Enlace Judío México – Un informe de un comité del Ministerio de Asuntos de la Diáspora revela que aproximadamente 60 millones de personas en todo el mundo son “afines” al judaísmo o a Israel. Algunas comunidades podrían ser trasladadas a Israel y convertirse al judaísmo. El comité recomienda establecer vínculos con estos grupos para llevar a cabo proyectos educativos sobre Israel y el judaísmo.

NOA LANDAU Y HAIM LEVINSON

El comité fue creado en 2016 por el Ministerio de Asuntos de la Diáspora, encabezado por el presidente del partido Habait Hayehudi y ministro de Educación Naftali Bennett para examinar las políticas de Israel hacia las comunidades que en los últimos años han pedido el reconocimiento del Estado judío, anhelan estrechar sus vínculos con el Estado, e incluso obtener la ciudadanía israelí.

El grupo de historiadores y funcionarios israelíes entregó sus recomendaciones al gobierno esta semana y sugirió formular un plan para localizar a aquellos que tienen ciertos vínculos con el judaísmo pero que actualmente no son elegibles para inmigrar bajo la Ley de Retorno de Israel. Además, recomendó difundir el estudio del judaísmo, el idioma hebreo y la cultura judía e israelí en sus comunidades, así como crear un nuevo marco a fin de trasladar a grupos y comunidades enteras a Israel para su conversión.

“Sugerimos trabajar con estas comunidades para promover el apoyo a Israel y ayudar en la lucha contra antisemitismo”, escribió Dvir Kahane, director general del Ministerio de Asuntos de la Diáspora. “Estamos hablando de millones de personas que podrían ser fuentes de conexiones, afinidad y apoyo para el pueblo judío e Israel”.

De ser aceptado, el gobierno comenzaría el proyecto en 2019.

Sin embargo, el comité indica que a pesar del “crecimiento masivo de grupos y comunidades en las últimas dos décadas, Israel no está preparado para dirigirse a ellos y no hay una autoridad oficial que asigne recursos significativos o intente investigar sobre estas comunidades”.

Estos grupos incluyen descendientes de judíos que no son elegibles para la Ley del Retorno. Comunidades que dicen ser judías pero que aún necesitan someterse a conversiones como las Falash Mura de Etiopía o los Bnei Menashe de la India; descendientes de conversos forzados en España, Portugal, Francia, Italia, Sudamérica del Sur y el sudoeste de los EE.UU; descendientes de europeos orientales que ocultaron su fe bajo regímenes comunistas; comunidades en África y Asia que tienen un vínculo más distante con el pueblo judío; y grupos en todo el mundo con “un deseo de afinidad ideológica y espiritual”.

Un niño judío Igbo lee de un sidur. Foto: Chika Oduah

Con el fin de calcular el número de personas que podrían estar involucradas, el comité esboza cinco “círculos de afinidad”. El primer grupo es el “núcleo” judío con más de 14 millones de personas que son comúnmente reconocidas como judías.

El segundo grupo incluye nueve millones de personas que podrían obtener la ciudadanía israelí en virtud de la Ley de Retorno. El tercer grupo está compuesto de más de cinco millones de personas que pueden considerarse “parientes lejanos” de los judíos.

El cuarto grupo incluye a unos 35 millones de personas que han “declarado su afinidad con el pueblo judío”, como descendientes de comunidades que se vieron obligadas a abandonar el judaísmo. El quinto y último grupo es el más grande, alrededor de 60 millones de “descendientes de judíos, descendientes de conversos forzados y comunidades adicionales afines al pueblo judío”.

El comité recomendó establecer una unidad especial en el Ministerio de la Diáspora que luego se convierta en una autoridad gubernamental y un instituto nacional de investigación para reunir información sobre las comunidades y establecer contacto con ellas. En los próximos dos años, la unidad se enfocará en un programa piloto para trabajar con las comunidades de descendientes de conversos forzados, ofrecer ayuda y llevar a cabo proyectos educativos y de diplomacia pública. Los cursos serían impartidos por profesores de los diferentes países tras un breve programa de capacitación.

Judíos de Kaifeng, China. Foto: Nir Kafri

El informe también recomienda establecer un sitio web del gobierno que incluya bases de datos genealógicos, información sobre el judaísmo, Israel y el idioma hebreo, leyes y reglamentos, así como la posibilidad de visitar, estudiar en el país y convertirse al judaísmo a través del sistema de conversión oficial.

El Ministerio de la Diáspora deberá alentar la investigación académica sobre el tema, así como la capacitación de los líderes comunitarios mediante programas como Birthright o el programa Masa de la Agencia Judía.

A largo plazo, a partir de 2022, el comité recomendó que el gobierno capacite a empleados específicos en todas las misiones diplomáticas israelíes de todo el mundo para establecer vínculos con estas comunidades. Además, propone involucrar a la Autoridad de Población e Inmigración en el Ministerio del Interior para emitir permisos de entrada y visas especiales a miembros de estas comunidades para visitar, estudiar y/o trabajar en Israel.

El Ministerio de Asuntos Estratégicos trabajaría en cooperación con dichas comunidades en su batalla contra el movimiento BDS. El comité también recomienda considerar la posibilidad de expandir el programa “Israel Houses” que mantiene contacto y brinda información a quienes desean inmigrar o regresar a Israel. La organización podría ayudar a difundir la cultura judía e israelí, de la misma manera que lo hacen el Instituto Goethe, el Instituto Francés y el Consejo Británico.

En respuesta al informe, el Ministerio de Asuntos de la Diáspora indicó que sus recomendaciones aún no han sido aprobadas y el objetivo del ministerio es fortalecer los lazos con aquellos que son afines a Israel y no presionar hacia conversiones masivas al judaísmo.

Los miembros del comité incluyen al historiador Dr. Ofir Haivry, el profesor Benjamín Ish-Shalom, el ex secretario del gabinete Zvi Hauser, Rotem Yadlin y Fiamma Nirenstein.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico