8) y Ofir (12), Kibutz Hahotrim (Foto: Moy Volcovich)

“Israel es un país pequeño y aún así, se puede encontrar una gran variedad de niños que crecen en mundos totalmente distintos”, comenta Moy Volcovich.

Ahora, el proyecto familiar “Being a Child Again, Israel” (“Volver a ser niño, Israel”) está siendo publicado por “Segol” con las imágenes de niños de diferentes orígenes en sus distintos entornos.

Kim (11), Herzliya (Foto: Moy Volcovich)

“Los niños son como diamantes. Si los escuchas, les haces preguntas, aprendes cómo piensan y cuáles son sus sueños, descubres que pueden cambiar nuestra realidad”, dice Volcovich.

Samar (9), Yafo (Foto: Moy Volcovich)

“Por lo general, el niño israelí es más abierto y libre, y tiene más conocimiento y sabiduría de la vida”.

¿Qué más distingue a Israel?

“Siempre nos sentimos como en casa, los padres nos abrieron su hogar y nos invitaron a comer, nos dieron una sensación cálida y placentera”, concluye Volcovich.

Aviel (11), Efrat (Foto: Moy Volcovich)
Noga (8), Tel Aviv (Foto: Moy Volcovich)
Shir (2.5) y Amir (5.5), Beer Sheva (Foto: Moy Volcovich)
Muhamad (12), Adí (10) y Sara (5), Deir Hanna (Foto: Moy Volcovich)
Sara (5.5), Mitzpé Ramón (Foto: Moy Volcovich)
Nahum (10), Jerusalén (Foto: Moy Volcovich)
Elazar (10), Mitzpé Ramón (Foto: Moy Volcovich)
Zoe (6), Tel Aviv (Foto: Moy Volcovich)
Liron (11), Givat Shmuel (Foto: Moy Volcovich)
Dan (5), Tel Aviv (Foto: Moy Volcovich)

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