Enlace Judío – Durante la Segunda Guerra Mundial México se transformó en un tablero de ajedrez donde las potencias mundiales movieron sus piezas. La República Mexicana reunía dos requisitos para volverse atractiva para Inglaterra, Alemania, Japón, Rusia y los Estados Unidos: su petróleo y una posición geográfica clave por su porosa frontera con la potencia Norteamericana.

 JUAN ALBERTO CEDILLO EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Antes y durante el conflicto en Europa, la capital mexicana fue un hervidero de espías y agentes de inteligencia.

A continuación una breve descripción de las principales operaciones de inteligencia que realizaron los países en conflicto en Europa y Asia.

JAPÓN 

Los súbditos del Imperio del Sol Naciente mantuvieron una fuerte presencia desde años antes de la Segunda Guerra en la región de Baja California y puertos del Pacífico como Mazatlán.  Desde esos territorios realizaron contrabando de materias primas para la fabricación de armamento.

También realizaron desde la frontera norte de México espionaje militar sobre las bases navales de Estados Unidos en San Diego y movimientos de su flota a través del Canal de Panamá.

Las operaciones de espionaje las realizaban dos  oficiales de inteligencia, uno llamado Sin Shibata y otro oficial del ejército que estaba operando con cobertura  diplomática.

 

INGLATERRA

Entre las principales operaciones que realizó el servicio de inteligencia británico fue neutralizar las operaciones que llevaban a cabo los agentes nazis. Incluso su actividad más fundamentales fue envenenar a los colaboradores de alto nivel de la Alemania de Hitler y por ello pasaron desapercibidas.

El jefe del espionaje para el continente americano fue William Stephenson, jefe de la Coordinación Británica de Seguridad (BSC), quien despachó en Nueva York. 

La organización de espionaje dependía del Servicio Secreto de Inteligencia extranjera (MI6) y su misión además de neutralizar las actividades de los nazis en Norteamérica fue ganarse el apoyo de los estadounidenses con miras a que lo apoyaran en la guerra contra Hitler.

ESTADOS UNIDOS 

Durante la Segunda Guerra Mundial se creó la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), antecesora de la CIA. Su función era recolectar información estratégica para el Alto Mando que coordinó las operaciones militares en el Pacífico y en Europa.

Los agentes de la OSS en México –venidos del Servicio de Inteligencia Militar– se concentraron en descubrir y neutralizar las operaciones que realizaron oficiales del ejército del Tercer Reich. Trabajaron en conjunto con el Servicio Especial de Inteligencia para América Latina del FBI. Ambos equipos operaban desde la embajada de Estados Unidos, desde donde reportaban a Washington las actividades nazis.

Los informes del FBI destacaron la sofisticada tecnología utilizada por Berlín para transferir reportes y la amplia y estructurada red que operó desde la capital mexicana para toda América Latina.

URSS

La primera gran operación que realizaron los agentes de José Stalin en México fue asesinar a León Trotsky. No obstante durante la Segunda Guerra Mundial los agentes soviéticos mandaron desde su embajada en el Distrito Federal los avances para desarrollar la bomba atómica, documentos que estaban siendo proporcionados a los espías soviéticos por los tres personajes principales del Proyecto Manhattan: Robert Oppenheimer, Enrico Fermi y Leo Szilard, quienes habían acordado compartir sus investigaciones subrepticiamente con Moscú ante el temor de que Hitler desarrollara primero la bomba atómica y porque previeron que si una sola nación poseía superioridad nuclear, impondría su voluntad al resto del mundo.

ALEMANIA NAZI

El Tercer Reich mandó a México oficiales de inteligencia del Ejército Abwehr III y colaboradores de alto nivel  para conseguir petróleo, materias primas estratégicas como mercurio, aluminio y tungsteno. Además, espiar los movimientos militares del ejército de los Estados Unidos en el atlántico y el pacífico así como conseguir avances tecnológicos para la guerra.

Otra de sus  actividades fundamentales fue tejer una amplia red de información, contrainformación y propaganda para conseguir aliados en el Continente Americano para Hitler.